EL SACRISTÁN QUE NO FALLECIÓ EN ALGECIRAS

No es casualidad que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el que aspira a serlo, Alberto Nuñez Feijoo, coincidieran la semana pasada en lanzar cada uno de ellos un tuit trasladando sus condolencias a los familiares del sacristán Diego Valencia, “fallecido” en Algeciras. Responden al mismo patrón woke de reconocer con facilidad en un crimen el móvil identitario de género y resistirse a calificar el móvil identitario de credo. Se dedican a la propaganda. E incluso en un mensaje a los familiares de un hombre al que le han rebanado el cuello con un machete por ser cristiano pretenden pillar algún voto de tantos ciudadanos que se dejan colonizar por partidos y políticos de tres al cuarto mostrando una supuesta prudencia cobarde con todo lo relacionado con el Islam. 

Después de cada atentado yihadista hay una tendencia generalizada a eludir el origen real del asunto, que es la interpretación integrista del Corán. No escucharán nunca a ninguno de estos políticos después de un asesinato de una mujer apelar a supuestos atenuantes como problemas psiquiátricos o que padecía exclusión social. Rápidamente hablan de terrorismo machista y en sus condolencias se comprometen a acabar con ese terrorismo. Y después aprueban leyes como la del sí es sí.

La realidad es que Yasssine Kanjaa, el terrorista yihadista, asesinó a Diego Valencia creyendo que estaba asesinando a un sacerdote. Había atacado ya en dos iglesias e iba a una tercera. Diego Valencia se enfrentó a él en su iglesia de La Palma y logró en primera instancia huir, pero el terrorista le pilló a pocos metros. Y cuando lo tenía ya sujeto en el suelo agarró con ambas manos el machete, alzó la mirada al cielo, gritó en árabe “Alá es grande, muerte a los cristianos” y le rebanó el cuello. Cuando fue detenido por la Policía, lo primero que dijo, con una sonrisa, es que el asesinado “se lo merecía”.

El cristianismo es la religión más perseguida en el planeta. 360 millones de personas son perseguidas en el mundo por ser seguidores de Jesús. La semana pasada el sacerdote católico Isaac Acha fue quemado vivo en Nigeria por los islamistas de Boko Haram, que ya habían intentado asesinarle anteriormente. No he leído una línea en ningún medio de comunicación español. Total, era un sacerdote católico que dedicó su vida a ayudar a los necesitados en Africa.

En esta época de activismo fácil con causas de todo tipo no se conoce movimiento alguno en defensa de quienes se juegan la vida por servir a Dios y al prójimo y defienden los valores que han hecho de Occidente el lugar más libre y más próspero para cualquiera. Al margen de su sexo, religión o condición social. No quiero imaginar lo que estaríamos escuchando si el asesino hubiera sido un cristiano al grito de Dios es grande y el asesinado un musulmán.


Hablemos con propiedad: Un sacristán que no «falleció», asesinado por un terrorista

Las principales víctimas del terrorismo yihadista son musulmanes. No asocio Islam a terrorismo, pero hay una amenaza salafista global que nos afecta a todos y que no termina, sino que se acrecienta. Y parece que hay demasiados que no aprenden. Es curioso como en nuestro país y en muchos otros países la mofa, la burla y el escarnio hacia el creyente cristiano cuenta con inmenso respaldo y está bien vista. Pero ay de quien ose hacer un chiste de otra religión, caen sobre él todos los males de lo políticamente correcto. Hay un asombroso complejo que lleva a muchos a temer ser acusados de islamófobos por los mismos que tienen el gatillo de la lengua fácil para llamar “fascista” a cualquiera que discrepe de ellos. 

A Diego Valencia le asesinaron por ser cristiano. Tenía mujer e hijos y dedicaba buena parte de su tiempo a ayudar al prójimo, sin preguntarle por sus creencias. Se ocupaba sobre todo de ayudar a los más necesitados. Entre ellos a algunos amigos de su asesino a los que jamás preguntó en que Dios creían antes de ayudarles y a los que no intentó convencer de que cambiaran de religión. En la parroquia atendían con Cáritas a todos los necesitados, empezando por los musulmanes.

