Puede que se hayan puesto de moda o tal vez solo sea que en Occidente nos hemos dado cuenta de sus múltiples beneficios, pero lo cierto es que cada vez existe una mayor oferta de actividades basadas en el Yoga o en el Taichi. Actividades que prometen una contribución eficaz contra el estrés diario. Ambas prácticas llegadas desde Oriente, han calado muy profundo en nuestra sociedad occidental y cada vez son más los adeptos a las mismas.
¿Qué aportan? Tanto una como otra, serenidad. Las dos están basadas en la movilidad del cuerpo, la flexibilidad de las articulaciones y la respiración. Ambas requieren un esfuerzo para ejercitar todos los músculos del cuerpo de manera que se logren ejecutar posturas y movimientos que a largo plazo, benefician a nuestra salud.
Yoga: una disciplina que aporta paz mental y física
El yoga está íntimamente relacionado con el hinduismo y el budismo. Su nombre viene a significar “fuerza”. Es una práctica milenaria que nació en la India entre el año 1.000 y el 5.000 antes de Cristo. Su origen se encuentra en las páginas de los textos sagrados conocidos como Vedas. Más que un ejercicio el yoga es una disciplina tradicional espiritual, física y mental, que muchos usuarios han comenzado a practicar buscando con ello la paz mental y física que anhelan tras estresantes jornadas de quehaceres diarios y trabajo.
Existen además muchas variantes del Yoga. Desde el Hatha Yoga al Yoga Kundalini, el vinyasa, el iyengar o el Bikram (quizá uno de los más conocidos). También el Ashtanga o el Yon Yoga. Los más entendidos, más que tipos o variantes del Yoga, hablan de las ramas del yoga. Hacen referencia a que existen hasta 29 ramas del árbol del yoga, aunque las más conocidas sean tan sólo 8. Cada rama reprensenta a uno de los pasos que ha de llegar cada persona para su realización personal completa. Su práctica favorece la elasticidad. Y es un remedio muy útil para dolores y problemas crónicos, incidiendo su práctica habitual muy positivamente sobre la salud de quien lo practica. Cada vez son más las personas que disfrutan de sus beneficios. De ser una actividad para “de vez en cuando” puede acabar convirtiéndose en un estilo de vida, que afecta también a la alimentación, al descanso y hasta el sueño o la forma de ver el día a día.
Taichi: una forma de reducir el estrés y la ansiedad
Por su parte el Taichi proviene de China. También se le conoce como TaiChi Chuan. Consiste en encadenar ciertos movimientos de manera muy lenta y divididos en un determinado número de técnicas del Qi Gong, pero también en otros inspirados en las artes marciales originarias del país asiático. Utiliza fundamentalmente las piernas para los desplazamientos, mientras que las extremidades superiores se emplean para hacer otro tipo de movimientos, lentos, pausados por el aire y que incitan a la relajación.
El Taichi reduce el estrés y la ansiedad. Mejora el equilibrio, ayuda a reducir peso y contribuye a la renovación celular del cuerpo. Además fortalece los brazos y las piernas. También contribuye a mejorar el equilibrio y la concentración. Sus posturas son mucho más sencillas que por ejemplo, las del yoga, por lo que no es extraño encontrarse a personas de mayor edad practicándolo, ya que se le considera una actividad de bajo impacto.
En definitiva, se trata de dos maneras muy beneficiosas de contribuir a la buena marcha de nuestro organismo. Ya no solo porque se ejercitan todos los músculos y articulaciones, se reduce la presión arterial y abandonamos con todo ello la vida sedentaria, sino porque además, favorece la relajación. Todo ello unido a una alimentación saludable, puede ayudarnos a que cuidemos nuestra salud. La verdad que falta siempre nos hace.
