Una vacuna que cambia la historia… No, no hablamos de la vacuna del coronavirus. Sobre esto, no sabemos si alguna vez lograremos conocer el verdadero origen del coronavirus. De hecho, no hay rincón sobre la faz de la tierra que no haya hablado en alguna ocasión de COVID-19 en los últimos meses, y tampoco de vacunas. De esas que todos sabemos que hay o que va a haber y aunque las haya, poco se indaga sobre su origen.
La historia evoluciona a base de crisis y de pandemias sanitarias pero también de vacunas que les ponen fin. Y en este caso, el fin de la viruela vino a partir de un hallazgo que mucho tenía que ver con las vacas y la enfermedad que éstas contraían y contagiaban a los humanos. De hecho, marcó la mitad del pasado siglo y la historia de la sanidad reciente. Y si la historia evoluciona a base de crisis y de crisis sanitarias, podríamos incluso hablar de que la historia evoluciona a base de pandemias. Descubrimientos que, como las vacunas, acaban afectando hasta al vocabulario que empleamos para comunicarnos.
¿Saben de dónde viene la palabra vacuna? Vacuna contra esto o aquello, vacunación colectiva. Vacunación para lograr la inmunidad de rebaño. Vacuna contra el coronavirus… Sin saber que vacuna proviene de la palabra latina vacca, y que traducido al castellano es vaca. Puede tener sentido, vacuna y vaca comparten las tres primeras letras…
La vacuna de la viruela: los orígenes
La enfermedad de la viruela era, allá por el siglo XVIII una enfermedad devastadora. Según los anales, exterminaba alrededor de 400.000 europeos cada año y no existían indicios de que la historia terminase de una vez por todas.
El doctor Edward Jenner, médico rural en el condado de Gloucester, observó que las mujeres que se dedicaban a ordeñar vacas, no contraían la viruela. Sus conclusiones establecían que, al ordeñar a estos animales, las mujeres contraían una forma menor de la viruela (en realidad, contraían la viruela bovina) y ello les hacía ser inmunes a la viruela humana.
El doctor Jenner probó a inocular pus de las lesiones de una de estas mujeres “ordeñadoras” en un niño de 8 años. Poco tiempo después, introdujo exudaciones de un enfermo de viruela en el brazo del niño. Que básicamente es lo que a lo largo de nuestra reciente historia se conoce como vacuna. Para los anales quedará que el niño sobrevivió y cambió la historia por prestarse a ello, por demostrar al doctor Jenner y a la comunidad científica de entonces, que las vacas también enferman. Que se puede padecer una forma menor de una enfermedad y que muchas enfermedades pueden ser devastadoras si no se busca una solución o si no se conoce solución a tiempo. El doctor Jenner no encontró sus descubrimientos de un día para otro. Tampoco lo hizo con presión internacional ni ejerciendo de peón en una carrera entre varias potencias para lograr el primero la vacuna contra nada.
Como esto escapa de nuestro entender, quedémonos con que a lo largo de nuestra historia, vacuna proviene de vaca. Con que ésta es la historia de una vacuna famosa. Y con que la viruela también la padecen los animales. Que los humanos siempre han estado en contacto con los animales y que hay que conocer la historia, aunque sea para poder acostarse cada día habiendo aprendido algo nuevo.