Yassine Kanjaa  tenía pendiente una orden de expulsión a su país, Marruecos. Vivía en un piso de mierda. No tenía recursos, era un excluido social y no estaba bien de la cabeza. Había recibido tratamiento psicológico ya en Marruecos antes de venir a España en búsqueda de una vida mejor. Pero, como cualquiera que piensa que liquidando cristianos le esperan unas vírgenes en el cielo para agradecerle haberse inmolado por Alá es, antes que un loco, un asesino. La violencia yihadista es una violencia religiosa, como la violencia de ETA era nacionalista. Quienes manejan los hilos del terrorismo yihadista disponen de muchos medios para captar a tipos como Yassine a partir de su asistencia a oficios religiosos.

Es evidente que no todos los musulmanes son terroristas. No debiera hacer falta ni decirlo, como es evidente que el terrorismo yihadista no descansa y pretende acabar con nuestra civilización porque no entienden lo que es vivir en libertad respetando todas las creencias. El buenismo de moda no ayuda a combatir este terrorismo, como no ayudaba la complacencia de buena parte de la sociedad vasca a combatir a ETA. Y que ejemplar la reacción de Juan José Marina, el sacerdote al que defendió el sacristán asesinado. Mis más sinceras condolencias a los familiares y amigos de Diego Valencia, asesinado en un atentado terrorista yihadista en Algeciras por ser cristiano. No falleció. Le asesinaron. Es importante hablar con propiedad y con claridad, más aún si eres presidente del Gobierno o aspiras a serlo.


Y Además..

  • Elisa Lozano Triviño es una mujer de Móstoles que fue elegida alumna del año de la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid con un expediente académico con nota media de 9,28. Gracias a sus méritos académicos tenía derecho al uso de la palabra en un acto en su Facultad en el que se reconocía a diferentes personas como alumnos Ilustres de la misma. Elisa, mayor de edad, en uso de su libertad de decidir, optó por convertir un acto universitario solemne en un mitin de quinta división y haciendo una vergonzosa exhibición de su ineptitud para escribir o hablar, arremetió contra Isabel Díaz Ayuso. No quiero imaginar, si Elisa ha sido la mujer alumna de su promoción de periodismo, como serán los otros. Y me gustaría saber qué piensan del espectáculo los profesores que ha tenido Elisa, a los que ella se dirigió con cariño. Solo acertó esta mujer cuando dijo que “no sé quien ha decidido que yo soy la mejor de la promoción”. Lo mismo me pregunto yo. La Complutense hace tiempo que se ha convertido en un taller político controlado por la podemia. El ideal de limpieza y moralidad pública que se le supone a una Universidad, más aún pública, no se ve por ningún lado. Elisa Lozano, la mujer elegida mejor alumna de su promoción parece que de periodismo no sabe nada. Si se preparó su mítin, acredita su dificultad para articular correctamente sujeto, verbo y predicado y escribir con un mínimo de decoro. Pero mostró enormes dotes para pillar algo en Podemos. En el maremágnum de su discursete pasó del periodismo al cine reivindicando un cine “político de verdad”. O sea, estilo Leni Riefenstahl, famosa por sus impresionantes películas propagandísticas del nazismo hitleriano. Escribe mal, y habla peor, Elisa. Después del show del otro día ha optado públicamente no por el periodismo, sino por la propaganda. Ahora que lo pienso, a lo mejor es que es muy lista y quiere encontrar trabajo rápido. Quizá en La Sexta, con Ferreras y Pastor. O en Público, con Pardo de Vera, encuentre sitio y encaje bien. Pero no solo Elisa quedó mal. Imagino y espero que el decano y el claustro de profesores sintieran la misma vergüenza que hemos sentido tantos al ver y escuchar a esta mujer. Porque la Complutense, universidad pública, la sufragamos entre todos. Y si Elisa es la mejor da miedo pensar en lo que viene detrás. Y he leído que Noelia Posse Gómez, alcaldesa socialista de Móstoles, ser propone nombrar a Elisa hija predilecta de la localidad. Bueno, no me extrañaría que también le proponga a Pedro Sánchez que la designe ministra de Cultura. Encajaría en este Gobierno.

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