MISERABLE PABLO IGLESIAS

Pablo Iglesias, el capo de Podemos, tiene acreditado que es partidario de la violencia como lenguaje político. Esta semana se ha comportado de nuevo como un miserable sugiriendo en su “Canal Red” que el periodista de El Español José Ismael Martínez, que fue salvajemente agredido por una turba de abertzales en Pamplona, no estaba allí cumpliendo su obligación como periodista sino que era un infiltrado de la Policía.

Iglesias afirmó que “al que le rompen la cara es a un tipo que se infiltra en nuestro curso. Entonces la pregunta es, ¿es un tipo que estaba haciendo periodismo o es un tipo que estaba tratando de sacar fotos a los antifascistas para dárselas a la Policía?”.

Solo le faltó decir, porque quizá lo piense, que poco le atizaron a José Ismael Martínez

La respuesta, señor Iglesias, la conoce usted. José Ismael Martínez es un periodista, no un infiltrado de la Policía. Se le podría aplicar a Iglesias el refrán de cree el ladrón que todos son de su condición. Solo le faltó decir, porque quizá lo piense, que poco le atizaron a José Ismael para lo que se merece.

Pablo Iglesias ha elogiado en algunas ocasiones a la banda terrorista ETA. En Pamplona, en una charla en una herriko taberna, elogió el papel de ETA, que, según él, entendió desde el primer momento que en España “no se pueden ejercer determinados derechos en su legalidad”.

No es de extrañar que le parezca bien que le partan la cara a un periodista por informar

Iglesias se siente cómodo junto a Arnaldo Otegui, de Bildu, consumado terrorista experto en secuestros, y elogia a una banda terrorista que asesinó a cerca de 900 personas. No es de extrañar que le parezca bien que le partan la cara a un periodista que no hace más que cumplir con su obligación de informar.

Hay que ser muy miserable para sugerir que un periodista es un infiltrado de la Policía. Pero no me sorprende en Iglesias, que tiene un acreditado currículo respecto a lo que el entiende por periodismo. No hay más que seguir su Canal Red.

La tendencia de la izquierda que se autodenomina progresista a justificar la violencia de la extrema izquierda asusta. Ayer, Luis Rubiales, ex presidente de la Federación Española de Fútbol, fue agredido en la presentación de su libro. Le lanzaron unos huevos, y él reaccionó saliendo hacia su agresor, al que no llegó a alcanzar.

Al escuchar la noticia transité por las televisiones para ver las imágenes. En La Sexta, donde Iñaki López y Cristina Pardo, un tipo salió inmediatamente no a condenar al agresor, sino a advertir “ojo a la reacción violenta de Rubiales, ojo a como reacciona violentamente”. En las Malas Lenguas de Cintora, una señora que se dice historiadora también criticó la “reacción violenta de Rubiales, que ya tiene antecedentes de comportarse violentamente”.

Es miserable sugerir que José Ismael Martínez era un confidente policial. José Ismael no es como Iglesias. Es un periodista que trabaja para servir a los ciudadanos

Después se supo que el agresor de Rubiales fue un tío suyo con el que mantiene mala relación. Me repugna la facilidad de estos que se autodenominan “progresistas” para justificar la violencia si quienes la padecen son contrarios a su ideología, su facilidad para atacar a las víctimas y no al agresor.

No, señor Iglesias, no. José Ismael Martínez no es ningún confidente policial. Es un periodista que ha sido víctima de una salvaje agresión por parte de un grupo de encapuchados con quienes usted simpatiza. Quizá usted fuera capaz de trabajar como infiltrado policial para perseguir a quienes no piensan como usted. Pero José Ismael no es como usted. Es un joven periodista que cumple con su obligación al servicio únicamente de los ciudadanos. Es usted un miserable señor Iglesias. Eso pienso yo.

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