No por esperado deja de sorprendernos el silencio mediático sobre las novedades que van surgiendo en el Caso Kote Cabezudo. Tras acreditar que el presentador de Atresmedia Jorge Fernández fue protagonista adulto de una sesión de pornografía infantil y que el ex dirigente socialista José Antonio Maturana también apareció con una joven en una sesión pornográfica del fotógrafo donostiarra, silencio total en los medios.
Periodistas escandalizados con el caso Kote Cabezudo…aún así silencio
Se llenan la boca de hablar del feminismo y de la violencia machista, pero del caso Cabezudo ni una palabra. Pero ha habido periodistas que nos han hablado. Voy a reproducir en este artículo cuatro mensajes recibidos en mi whatsap de periodistas a los que no voy a identificar para no comprometerles. Se han dirigido a mí escandalizados.
1.- “No doy crédito a la participación de Jorge Fernández y Maturana en las sesiones de Kote Cabezudo. Que fuerte. Ni lo voy a plantear en la redacción porque ya se la respuesta. He tratado varias veces de sacar el Caso Cabezudo y me han dicho siempre que no. Que fuerte que nadie se hago eco de lo que publicáis”.
2.- “Leyendo las dos últimas noticias comprendo mejor el silencio de los medios. Que asco todo. Si pudiera sacaría algo pero por más que lo intento no hay forma. Imagino, conociéndote, que ya estarás preparando la segunda parte del documental”.
3.- “Enhorabuena por las dos últimas exclusivas. Pensé que ante la gravedad de lo que habéis publicado está vez si saldría en algún medio, pero veo que el silencio impera y lo lamento. Todo mi apoyo”.
4.- “Te felicito por los dos bombazos que habéis sacado. Supongo que Fernández y Maturana se querellaran contra vosotros. Si de mi dependiera sacaría algo, pero ya sabes que el tema está vetado. Muy grande el trabajo que estáis haciendo en ITMAGAZINE”.
Otro caso insólito es el de una colega de La Sexta que hace meses tuvo el cuajo de llamarme y decirme “me gustaría hacer un reportaje sobre el Caso Kote Cabezudo. Me consta que tienes buena parte del sumario, ¿podrías pasármelo?”. Jamás en mi vida me había ocurrido algo así. Pero la respondí que sí, que podía hacer su trabajo como yo he hecho el mío, que jamás me había sucedido que un colega me pidiera a mí documentos para hacer su trabajo.
Le pedí que me diera unos días porque tenía que ocultar los nombres de las víctimas y algún dato que podía comprometer a mis fuentes. Una semana después la llamé y no se ponía al teléfono. La envié un mensaje diciéndole que ya tenía preparado lo que me había pedido. Y jamás me respondió siquiera diciéndome que ya no le interesaba.
Triste situación de los medios de comunicación en España
Hay alguno más en la misma línea. Estoy acostumbrado. No son amigos de toda la vida, son colegas a los que conozco, con los que he coincidido alguna vez en mi carrera profesional. Se que son sinceros en lo que me dicen y no dudo de que si dependiera de ellos informarían a sus lectores, oyentes o televidentes de un caso de tanta gravedad y relevancia para la opinión pública.
No les reprocho nada, prefieren mantener el puesto de trabajo a plantar cara a sus jefes y poner pie en pared denunciando públicamente como se censuran unas informaciones de máxima relevancia. Es humano, aunque yo no seguiría trabajando en un medio que me impidiera informar de hechos veraces, contrastados y de relevancia pública. Solo una vez en mi vida me vi en esa situación, en Diario 16 con el caso de los GAL, y pedí el finiquito y me fui al paro. Cada uno elige el camino profesional que quiere transitar.
Esto que les cuento es un reflejo de la situación de los medios de comunicación en España. Es triste. Buena parte de los ingresos de estos medios que con su silencio son cómplices de los abusos provienen de publicidad institucional, y prefieren ser obedientes y serviles con el poder que cumplir con sus obligaciones profesionales y morales. Pero lo que hacen no es periodismo, es propaganda.
Evidentemente, como ya les dije, ni Jorge Fernández ni José Antonio Maturana se han querellado con nosotros. Saben que carecen de posibilidad alguna de que prosperara el asunto porque saben que lo que hemos publicado es veraz y relevante. Pero si lo hicieran nosotros estaremos encantados de comparecer ante la autoridad judicial y colaborar con las investigaciones que quieran hacer. Es lo que hemos hecho siempre.
Nosotros tenemos valor, pero no tenemos precio. A nosotros no nos van a callar. Si alguien piensa que vamos a dejar de informar que, como Dante a las puertas del infierno, pierda toda esperanza. Vamos a seguir cumpliendo con nuestra obligación de investigar, informarnos, contrastar y publicar, le pese a quien le pese, le disguste a quien le disguste, Y contamos con el silencio cómplice de los medios. Ya estamos acostumbrados. Allá cada cual con su conciencia.