A falta de pan buenas son tortas. El gobierno no desarrolla ninguna política de soluciones para el ciudadano y por eso tiene que liar las cosas. Se dedica a hacer faenas aquí y allá, aunque las suyas son las del bombero torero. Tras descolonizar los museos, el ministro de cultura Urtasun anuncia que eliminará el Premio Nacional de Tauromaquia creado en 2011, por ZP, para sumarse a los del resto de disciplinas artísticas.


Nuevas faenas del Gobierno: la tauromaquia

Para el ministro, “es un sentir mayoritario de una parte de españoles” ya que «las tradiciones evolucionan y ahora hay una mayoría social en contra del maltrato animal» porque «los españoles no entienden que se premie la tortura animal con dinero público». Otro anillo de Frodo. Otro más, para que no repares en lo que hacen en realidad: deshacer España política y económicamente, deshacer el pequeño estado de derecho que conservamos y tratar de embridar a los jueces y a los medios de comunicación para que no analicen su nefasta faena. Nos están haciendo la envolvente.  

Enseguida –obvio- los umpa lumpas del gobierno frankenstein saltaron al ruedo para defender a su primer espada y repetir las consignas del partido. Frente a ellos, la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia, la Fundación del Toro de Lidia, la Unión de Toreros, la ANOET (Asociación Nacional de Organizaciones de Espectáculos Taurinos) y la Alianza Rural exigían que lo echaran al corral por falsario, denunciando este nuevo acto de censura que va directamente contra la Constitución -contra los Arts. 44.1, 46 y 149.2- que, ciertamente, obliga a los poderes públicos a garantizar la conservación, la promoción y el enriquecimiento del patrimonio histórico, cultural y artístico de los pueblos de España y de los bienes que lo integran.

Y es que la tauromaquia sigue siendo importante en la piel de toro e incluso exportadora, sobre todo a Hispanoamérica. Prueba irrefutable de que formaba y forma parte del acervo cultural que compartimos cuando nos dio por cruzar el Atlántico allá por el siglo XVI. Los toros están en decadencia –los taurinos se han cargado la fiesta hace tiempo adulterándola- pero todavía significan algo. Forman parte de lo que tenemos en común. Por eso los combaten.

Sin embargo, frente al “sentir mayoritario de una parte de españoles” que sostiene el ministro –reparen en el juego de palabras- lo más cierto es que miles de pueblos de toda España –incluso en los territorios independentistas- gozan con los toros y muchísimas de las fiestas populares llevan aparejados encierros, vaquillas y/o corridas de toros. Todo el mundo conoce los encierros de San Fermín y trata de imitarlos.


Llega la imposición de la dictadura

Esto es lo que molesta. Entonces, cuando la manipulación y el adoctrinamiento no pueden, llega la imposición. Como no pueden eliminar los toros por decreto porque el Pueblo se levantaría, optan por este tipo de faenas que van minando la Fiesta Nacional –adulterada entre otras cosas por las subvenciones- mientras logran una efectiva cortina de humo para todos sus tejemanejes. Nos hablan de preservar la diversidad y la riqueza cultural que nos define como sociedad, nos hablan de infinidad de costumbres y nacionalidades… pero a la hora de la verdad quieren imponernos su modelo pasando por encima de mayorías y minorías, incluso de la Ley 18/2013, de 12 de noviembre, para la regulación de la Tauromaquia como patrimonio cultural. 

Estamos sufriendo una revolución bolivariana soterrada. Una revolución que no es por y para el Pueblo, sino para que los Imperantes y su Séquito no tengan ya que hacer ningún papeleo a la hora de hacer lo que les venga en gana. Quieren digitalizar el Poder y prescindir del papeleo que exigen la Ley y la Constitución. Mientras tanto te anuncian que quieren eliminar el maltrato cuando los que más maltratan son ellos. Que quieren eliminar los toros cuando son los primeros que se lucen en la plaza. Que quieren eliminar las putas cuando son los primeros que las gozan (eso sí, con dinero público, que luego no se diga).

Los toros y las putas, las putas y los toros no tienen nada que ver con lo que quieren hacer. Son cortinas de humo. Quieren imponernos su dictadura y punto pelota. Para conseguirlo tienen que hacernos antes muchas faenas y nos las están haciendo. Las hacen para confundirnos y enfrentarnos. Entonces, no hagas ni caso. No te dejes llevar por todas estas faenas. Se trata de estar centrado y avizor. Que no te lleven al huerto fácilmente. Todavía tienes tú voto para metérselo en las ruedas. La faena se la puedes hacer tú.


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