ARMENGOL Y LA RENOVACIÓN DEL CGPJ

El mandato de los vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) caducó el 4 de diciembre de 2018. Aún no se ha procedido a su renovación. Un día si y otro también escuchamos a Pedro Sánchez y sus cuates acusar al PP de vulnerar la Constitución por negarse a pactar la renovación. Y al PP insistir en que mientras no se modifique el sistema de elección no pactará nada.

Conviene saber que el CGPJ está formado por 20 vocales y un presidente que a la vez preside el Tribunal Supremo, que es elegido por un periodo de cinco años. Los vocales son propuestos por una mayoría cualificada de tres quintos del Congreso y el Senado. Diez por cada Cámara, seis de ellos entre jueces y magistrados y cuatro entre juristas de reconocido prestigio.

El PP reclama modificar la ley en vigor de modo que se vuelva al sistema anterior y que sean los propios jueces y magistrados quienes designen a los 12 vocales de extracción judicial. Reclama que se incrementen los requisitos para ingresar en la carrera y que no puedan ser elegidos vocales del Consejo quienes hayan ocupado un cargo electo o político en los últimos cinco años.


Los vocales del CGPJ se reparten como un botín….

La Constitución es clara respecto al sistema de elección de los vocales del CGPJ. El artículo 122.3 establece que el CGPJ estará integrado “por el presidente del Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey con un  mandato de cinco años. De estos, doce entre jueces y magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgánica del Poder Judicial, cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia y con más de quince años de ejercicio de su profesión”.

En 1985 el PSOE consiguió que se aprobara una ley orgánica del Poder Judicial en la que se establecía que los doce vocales de entre jueces y magistrados los elige también el Parlamento. Esto choca evidentemente con el espíritu de la Constitución. La realidad es que PSOE y PP, PP y PSOE, más Izquierda Unida y los nacionalistas catalanes y vascos se han ido repartiendo como un botín los vocales del Consejo. De este modo, ninguno de los que han sido elegidos lo han sido por su cualificación como juristas sino por su indudable y ciega obediencia a los dictados del partido que los proponía.

Lo sorprendente es que PSOE y PP sigan hablando de la renovación como si les correspondiera a ellos la iniciativa, cuando deberían ser los presidentes del Congreso y el Senado quienes lideraran las negociaciones para que tres quintos de cada cámara aprueben los nombres de los vocales entre jueces y magistrados de reconocido prestigio. Pero jamás ha sucedido tal cosa. La señora Armengol, muy preocupada por poner la institución al servicio de los intereses de Pedro Sánchez, porque se hable en catalán, euskera y gallego en el Congreso y por evitar que se investiguen los casos de prostitución de menores en centros tutelados de Baleares mientras ella era presidenta de esa Comunidad, desatiende sus funciones constitucionales. El PSOE y el PP siguen a sus batallitas.

Y todo el personal hablando de los vocales del CGPJ por su ideología, que si “progresistas”, que si “conservadores”, de un bloque o de otro, de un lado u otro del muro de Sánchez. Y jamás refiriéndose a su capacitación para ocupar un puesto en el órgano de gobierno de los jueces. “País”, que decía el Forges.


Y Además…

  • Pedro Sánchez y el fugado Puigdemont, en la enésima ofensa y humillación a los ciudadanos españoles, eligieron mediador/verificador de sus pactos secretos a un tal Francisco Galindo. Actual cónsul de El Salvador en Colombia. El tal Galindo fue embajador salvadoreño en Francia en 2010 cuando presidía El Salvador Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. En 2015 fue relegado a un segundo plano en su carrera diplomática tras ser destituido Funes por varios escándalos de corrupción. Si ya era grave la decisión de nombrar un verificador internacional para los acuerdos secretos entre Sánchez y un fugitivo de la Justicia como Puigdemont, más aún lo es la elección del tal Galindo, que ya actuó como verificador de las negociaciones entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. También como mediador en las negociaciones del gobierno de su país con las maras Salvatrucha-13, Barrio 18 Revolucionarios y Barrio 18 Sureños, consideradas como organizaciones terroristas. O sea que se han buscado a un especialista en negociar acuerdos favorables a escuadrones de la muerte u organizaciones narcoterroristas protegidas por el castrismo para mediar y verificar los acuerdos de Sánchez con Junts. Quizá porque en España los únicos escuadrones de la muerte que tuvimos los formaron los socios de Sánchez, la ETA. Dicen que para verificar los acuerdos con Esquerra Republicana de Cataluña el verificador será otro. No sé en quién habrán pensado, pero pónganse en lo peor. Lo que es seguro es que, como el tal Galindo, será amigo de los dictadores del Grupo de Puebla. Y de Rodríguez Zapatero y Baltasar Garzón claro.
  • Marisa Paredes, una chica almodóvar de toda la vida arrimada siempre al clan de los Bardem y entusiasta siempre en su apoyo al socialismo, acudió con aires de diva a la capilla ardiente de Concha Velasco en La Latina. Y mientras un grupo de periodistas le preguntaban por la fallecida se escuchó a alguien decir que había llegado la presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La tal Paredes, grosera y maleducada, y con cara de asco, exclamó en voz alta: “¿Ayuso? Por Dios, pero qué hace aquí, ¡¡Fuera!!”. Esta peña no solo levanta muros para dividir a los ciudadanos, sino que en su autoritarismo a quienes no pensamos como ellos ya no nos van a dejar siquiera ir a despedir a los amigos muertos. Concha Velasco, una gran actriz, ella sí. Isabel Díaz Ayuso acudió a visitar a Concha Velasco en la residencia en la que vivía. Personas cercanas a Velasco me confirman que “a Concha le hizo muchísima ilusión y Ayuso mantuvo el contacto con Manuel, el hijo de Concha y estaba al tanto de su estado”. Las mismas fuentes me confirman que Marisa Paredes jamás pasó a visitar a Concha ni se interesó por como estaba Concha. Pero allí apareció, con aires de grandeza, para dejar patente su sectarismo y su mala educación y su afán de protagonismo. Ya solo faltaría que esta peña decida quién puede ir a un velatorio o no. Que asco y que pena.

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