El mes de septiembre es, para muchos, época de comienzos y de nuevos propósitos. Es, como viene recordándonos la publicidad, una “vuelta al cole” en todos los ámbitos. Regreso a los puestos de trabajo tras las vacaciones de verano, arranque de las clases… y tiene, incluso, su correspondiente “cuesta de septiembre”. Este año cuesta particularmente más que otros debido a la inflación.
Las familias se han ido aprovisionando estas últimas semanas de útiles escolares, materiales diversos, libros, uniformes y todo lo necesario para que los niños comiencen sus clases. Y lo han hecho temiendo que el asalto al monedero les deje un septiembre para recordar. El gasto ha superado con creces el realizado en las mismas fechas del año pasado o del anterior debido a los altos precios.
Según un informe publicado por la financiera Banqmi, el coste medio por alumno en este curso 2023 rondaría los 410 euros. Cifras muy superiores a las alcanzadas en cursos pasados, que oscilaron entre los 386 en 2021 y los 406 en 2022. La subida en los precios del papel y del plástico, así como de los textiles, han hecho que material escolar, libros y uniformes sean este curso, más caros.
Pero no sólo están afectando los precios a la vuelta al cole. Las despensas de los hogares también se resienten. Y alimentos como las frutas y verduras o los frescos, tienen hoy un precio bastante más elevado que hace un año. Se le suman también a los productos que se han encarecido en la cesta de la compra, las pastas, los arroces, los lácteos y el aceite de oliva, casi convertido ya en un producto de lujo para muchas familias. Supera, a día de hoy, los 10€ cada litro y se espera que siga incrementándose. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el aceite de oliva acumula una subida del 38,8% en lo que llevamos de 2023. Y el aceite virgen extra ha llegado a encarecerse aún más: un 227%. ¿Las razones? La acuciante sequía que llevamos arrastrando meses.
El septiembre más caro de la historia gracias a la inflación
De modo que los alimentos no se prevé que vayan a bajar. En declaraciones de la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño la “perspectiva no es que vaya a haber una baja a corto plazo”. Es decir, se vienen curvas y nuestros bolsillos deben estar preparados para un final de año previsiblemente más caro de los últimos tiempos. Unas subidas, que en palabras de Calviño, están erosionando la economía de muchas familias.
Como lo están haciendo los carburantes. La gasolina, por ejemplo lleva acumuladas siete semanas de subidas continuas. Y ronda el 1,70€ por litro, mientras que el gasoil, se encuentra situado muy cerca, en torno al 1,6€ por litro. No es consuelo que en España el precio de los carburantes esté por debajo de la media que se paga por ellos en otros países de la Unión Europea. No es excusa porque, dirán algunos, los sueldos tampoco son iguales.
Los tipos de interés, según la FED, son ahora mismo lo suficientemente altos. Falta añadir que para poder frenar la inflación. Pero no deja de sorprender que pese a los altos precios de todo, al encarecimiento de la cesta de la compra, de la congelación de muchos salarios, muchos consideren que, aunque no se diga, nos encontramos inmersos en una crisis de la que se habla siempre indirectamente. Los datos del desempleo sorprenden positivamente y se percibe en la calle una cierta estabilidad. Pero no nos engañemos. El día a día se encarece. Lleva encareciéndose más de un año. Y este mes de septiembre que se inicia mañana es ya uno de los más caros de los últimos tiempos. En términos generales, en términos subyacentes o como nos lo quieran contar. Pagamos más por todo y seguimos cobrando lo mismo.
