El Congreso del PSOE, a la coreana, pero en Sevilla, fue una exhibición de una cuerda de imputados, ya veremos si después presos, impúdica. Y la guinda del pastel fue la entrada triunfal de Begoña, la amada del presidente, imputada por cuatro delitos, entrando al auditorio como si fuera un miembro más de la directiva del PSOE, escoltada por los pesos pesados María Jesus la chiqui Montero y Santos Cerdán. Begoña, muy de rojo, como una estrella de la fiesta, aclamada sin pudor.
Baño de masas del amado líder en Sevilla
Sin una sola voz crítica, con Sánchez como un Kim Jong un incuestionable, allí estaban sentados junto a los ministros Manuel Chaves y José Antonio Griñán, condenados por el latrocinio de los ERE, librados de ingresar en prisión por Conde Pumpido y sus cuates del Constitucional. Ambos fueron estruendosamente ovacionados.
A este PSOE se la trae floja que una sentencia estableciera que, bajo sus mandatos, se produjo una de las tramas de corrupción más graves de la democracia, en la que se robó el dinero de los parados que sus gentes se gastaron en putas y cocaína. ¿Recuerdan?, billetes “como para asar una vaca”. Y Susana Díaz, como relata mi amigo Daniel Ramírez, “que hace cinco años era aclamada por estos mismos militantes cual Evita Perón, hoy nadie la mira y ella se conforma con decir a los periodistas que este partido se ha vuelto inhabitable”.
Error Susana Díaz. Inhabitable para la gente decente, muy confortablemente habitable para los corruptos, para esta cuerda de imputados, ya veremos si después presos. Pero el amado líder se ha dado un baño de masas, se ha presentado como una víctima, ha dicho que él y su familia están sufriendo a “los odiadores profesionales” y les ha contado a sus obedientes corderos que ha reflexionado mucho sobre su vida, que se ha vuelto a plantear dar un paso atrás, pero que no, que sigue, que quiere “dar un paso al frente” para perpetuarse en el poder y “para que la izquierda salve a la humanidad de la ola reaccionaria impulsada desde la derecha y la extrema derecha”.
El autócrata solo admite reverencias y aplausos
Y los corderos entusiasmados, aplaudiendo enfervorecidos porque ellos tragan con todo. La ola de extrema corrupción socialista que todo lo anega les importa un huevo. Solo les importa coronar a su autócrata para salvar a la humanidad de la extrema derecha. Y Santos Cerdán, uno de la cuerda de imputados, diciendo que son víctimas de “una cacería humana”.
Y a una dirigente de Izquierda Socialista, que en su día fue una corriente interna dentro del PSOE, que expresó sus quejas y reclamó que se debatiera la gestión de la Comisión Ejecutiva y pidió que se le permitiera desarrollar su petición, el presidente del Congreso, el líder andaluz del PSOE Juan Espadas no le dejó intervenir. “Gracias compañera, quedará constancia de tu intervención en ese sentido”, concluyó Espadas, que añadió: “y si no hay ninguna intervención más damos por aprobada por asentimiento” la gestión de la Ejecutiva.
Sánchez no admite ni una discrepancia. Al que discrepa le lamina. Lobato no ha sido el primero y no va a ser el úñtimo. El autócrata solo admite reverencias y aplausos, y se lleva a su señora multi imputada a que la aplaudan también. Y viva el feminismo. Y al que no le guste que se largue antes de que le echemos. Un franquito. El socialismo del Siglo XXI que nos inunda de corrupción para así salvarnos de la derecha y de la extrema derecha. No solo a los españoles, no, “a la humanidad”. Me malicio que igual el próximo Congreso del PSOE ha de celebrar en Soto del Real, o en Alcalá Meco.