Las vacaciones de la que parece ser la nueva normalidad están a punto de comenzar para muchos. Este verano 2021 vuelve a reactivarse el turismo. Con pruebas PCR mediante, vacunas y antígenos. Y con la sombra de un carnet COVID como requisito para moverse entre países en Europa. Ferias y eventos como FITUR, arrojan algo de esperanza a los empresarios y trabajadores del sector del turismo que hace más de un año vieron cómo sus objetivos a medio plazo se quedaban a la altura del suelo. Sin posibilidades de restablecerse en mucho tiempo. La situación varía un poco respecto a la que se vivió el pasado año. En este 2021 las esperanzas están puestas en que gracias a la vacunación, la incidencia del coronavirus baje y los contagios no se reproduzcan de nuevo.
Las vacaciones de la nueva normalidad implican que se continúen manteniendo las distancias de seguridad entre personas, que en playas y recintos abiertos también exista un control de aforos. También que la desinfección de superficies siga estando a la orden del día. Y sobre todo, que la mascarilla será de nuevo uno de los imprescindibles en los neceseres y maletas. Parece que cambia mucho pero no tanto como para que podamos considerarlo nueva normalidad.
Vacaciones sí pero… ¿dónde quedó nuestra libertad?
Aunque no lo parezca ha cambiado mucho respecto al año pasado. De hecho todos hemos cambiado. Nuestra mentalidad no es para nada parecida a la que teníamos en 2019. Los efectos de las restricciones, de los controles, de la sensación de exceso de aforo o de las calles más o menos llenas, en según qué zonas, han hecho mella en todo el mundo.
Ha cambiado que este verano existen citas sanitarias para vacunar a los que van quedando por hacerlo. Además se habla de tener pasaporte COVID (un certificado electrónico que nos dicen las autoridades servirá “para viajar con una mayor seguridad»), o de mantener rutinas que hemos adquirido por la fuerza en los últimos 15 meses. Cambia la percepción de que nos robaron parte de nuestra libertad y no sabemos bien por qué la estamos recuperando cuando en realidad, nunca debimos perderla.
Cambian las zonas a las que viajar (de momento, áreas del Levante español como Benidorm no recibirán visitas de los británicos), y los destinos. Porque cuando hace dos años se hablaba de vacaciones, en un gran porcentaje, se planteaba la salida al extranjero. Hoy son los destinos nacionales los primeros que aparecen entre las propuestas.
Descanso para unos y trabajo para otros
En lo que muchos estarán de acuerdo es que estas próximas vacaciones implican la recuperación de uno de los sectores económicos más afectados, sobre todo en países de corte turístico como España. Según datos de marzo de 2021, más del 53% de los trabajadores que se encontraban en situación de ERTE, pertenecían a sectores como el turismo o la hostelería. Y poco a poco, muchos de ellos ya comienzan a vislumbrar el regreso a sus puestos de trabajo. Es el caso de Eva, trabajadora en una agencia de viajes en el centro de Madrid, en ERTE desde hace más de un año. Acaba de empezar a trabajar: “poco a poco y unas cinco horas al día” en la agencia en la que lleva empleada más de 25 años.
Estas nuevas vacaciones traen movimientos, billetes de tren o de avión, también reservas en hoteles, apartamentos y otro tipo de alojamientos. Esperanza porque este verano quizá no se parezca mucho al pasado. Ya que solo por el mero transcurrir del tiempo, por mucho parecido que encontremos, nunca será totalmente igual. Las vacaciones de este 2021 traen descanso para muchos y trabajo para otros. Y sobre todo, traen conciencia, porque aunque ya nada va a volver a ser igual que antes, sabemos que pueden quitarnos todo menos la ilusión.