En su carta de despedida, Juan Lobato, hasta ahora Secretario General del PSOE en Madrid, explica que no cree en “la destrucción del adversario, en la aniquilación del que discrepa y del que piensa diferente”. No cree, al parecer, en el estilo político que lleva fraguándose tanto en la Asamblea de Madrid como en el propio Congreso de los Diputados, en las escalas más altas de nuestra política.
De hecho, no cree en la práctica actual de la política. Coincide, de hecho, con gran parte del electorado español, que ha dejado de creer en los políticos. Dice el ya ex líder de los socialistas madrileños, que su forma de hacer política no coincide con “la dirigencia actual” de su partido. Es, según muchos, la primera víctima de algo que en un principio parecía un claro ataque hacia el PP madrileño de Isabel Díaz Ayuso.
Lobato dimite forzado desde Moncloa
Juan Lobato ha dimitido, dicen, forzado desde Moncloa. Y en su carta de despedida muestra también, en parte, algo de descontento con las altas esferas del PSOE. Explican otros que los que le preceden, le han abandonado. Dimite pero no ha aclarado si entregará su acta como diputado. Todo apunta a que la apuesta de Ferraz para ponerse al mando del socialismo madrileño es el actual Ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López.
Lobato dimite como secretario general del PSOE-M para frenar la «división» y lanza críticas a su partido. Su dimisión se produce tras generarse un tremendo huracán al haberse atrevido a registrar ante notario una conversación mantenida con un miembro de Moncloa que le había reenviado un correo electrónico en el que presuntamente la pareja de la actual presidenta de la Comunidad de Madrid, confesaba delitos fiscales.
Dicho mail, impreso en papel, fue mostrado en la Asamblea de Madrid hace ya casi ocho meses. Un email que también fue publicado íntegramente por medios digitales una hora antes de que Lobato compareciera en la Asamblea. Tanto unos como otro, no cayeron en que dicho correo contaba con la protección que se les presupone a todas las comunicaciones que se intercambian entre la Fiscalía y los representantes legales de los contribuyentes que están siendo investigados.
La pregunta acerca de quién filtró ese mail a Lobato ya ha caído en el olvido porque la primera víctima ha sido precisamente él. Aquejado además de sentirse abandonado por los suyos. Lobato ha dimitido, dice en su carta, para “no dañar al partido”. Desde Moncloa están tranquilos, dicen, porque no creen que haya nada que les pueda salpicar.
Bulos, filtraciones y comunicados
Da que pensar que con la caída de la primera cabeza de turco, el resto se queden tranquilos y conformes porque el ojo del huracán tiende a seguir girando pero a moverse hacia otro lado. La política es así. A veces se utilizan cortinas de humo y otras, huracanes que limpian más, sobre todo si lo que conviene es quitarse peso y mierda desde dentro. Según hacia dónde interese que gire la veleta, se entorna un tema o se teje otro diferente. Qué más da.
El electorado está cansado pero no es capaz de entender los tejemanejes que hacen que quienes están ahí, en el candelero, sigan sabiendo mantenerse donde están. No se entienden los huracanes ni falta que les hace. Simplemente el descontento hace que al mínimo atisbo de una noticia de este tipo, desconecten de la basura política que tenemos a día de hoy, no interesa porque no hay quien la entienda.
Bulos, filtraciones, comunicados en los que hay que leer las líneas y entre ellas, titulares que presumen de haber provocado la caída de las cabezas de turco… Acaba siendo “demasié” para todo lo que está cayendo. La realidad social es otra. Y sus necesidades, nuestras necesidades, también. Por favor, pongan el foco sobre lo que importa.
