Con el Atlántico de por medio, Santiago Abascal realizó recientemente unas declaraciones al diario Clarín que no tienen desperdicio. Afirmó que, con el tiempo, “habrá un momento que el pueblo español querrá colgar a Sánchez de los pies”. Y lo hizo bajo el marco de la visita que hizo a la capital argentina para asistir al acto de investidura de Javier Milei como nuevo presidente del gobierno.
Las declaraciones, para no sacarlas de contexto, van acompañadas de varias afirmaciones en las que se “ataca” la forma de Pedro Sánchez a la hora de negociar y de llevar la política. Abascal afirmó también “Yo tengo unos principios. No puedo venderlos. Sánchez no tiene ninguno”. Aunque no tuvo sólo para Pedro Sánchez, pues los miembros del gobierno socialista también tuvieron cabida en su discurso. De ellos indicó que “Yo no sé si llamarles zurdos de mierda, si llamarles canalla o cómo calificarlos”.
¿Abascal… «salida de tono» o declaraciones de odio?
Las reacciones no se han hecho esperar. Tanto por parte de representantes del PSOE como del propio Partido Popular. Patxi López, a través de la red social X, expresaba su disgusto por las declaraciones de Abascal. Le pedía al principal partido de la oposición, que rompiese todos los acuerdos que pudiera tener con Vox por vomitar semejantes “amenazas sobre el presidente”. Para algunos, estas declaraciones de Abascal son claramente una “salida de tono”. E indican que han puesto contra las cuerdas al PP de Feijóo, por aquello de las posibles negociaciones y pactos entre ambos partidos. Sin embargo Feijóo, también ha lamentado las declaraciones del representante de Vox y afirma no tener nada que ver con ellas. Ni él ni el partido que representa.
Desde el propio partido apoyan a su líder. Ignacio Garriga, secretario general de VOX, ha defendido las declaraciones de Abascal indicando que estar colgado por los pies ha sido “la suerte de muchos dictadores y eso no es odio, es historia”, aludiendo sin duda a la muerte recibida por personajes de la historia reciente como Benito Mussolini, a quien se le dio muerte de esta manera en la Plaza de Loreto de Milán nada menos que en 1945. Garriga ha acusado al PP de ser “la marca blanca del PSOE”. De ser su aliado, como si de aliados o contrincantes se tratase en esta legislatura que acaba nada menos que empezar.
El tono de la política que tenemos hoy
El portavoz de Sumar y ministro de Cultura Enerts Urtasun ha alertado de que las declaraciones de Abascal al diario Clarín son “peligrosísimas”. Aunque para dar más claridad al asunto, Borja Sémper, ha abierto otro melón afirmando que esta polémica de las declaraciones de Abascal en Argentina y lo peligroso que es citar causas de la muerte de dictadores pasados están sirviendo para que Pedro Sánchez tape un nuevo acontecimiento de nuestra agenda política: que el próximo martes se votará la toma en consideración de la ley de amnistía. Tal vez, razón de todas estas salidas de todo, de todas estas polémicas e incluso del tono bronco que está tomando la política que tenemos hoy.
Amnistía o no, negociaciones con independentistas o no, lo cierto es que llevamos pocas semanas con gobierno y no se ven, de momento, propuestas sobre la mesa más allá del tono bronco entre nuestros políticos o el deseo de que unos y otros metan la pata cuando se encuentran frente a las cámaras o los micros de cualquier medio de comunicación. Aquel “haz bien y no mires a quien” ahora mismo no funciona en España. Porque se prefiere el “mete la pata bien y ya te diré a quién ataco también”. Tener buenos propósitos para terminar el año en la puerta de los leones en Madrid es más que un deseo por Navidad. Ojalá reflexionen. Ojalá reflexionemos todos. ¿Es esto realmente lo que nos merecemos?
