A finales de 2022, según las últimas estadísticas oficiales, las condenas por abuso sexual se estimaba que habían aumentado cerca de un 34% respecto al año anterior. Estas agresiones no sólo se ejercían contra adultos sino que, tristemente, en el paquete también van los niños. Ahora, según un estudio elaborado por la Fundación ANAR, los abusos sexuales a menores, podrían haberse cuadruplicado en los últimos diez años. Escalofriantes datos que dejan entrever el grave problema que tenemos hoy por hoy sobre la mesa.
Tal y como aseguran desde la Fundación, la mayor parte de las llamadas de denuncia han sido de adolescentes femeninas que estaban siendo o habían sido agredidas por personas adultas de su propio entorno. Vuelve así a darse el mismo patrón que se sospecha en caso de abuso y agresión sexual, en caso de pedofilia. También Save The Children alerta: el 25% de los niños y niñas sufren violencia pero solo 1 de cada 10 lo denuncia.
Y no sólo desde la Fundación ANAR o Save The Children se aclama por esta situación. En Tarragona, por ejemplo, a través del servicio Barnahus, se alerta de que desde que se puso en marcha el servicio de atención a menores, los casos de denuncia también se han cuadruplicado. Carles Campuzano, Conseller de Derechos Sociales destacó recientemente, al conocer esta información, que es importante hacer “emerger” una realidad que “a menudo se ha escondido”.
Aunque más que esconder, al tratarse de menores, la alarma sólo salta cuando el menor se decide a contarlo a los adultos de su entorno. Si a este hecho se le suma que es casi siempre su entorno el que lo mantiene amenazado o desde donde se produce la agresión, es complicado que el menor entre en acción y tome las riendas de su propio caso. Otras veces, ni siquiera es consciente de que lo que le ocurre no es lo debido.
La mayor parte de los abusos se producen en el ámbito intrafamiliar
Según se arroja de los datos aportados por Tarragona, las víctimas tienen mayoritariamente más de 14 años. Además gran parte de los abusos denunciados se han producido dentro del ámbito intrafamiliar. Gracias al servicio Barnahus, que significa “casa de los niños” en islandés, se ofrece una atención integrada al menor. Y es allí donde la víctima encuentra a su disposición servicios como análisis forense, atención psicológica o realización de pruebas preconstituidas.
Los servicios de protección de las comunidades autónomas avisan que los casos de abuso a menores han aumentado un 130%. Según el Registro Unificado de Maltrato Infantil (RUMI) los casos de violencia contra los menores aumentaron un 37% en 2021. Estamos hablando de muchos tipos de maltrato, pero sobre todo, del físico y los abusos sexuales. Además más de la mitad de las víctimas son adolescentes. ¿Las causas? Durante el confinamientos, los expertos se llevaban las manos a la cabeza al pensar que los casos de maltrato a menores aumentarían. La razón es porque las víctimas y agresores iban a pasar mucho tiempo juntos por obligación.
Pasado el tiempo, coinciden ahora en afirmar que en los últimos dos o tres años quizá no es que haya habido más casos, sino que se detectan antes y se denuncian más. Existe mayor concienciación contra el maltrato infantil y contra los abusos, lo que hace que se denuncie antes. De hecho, en esta línea, José María Vergeles, vicepresidente segundo y consejero de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura, afirmaba hace unos días que era necesario incluir en los registros de violencia infantil más formas de maltrato para que pueda existir un abanico más amplio a la hora de encajar los casos que se denuncien o que sean sospechosos.
Los expertos coinciden también en que sea lo que sea lo que provoca este incremento, es fundamental que se actúe desde la prevención. Deben aplicarse medidas oportunas y se debe incentivar la educación a los menores para que estos tengan claro que pueden y deben pedir ayuda y que la única manera de frenar este tipo de situaciones es denunciando. En definitiva, lo que se pide siempre: más medidas, más concienciación, más educación y, sobre todo, más atención a la infancia y adolescencia. Más atención a nuestros menores.
