En diciembre de 2017 la Fiscalía solicitó nada menos que 118 años de prisión para Luis Pineda, entonces director de Ausbanc, la Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios. Se le atribuían, junto a otros miembros más de la organización, de delitos de estafa, blanqueo de capitales, extorsión, amenazas, fraude, administración desleal y pertenencia a organización criminal. Se solicitó entonces penas de prisión para nada menos que once acusados en la misma causa, además de la disolución de todas las sociedades que conformaban el grupo Ausbanc y Manos Limpias. Sindicato que, por cierto, se autoproclamaba “sindicato contra la corrupción”.
El Supremo absuelve a los responsables de Ausbanc y Manos limpias
Finalmente, Luis Pineda, director de Ausbanc, fue condenado a cinco años de prisión por delito continuado de extorsión y a tres años más por delito de estafa. Es decir, los 8 de los que ahora le absuelve el Tribunal Supremo, en contra del criterio que hace siete años aplicó para su caso la Audiencia Nacional.
El veredicto es que absuelve tanto al presidente de Ausbanc, Luis Pineda como al director de Manos Limpias, Miguel Bernard. El Alto Tribunal reconoce que puede que las presiones que Pineda aplicaba a las entidades bancarias no fueran del todo éticas e incluso pudieran tener la consideración de censurables. Pero, en cambio, considera que no alcanzan para colmar el concepto de intimidación. No son ilícitas. Y, por tanto, no pueden ser objeto de condena. Indican que eran acciones judiciales que tenían un fundamento concreto. Y, en el caso de las informaciones que utilizaban para sus presiones varias, no se basaban en inventos. En el caso de Luis Pineda, se le exonera de la acusación más grave que había recaído sobre él.
Ausbanc, entre otras funciones, tenía la de combatir los abusos que las entidades bancarias ejercían sobre sus clientes. Y, sobre todo, cuando esos abusos se producían en temas como las cláusulas suelo o determinados asuntos hipotecarios. Junto a Manos Limpias, parece ser que extorsionaban a los bancos y los llevaban a los tribunales con el fin de que finalmente firmasen acuerdos económicos con ellos de diversa índole.
Extraña praxis…
El director de Ausbanc iniciaba procesos civiles contra determinadas empresas. Generalmente eran entidades financieras. Con la colaboración de Manos Limpias también iniciaron en alguna ocasión procesos penales. A veces las sentencias les daban la razón y era en esas ocasiones, cuando aprovechaban para proponer la retirada de la acusación a las mencionadas empresas a cambio de acuerdos publicitarios o de prestación de determinados servicios. Llegar a este acuerdo aseguraba que Luis Pineda no volviera a iniciar uno nuevo.
Consultado con ex empleados de Ausbanc, confiesan que recuerdan haber vivido todo con “muchísima incertidumbre”. No les era extraño escuchar tonos “amenazantes” en algunas conversaciones. “Tenía muy malas formas. Ponía mucha presión sobre los directores de los departamentos y luego esa presión caía sobre el resto de empleados”. Además añaden que “se sabía que tenía muy buenos contactos con altos cargos de entidades bancarias”, pero de la misma manera “también tenía muchas enemistades”. Por lo que sí parece probado que la Audiencia Nacional no anduviera desencaminada del todo. Aunque el Supremo ahora avale otra forma de mirar la extraña praxis de Ausbanc y Manos Limpias.
En el momento de los registros, cuando empezó a deshacerse todo el entramado, una ex empleada confiesa que “fue todo muy incómodo. Se presentó una mañana la UDEF en la oficina para inspeccionar ordenadores y llevarse archivos y recuerdo que estábamos todos en la cocina sin poder salir de la oficina hasta la hora de la comida”. Sin embargo, no todos vivieron lo mismo, esta ex empleada confiesa también que en ese momento “directores de departamento había pocos por allí”. Después de aquello, “se embargaron las cuentas y tuvimos que seguir yendo a trabajar sin cobrar hasta que se resolvió todo el tema del ERE”, indica.
El delito de extorsión combina tanto la intimidación como la violencia. Y para el Supremo, Luis Pineda y el sindicato Manos Limpias, no lo ejercieron en su totalidad. No basta con hacerlo un poquito o de intentarlo. Ni siquiera de sugerirlo. Basta que lo haga otro para que se conceptualice de otra manera. Para que se aplique con todo el peso de la ley, como afirman algunos expertos de vez en cuando. Porque a veces lo que dictaminan los tribunales sorprende. Y mucho. Como en este caso de Ausbanc y Manos Limpias. ¿Qué será lo próximo?