COLECTIVIZACIÓN

Venezuela es una pena. Para saberlo no hay que estar allí, basta con atender a los flujos migratorios. La revolución chavista ha degenerado en una dictadura donde solo sobreviven los imperantes y su séquito. Como en tantos otros países. Países donde también hay elecciones por lo que no resulta difícil colegir que votar no equivale a democracia. La ruina de Maduro hace que, lógicamente, la mayoría del país rechace repetir esa opción política, así que la tienen que imponer. Primero con unos falsos comicios, después con un falso recuento y, al final, con el miedo a que, con la connivencia de los militares, les «regeneren la democracia» ¿Les suena?


Maduro: mismos hombres y mismas ambiciones

La Mesa de la Unidad Democrática, la alternativa política al desastre de Maduro, señala a los venezolanos que “tienen un nuevo presidente electo y es Edmundo González Urrutia. Tenemos más del 40% de las actas. El 100% de las actas del CNE, las tenemos. Y, toda esta información coincide en que Edmundo González Urrutia obtuvo el 70% de los votos y Maduro el 30% de los votos. Esto ha sido algo tan abrumador, tan grande que hemos ganado en todos los sectores del país. Y todos los que estamos aquí lo vimos en las calles. Sabemos lo que hoy pasó. Hemos estado asegurándonos que toda la información de este proceso se recogía y se recordaba«.

Luego, no les quedaba otra que apelar a los ciudadanos militares que «estuvieron allí en primera fila, que vieron a la gente con alegría y esperanza, organizados de forma cívica y pacífica” recordándoles que “el deber de la fuerza armada nacional es hacer respetar la soberanía nacional expresada en el voto. No vamos a aceptar ese chantaje de la defensa de la verdad, que es violencia. Violencia es ultrajar la verdad. Eso sí es violencia. Es lo que pretenden hacer”. 

Es lo que tiene no atender a la historia. La historia se repite porque detrás están los mismos hombres y las mismas ambiciones. Hemos cambiado muy poco desde el primer homo sapiens. Los hombres con poder, las más de las veces, en lugar de pensar en los demás, en un progreso compartido, en ser líderes de una transformación que traiga riqueza para todos, que sea recordada, en perseguir la gloria como hizo Aquiles, prefieren mantener ese poder a toda costa sin ningún otro objetivo. ¿Para qué quiere Maduro ser presidente otra vez? Un tío que ya ha robado para diez generaciones y que ha repartido otro tanto. ¿Recuerdan a Delcy en Barajas con Ábalos y sus tropecientas maletas? 

El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Las elecciones no garantizan la democracia. La democracia está en el control del poder. Dónde no existe control al mandatario y éste puede, de una forma u otra, hacer lo que le da la gana, no existe democracia. Se llame como se llame. Se vista como se vista, allí no hay democracia. Ese control es necesario porque, salvo que nos encontremos con personas como George Washington –que por eso ha dejado una marca indeleble en la historia-, lo normal es querer perpetuarse en el poder.


Una colectivización más…

De ahí la necesidad de controles. Lo peor de todo es cuando, además, no existe ninguna otra finalidad salvo el latrocinio. Tras haber demostrado sobradamente que no sabes gobernar para todos, ¿para qué demonios quieres quedarte? ¿Para qué se quiere quedar Maduro? ¿Para qué quiere continuar Sánchez? 

Venezuela lleva en la «revolución bolivariana» -con indudable éxito- desde el 98. Se trata de una colectivización más, como la que intentan en otros tantos países, España incluida. Una colectivización que requiere que antes los políticos desactiven todos los controles democráticos. Repasen, si quieren, el «Regreso al futuro con Allende«. Siempre es lo mismo. Así las cosas, apoyando a ‘los tuyos’ incondicionalmente se llega a un punto en el que ya no hay tuyos ni míos, sino suyos, tan suyos que lo tuyo pasa a ser suyo. No sé si me sigues.

Cada vez que pasas por alto una iniquidad del gobierno, cada vez que vuelves a votar una opción política a sabiendas de que no lo hacen bien, cada vez que consientes cualquier abuso en tú persona o en la del vecino… pones tú granito de arena para la dictadura. No excuses cosas que sabes que son inexcusables. Dale a cada uno lo suyo sin atender al color político. No votes nunca jamás a quienes ya te la han pegado. Estás haciendo todo lo contrario y lo sabes. La colectivización también avanza en España. También va contigo. Échale un vistazo a Venezuela y pregúntate si quieres vivir como ellos. Si sigues votando a la PPSOE, me temo que lo conseguirás. 


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