Pedro Sánchez compareció ayer, sin posibilidad de que se le hicieran preguntas, para anunciar que después de cinco días de reflexión, se queda. Pero el daño que ha hecho a España y a su propia imagen es irreversible. La patética concentración del sábado en la sede del PSOE en Ferraz, así se lo pedía. Hablan Sánchez y sus cuates de “calidad de la democracia” y de “acoso”. Y en esa concentración patética sus cuates cantaron puño en alto la Internacional y Pachilopez gritaba “No pasarán”.
El puto amo y la degradación moral de sus cuates
Los tics guerracivilistas habituales desde que Sánchez llegó al poder. Lo cierto es que viendo a los popes del PSOE cantando la internacional no parecían “los parias de la tierra” ni una “famélica legión”. Todos ellos cobran sueldos fantásticos y se alimentan bien con cargo al erario. Y escuchar a un ministro del Gobierno calificar a Sánchez de “puto amo” evidencia hasta que punto llega la degradación moral de los cuates del presidente. Lo del puto amo era lo que le faltaba a Oscar Puente.
Con su decisión Sánchez aliviará a Pedro Almodovar, que lloró al leer su carta, y a esos periodistas del manifiesto liderado por Silvia Intxaurrondo, obediente presentadora de RTVE, al que se sumaron, claro, Ana Pardoi de Vera y alguno más. El puto amo se queda después de haber generado una tensión institucional inaudita con esa carta de amor a Begoña Gómez, la conseguidora de fondos, con copia a los ciudadanos que ni un adolescente habría escrito.
Pero ni Sánchez ni ninguno de sus obedientes cuates ha puesto en duda que Begoña Gómez mantuvo esos contactos con empresarios que recibieron ayudas aprobadas por su marido. Ni que sus patrocinadores en su cátedra sobre captación de fondos estatales y europeos resultaran agraciados en adjudicaciones de contratos del Estado con el aval de Begoña. Ni que Begoña se reunió con los dueños de empresas que al poco tiempo fueron salvadas de la quiebra por el Gobierno que preside su marido por más de 1.000 millones de euros.
Si ha cometido o no delito lo decidirán el juez instructor y la Audiencia. No hay noticias de que la conseguidora haya presentado denuncia o querella alguna contra los periodistas que publicaron esas noticias. La conseguidora y el puto amo no han desmentido esas informaciones.
En una democracia no hay nadie, nadie, a quien no se pueda investigar. Lo sustancial no es quien denuncie, sino lo que decida el juez una vez hechas las averiguaciones pertinentes. Por otra parte, el ultraderechista Miguel Bernad, el denunciante, no fue criticado por el PSOE cuando denunció a la infanta Cristina y a Iñaki Urdangarín. Y es el mismo Miguel Bernad que mantenía amistad con el padre de la conseguidora, a quien ayudó con lo de las saunas/prostíbulos que tenía en Madrid.
Si alguien ha crispado la conversación política en España ese ha sido Sánchez, con la eficaz ayuda de sus obedientes cuates. Recuerden, el muro para dividir a los ciudadanos, la fachosfera en la que instalan a cualquiera que no piense como ellos. Y la denominación de “jauría” para los discrepantes. Todo un ejemplo de civismo.
Iniciativas legislativas para perseguir a jueces y periodistas
Lo preocupante, una vez que se queda Sánchez, es que todo apunta a que va a tomar iniciativas legislativas para perseguir a jueces y periodistas. Me cuentan socialistas con información que “va a tratar de aprobar cuanto antes una ley para quitarle a los jueces la instrucción de las causas para pasársela a los fiscales y es probable que también una ley anti libelo”. Para temblar, pero tratándose de un autócrata como Sánchez, verosímil. Quedó para la historia su frase a un periodista de la radio oficial con este diálogo infame por ambas partes:
Sánchez. – ¿La fiscalía de quien depende? (silencio del periodista de RNE). ¡¡¿De quien depende?!!
Periodista. – Sí, sí. Del Gobierno.
Sánchez. – Pues ya está.
Al fiscal general le elige el Gobierno, es cierto, pero la fiscalía no depende del Gobierno. En la fiscalía hay un orden jerárquico, pero en esa jerarquía no está el Gobierno. Otra cosa es que haya fiscales que no cumplan con su obligación y obedezcan al Gobierno en vez de defender la legalidad. Pero Sánchez ha colonizado todas las instituciones y exige lealtad perruna a los suyos. O sea que a ver que prepara el autócrata una vez que ha dicho que se queda. Para ponerse a temblar.
Y me dice una fuente de presidencia que al puto amo no le gustó nada la actuación de la vicepresidente Montero en Ferraz, porque percibió en ella ansias de que se fuera para ocupar la presidencia en funciones. Como decía al principio, el daño es irreversible. Sánchez será el puto amo para el inefable Puente, pero es el responsable de arruinar cualquier posibilidad de consenso político y cívico. Después del órdago a los ciudadanos con su carta de amor a Begoña Sánchez debió explicar por qué escribió esa carta y generó una inestabilidad insólita e impropia de un dirigente en sus cabales.
