Desde el pasado martes Ecuador vive intensas jornadas de caos y terror en las calles. Una ola de violencia invade el país, pero sobre todo las principales ciudades. Las calles se han llenado de agentes de la policía que tratan de aplacar la violencia. Además, se han registrado asesinatos a algunos agentes, coches bomba e incluso varios intentos de toma de hospitales y universidades. El miércoles, esta ola de terror incluso se retransmitió en directo, cuando pandilleros armados tomaron la emisión del programa “El Noticiero”, de la TV pública de Ecuador en Guayaquil, al grito “para que sepa que no se deben jugar con las mafias«. Periodistas, camarógrafos e incluso los espectadores temieron por su vida con el asalto.
Daniel Noboa, dos meses después de estrenarse como presidente del país, se ha visto obligado a declarar el primer estado de excepción en Ecuador. Además ha tenido que firmar un decreto en el que declara la existencia » de un conflicto armado interno». en el país al que hay que enfrentarse. Es decir, plantea enfrentarse a la veintena de grupos que parecen estar detrás de esta oleada de violencia. Se trata en realidad, según ha afirmado el presidente, de una lucha “contra el narcoterrorismo”.
En recientes declaraciones, Noboa ha indicado que existe “un conflicto armado interno” en todo Ecuador. Y ha indicado además que pese a la escalada de violencia que viven las calles ecuatorianas en los últimos días, “no cederá” ante estas bandas criminales.
Una violencia que arrasa todos los rincones del país
El conflicto de las calles está inundando de violencia y sangre las calles de Ecuador. Y personalidades conocidas de la actualidad guayaquileña se han convertido, de repente, en víctimas de una realidad que se ha expandido rápidamente por todos los rincones del país. Es el caso de Diego Gallardo, famoso cantante ecuatorianos que murió abatido por un disparo, cuando conducía su propio vehículo al ir a recoger a su hijo del colegio. A día de hoy, las escuelas permanecen cerradas.
En las cárceles, más de 130 funcionarios permanecen como rehenes. Y en las calles, reina el miedo. La población ha optado por no salir de sus casas para mantener esa seguridad que de puertas para fuera no tiene. Y las escuelas incluso han cerrado.
Adolfo Macías Villamar, alias «Fito«, jefe de los Choneros, brazo del cartel mexicano de Sinaloa, es uno de los narcotraficantes más temidos de Ecuador. El criminal más temido del país. El pasado domingo las autoridades alertado de que el preso se había fugado de la cárcel en la que cumplía condena desde hace más de 30 años, acusado de narcotráfico, asesinato y delincuencia organizada, además de otra serie de delitos como robos o tenencia ilícita de armas.
Todo concuerda que tras la huida de «Fito» se han ido encadenando motines en diversas cárceles de Ecuador. Varios funcionarios penitenciarios permanecen secuestrados. Y ha animado a que otros famosos delincuentes de Ecuador sigan sus pasos. Es el caso de Fabricio Colón Pico, alias “Capitán Pico”, de la banda de Los Lobos. Fugado de la prisión en la que cumplía condena.
La comunidad ecuatoriana vive con miedo la actualidad de su país
En España, la comunidad ecuatoriana es la tercera más numerosa. Más de 400.000 personas residen en nuestro país. Y estos días viven con el corazón encogido. Muchos familiares, amigos y conocidos se resisten a creer que sus calles en Ecuador se hayan llenado tan de repente de violencia. Desde España siguen las noticias con desasosiego y confían en que la tranquilidad vuelva a asentarse en su país.
Gabriela Inca Morales explica que “estamos muy preocupados por la situación que se está viviendo en mi país. Sólo tengo un hermano en Ecuador, que se fue allí para estudiar ingeniería civil. Acaba de terminar la carrera y tal y como está el país en estos momentos, está difícil que encuentre trabajo allí porque para acceder a un puesto tienes que pagar”. Preocupados por su situación, explica: “Mis padres, que residen en España desde hace tiempo, han optado contratar seguridad para mi hermano, que sigue viviendo allí. Porque en cualquier momento estos terroristas se pueden llegar a meter en la casa”.
Josselyn Holguín Alcivar está de acuerdo con su compatriota. Explica que “allí tengo a mis abuelas, mis tíos y primos. Todos se encuentran en Manabi, pero lo peor está ocurriendo en Guayaquil. Aunque no se salva ningún lugar de la delincuencia que hay”. Añade que “escuchamos muchas veces que hay mucho sicariato cerca de donde vive nuestra familia”, un problema que está, al parecer, extendido por todo el país.
La sensación de ambas es de incertidumbre y miedo. Josselyn explica que “nos sentimos muy asustados porque no sabemos si al día siguiente, al levantarnos, encontraremos una noticia terrible tanto de nuestra familia como de nuestro país”. Además, señala que existe “demasiada noticia falsa” en torno a la situación del día a día en Ecuador. Lo hacen, cree, “para que la gente esté entretenida en esas noticias falsas”, y por otro lado “estar atentando”. “No sé mucho de política, pero creo que desde los gobiernos atrás la estabilidad de Ecuador ha ido decayendo. Es muy triste ver cómo ya no hay seguridad y sales a la calle con temor a que pase algo”. A lo que Gabriela, añade: “Hay tanta corrupción que un día todo esto tenía que explotar”.
Desde la ONU, su secretario general Antonio Guterres ya ha expresado su preocupación por el deterioro en la situación de Ecuador. Además, ha condenado la reciente violencia de los grupos criminales y se ha solidarizado con todo el pueblo ecuatoriano. Con sus palabras, la comunidad internacional muestra que también está desconcertada y preocupada por lo que acontece en el país.
Pedro Sánchez también ha tenido ya alguna conversación con Daniel Noboa y le ha podido trasladar su “firme condena a los actos violentos de estos días”. Tal vez no baste sólo con trasladar palabras o mostrar preocupación. Hablar de guerra, aunque sea interna, es grave. Tan grave que no podía iniciarse un 2024 de una manera peor.