LOS FASCISTAS DE PAIPORTA

Entre las muchas canalladas perpetradas por Pedro Sánchez sobresale su éxito en haber levantado un muro que divide a los españoles. Aun lado él, el uno y sus lacayos, que son demócratas y progresistas. Al otro lado, los discrepantes, todos los demás, un atajo de fascistas. Y, pagando con dinero público, ha logrado que muchos medios importantes le compren la mercancía.


Indignación en Paiporta contra el Gobierno y su palmeros

El domingo, en Paiporta, las víctimas de la desgracia y muchos voluntarios que acudieron a ayudarles descargaron su indignación sobre la comitiva oficial. Allí estaban Sánchez, que al llegar caminaba ufano abriendo el cortejo, los Reyes y Mazón, el presidente valenciano. He hablado con cuatro personas, cuatro valencianos, que estuvieron allí. Los cuatro coincidieron en relatarme que, en contra de lo que han dicho el Gobierno y sus palmeros, difundiendo incluso un informe apócrifo titulado “Aparición de grupos ultras en los altercados contra Pedro Sánchez y los Reyes Felipe y Letizia”.

Lo que había en Paiporta eran ciudadanos indignados, molestos, ofendidos y cansados. Muy cansados, de trabajar en la ayuda a los damnificados. “No había grupos ultras. Que hubiera ultras de derecha, seguro, y de izquierda. Había altos y bajos, hombres, mujeres y niños, guapos y feos, de derechas y de izquierdas. Sí, un chaval llevaba una camiseta de la División Azul. También vi a un chaval con una camiseta con el rostro del Ché Guevara, que además portaba una banderola LGTBI, insuperable contradicción e ignorancia de quien era el personaje. Había de todo. Los había del Valencia, del Levante, del Madrid, del Atleti, del Barça, del Español, del Oviedo, del Sporting, del Betis y del Sevilla. Era la ciudadanía, cabreada, harta ya de estar harta”.

Alguno de los asistentes le lanzó un palo a Pedro Sánchez. No llevaban palos para lanzárselos a nadie, sino que los empleaban en las labores de desescombro y búsqueda de cadáveres. Me parece mal que se lancen objetos. A nadie. También lanzaron barro a Sánchez, Mazón y los Reyes. El equipo de seguridad de Sánchez rodeó al presidente y decidieron salir de Paiporta. Le rodearon e, incluso, por vez primera, un escolta desplegó el maletín anti balas de kevlar, lo cual parecía excesivo porque nadie iba armado excepto ellos. Y Sánchez se fue.


Sánchez, un tipo que solo se mueve por el interés de mantenerse en el poder

Los escoltas de los Reyes les recomendaron irse, pero el Rey y la reina dijeron que no. Y se quedaron. Dignos, valientes, ellos, que no tienen responsabilidad alguna en lo ocurrido, que no disponen de capacidad ejecutiva, ellos, los Reyes, que desde el primer instante ordenaron que la Guardia Real se movilizara con todos sus recursos, se quedaron y se acercaron a los ciudadanos que protestaban. Los escucharon, y le abrazaron tratando de darles ánimo y fuerza. No eran Felipe y Letizia, eran España. Incluso el Rey pidió perdón. No se por qué. Quizá porque creían haber llegado tarde, porque ellos quisieron ir el primer día, pero el Gobierno dijo no. No se espera de los Reyes o de un presidente que coja una pala en el barro, pero si se espera que estén junto a los que sufren, que los escuchen, les den un abrazo y algo de esperanza.

El presidente Mazón ha acreditado su ineficacia y su insolvencia y debiera dimitir. Sánchez ha actuado como lo que es. Sánchez, un tipo al que solo mueve el interés por mantenerse en el poder. Su negativa a que el Gobierno de España se hiciera con el control de la crisis, vista la incapacidad de Mazón y la situación de las víctimas, ha rozado lo delictivo. E incluso cuando ha decidido adoptar medidas de ayuda como las que anunció tras el Consejo de Ministros de ayer, probablemente atinadas, ha tenido el cuajo de vincularlas a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado.

No desaprovecha una para tratar de mantenerse en el poder. Pero lo va a tener crudo. No se puede a la vez darles un concierto fiscal excluyente a sus socios de la derecha catalana y darle lo que necesita a la comunidad autónoma peor tratada en el reparto financiero. O sea, más o menos, conociendo al personaje, estamos a nada de escuchar a Sánchez o a la chiqui Montero decir en el Congreso que “o me vais aprobando los Presupuestos Generales o por vuestra puta culpa no habrá ayudas para los afectados por la Dana. Porque es nuestro momento”.


Aves carroñeras que buscan beneficio en una desgracia

Y no es sólo Sánchez. La indignidad le acompaña, claro, en su gabinete. La ministra de Igualdad Ana Redondo, convocó una reunión con su equipo “para el seguimiento de los efectos de la Dana en materia de igualdad”. La cuenta de X del Ministerio publicó varias fotos del momentazo, y en una de ellas se podía leer el guión que llevaba preparada la señora ministra. En uno de los puntos se leía, literal: “Dogmatismo climático. Negacionismo climático=mata. Frente a ellos, técnicos, científicos. ¡Este es nuestro momento! Mecanismos y se frenan con afán y permanencia seguimiento”.

Este es nuestro momento dice la señora. Son así, aves carroñeras que buscan beneficio propio aún en medio de una desgracia de este calibre. Ha habido delincuentes que han estado al pillaje de las tiendas, y después están los políticos, que están al pillaje de los votos. Y la ministra, a la vista de las reacciones a lo que se había leído, ordenó retirar inmediatamente el mensaje de X, pero ya era tarde.

Termino por el principio. Quienes increparon a la comitiva oficial y le lanzaron un palo a Sánchez no eran “violentos absolutamente marginales” o “grupos de extrema derecha, de fascistas”, como repite el mantra oficial con La Sexta como habitual altavoz y un tal Gonzalo Miró de estrella. Bueno, y después está Pablo Iglesias, que desde su dacha de Galapagar escribió en X : “El rey conversa con varios neonazis en Paiporta y después los abraza”. Hay que ser muy mala gente, como es Iglesias, para escribir eso. El rey conversó con varios manifestantes. Desconozco, y no me importa una higa si eran neonazis, comunistas o mediopensionistas. Me consta que, fueran de la ideología que fueran, quienes hablaron y fueron abrazados por el Rey fueron ciudadanos destrozados por la Dana y que se sentían, con mucha razón, abandonados por los Gobiernos y cansados ya de todo.

Y me repito. Pasarán las semanas, los meses, y la ayuda prometida no llegará, como no llegó a Lorca y a La Palma, y a los valencianos, fascistas, comunistas, centristas o abstencionistas, todos ellos iguales como ciudadanos y víctimas, ya a solas con su nada, quizá viviendo en algún barracón, solo les quedarán los vecinos y Cáritas, que siempre están ahí, no como los gobiernos.


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