CASOS DE ABUSOS SEXUALES EN LAS AULAS

Desde el Juzgado de Instrucción número 5 de Madrid se investiga a un profesor de un colegio concertado en Madrid por presuntos abusos a varias alumnas de la etapa de Primaria. El docente, denunciado por el propio centro en el que trabajaba, fue apartado de su actividad durante un mes. Y posteriormente expulsado porque, como han afirmado desde el colegio San Agustín de Madrid, defienden la “tolerancia cero” con este tipo de agresiones. 

La jueza abrió diligencias de investigación y en estos momentos la instrucción se encuentra en fase embrionaria. Ahora tendrán que ser las familias las que se personen en el procedimiento judicial para contar qué vivieron sus pequeñas. Con todo, dicen algunos padres del centro que consideran que la actuación seguida por el centro ha sido en todo momento ejemplar. Que se tomaron medidas con absoluta diligencia. Nunca se imaginaron que esto podría haber estado pasando en el interior de las aulas, con sus hijos. Queda por conocerse aún el calibre de los hechos. Lo que vivieron las pequeñas. Cuántos niños han estado implicados y hasta dónde llegó el profesor. De momento todo son preguntas.

La alarma saltó por las conversaciones en corrillo entre varias alumnas, a las que escuchó de refilón una de las profesoras del centro que merodeaba a su alrededor. Les preguntó de qué estaban hablando y las niñas confesaron. La profesora lo denunció ante la Dirección del centro y se tomaron las medidas oportunas para separar de su actividad docente al presunto abusador.

Presuntos abusos sexuales en un colegio en Madrid

El profesor impartía las asignaturas de Lengua castellana, Plástica y Religión y era “muy religioso” aunque, según cuentan, también muy buen profesor. Nadie sospechaba sus presuntas tendencias pedófilas y su supuesta inclinación a los tocamientos a niñas. En el pecho, el interior de la camiseta, en el culo. Todavía se están investigando los hechos y las declaraciones de las pequeñas, así como el testimonio de sus familias. Además se desconoce el número de niñas que podrían haber sido abusadas y durante cuánto tiempo se produjeron los anuncios.

También habrá que determinar si en alguna ocasión el profesor llevó más allá sus abusos. Si se trató de abuso pero no de agresión o si en sus tocamientos, llegó hasta los genitales. Como en muchas otras cosas, la Ley determina hasta qué límites se considera abuso o se habla de agresión. Léase la fina ironía cuando, como en este caso, hablamos de tocamientos a niños de 8 o 9 años, donde tan importante es saber separar los límites como hacerles reconocer hasta dónde no hay que dejar sobrepasar nada. 

Casos como éste del colegio San Agustín no entienden de clase social, ni de barrio como tampoco de prestigio del centro. En los últimos años hay unos cuantos colegios que han sido señalados por haber albergado entre sus aulas a profesores con tendencias pedófilas. No se puede calcular ni controlar. 

El del colegio San Agustín no es un caso aislado. Como él ha habido en los últimos tiempos muchos parecidos. En Boadilla del Monte, por ejemplo, la Guardia Civil halló por casualidad material pedófilo en una mochila que se había encontrado perdida en el municipio. En su interior, más de 30 discos duros que están siendo analizados porque contienen material pedófilo. Se trata de vídeos que fueron grabados por un profesor de un colegio concertado de la localidad. Algunos de los discos fueron agujereados con un taladro, precisamente para que, si eran localizados, se dificultase su lectura.

El pasado mes de junio un profesor de la etapa de primaria de un colegio privado en Madrid fue detenido en una operación de la Policía Nacional contra la pornografía infantil. En este caso fueron las familias las que trasladaron al centro lo que consideraban comportamientos inapropiados del profesor hacia sus hijas. Las niñas contaban entre entre siete y ocho años. 

Profesores que abusan, graban o disfrutan consumiento contenido que nunca debería existir. Ése es el perfil de un maestro pedófilo. Pero en la pornografía infantil, el peligro puede provenir tanto de un profesor, catequista, un cura, tutor, incluso un padre o madre. Siempre en el entorno más cercano del menor. Lo que por un lado hace tan detestable esta práctica.

Ojalá no tuviéramos que hablar de esto nunca más ni que este tema surgiera como un tema más de actualidad, porque hablamos de niños y su integridad que siempre les va a acompañar como personas. Ojalá cuando lleguen a adultos no tengan que seguir sufriendo el dolor de esa llaga, que irremediablemente el abuso ha provocado en ellos. Porque éste es el efecto de los abusos a la infancia: que se dilatan sus efectos en el tiempo. 


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