Si no fueran quienes son, si no hubieran protagonizado lo que han protagonizado, el asunto sería para la crónica rosa, pero que Baltasar Garzón, el ex juez condenado a 11 años de inhabilitación por prevaricación y Dolores Delgado, Lola para los suyos, hayan oficializado su relación, conocida por todos desde hace años, tiene importancia y lleva el asunto al terreno de la crónica política o de sucesos.
Lola y Baltasar: de la crónica rosa a la crónica política
Ayer se publicó en El Español que ambos están ya separados de sus respectivos cónyuges y han comunicado en sus casas y sus entornos más directos que han decidido emprender una vida en común. Me cuentan mis fuentes judiciales que al haberse publicado sus fotos del pasado fin de semana en romántico viaje a Roma para hacer unas compras, consideraron necesario hacer público lo que era notorio y conocido.
Todo comenzó hace treinta años. Él, titular del Juzgado Central de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional. Ella, asignada como fiscal al mismo Juzgado. La relación profesional dio paso a una amistad verdadera y de la amistad al amor, primero en un secreto a voces y ahora ya destapado públicamente. De los cafés de desayuno en Riofrío a las comidas en Ars Vivendi, el Mercado de San Antón o Rianxo y de ahí a los fines de semana, algunos especiales, los que más le gustaban a ella, cuando un abogado de fuste amigo de “Balta” les llevaba en helicóptero de cacería.
Y hete aquí que, en uno de esos fines de semana en Jaén, aceituneros altivos, se lía la mundial cuando se hace público después de poner en marcha “Balta” y “La Loli” la maquinaria judicial de la Gürtel, estando de cacería ambos junto al entonces ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, también fiscal de carrera. Tres días y dos noches en el Hotel del Val de Navaltorno de Andújar, propiedad del mismo dueño del coto, el empresario Santiago Peralta, en las que se habló y mucho de la caza mayor que tenían con la Gürtel para disfrute del ministro Bermejo, a las ordenes de José Luis Rodríguez Zapatero.
El gran escándalo político
El fin de semana liquidaron entre todos los invitados 34 venados y un jabalí. Junto a ellos también el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid Tomás Sanz, además de algunos empresarios y ejecutivos bancarios de fuste. Garzón y Delgado ocuparon el puesto dos y el ministro y su esposa el tres.
Los organizadores habían dispuesto nueve puestos. Testigos del evento me explicaron que les extrañaba que estando en Jaén, incluso parte del sábado en Torres, pueblo natal del juez, se dejaran ver públicamente tan acaramelados, estando ambos casados.
No se cortaban un pelo y la verdad es que resultaba raro, incluso el ministro Bermejo lo comentó con algunos de los compañeros de la cacería y con colegas del Gobierno el lunes ya en Madrid, donde presumía con el jefe ZP de que: «el PP se va a cagar con la Gürtel, he pasado el fin de semana con el juez y la fiscal y todo está en marcha. Se van a enterar”.
Sus vidas mejoran: él en su bufete y ella en el ámbito político
Después el proceso contra el juez, que acabó con su carrera, mientras ella subía como la espuma en la misma medida que nacía y crecía Ilocad., el despacho desde el que Baltasar Garzón factura millones como abogado y como asesor de diferentes materias en países latinoamericanos como Argentina, Ecuador, Venezuela y Colombia. Su amistad con dirigentes chavistas y con Cristina Fernández de Kirchner es bien conocida en esos lares.
Y los viajes en los que ella, junto a fiscales y jueces del Tribunal Supremo, recorre mundo dando charlas y asistiendo a espectáculos ejemplares como cuando en Cartagena de Indias vio a jueces y fiscales, hombres, acompañados de mujeres menores de edad, y a lo que se limitó fue a contárselo a Villarejo en una comilona en Madrid, en Rianxo claro, junto a su Balta, sí esa comida en la que al salir a relucir Fernando Grande Marlaska, aún juez de la Audiencia Nacional, ella dijo: “Ese es un maricón”.
Porque era sabido que Garzón y Marlaska competían en estrellato y en aspiraciones profesionales, Garzón al ladito del PSOE e Izquierda Unida y Marlaska al ladito del PP entonces, hasta que le nombraron para el Consejo General del Poder Judicial. Ella, con la eficaz ayuda de su chico, logró llegar a ser designada por Pedro Sánchez ministra de Justicia. Y de ahí a la Fiscalía General del Estado, lo cual supuso un gran escándalo político.
Sus «vicios» públicos chocan con el interés público
Fuentes cercanas al ex juez aseguran que la actividad profesional de Delgado como fiscal general no incide “para nada” en el trabajo como abogado de Garzón: “porque él lo desarrolla fundamentalmente en el extranjero, y si alguna vez se produjera algún conflicto de intereses ella se abstendría de intervenir”. Curioso que sea el entorno de él, el que habla de lo que haría ella.
En cualquier caso, conocidos los antecedentes profesionales y políticos de una y otro, el asunto tiene lo suyo y la oficialización de la relación entre ambos es ya la comidilla en el mundo judicial de Madrid, donde no se habla de otra cosa, por lo general en términos muy críticos con ambos, aunque sus amigos me dicen que “todo el mundo lo sabía, ya no era ningún secreto. Es su vida privada”.
Y lo es, claro que lo es, claro, como lo es que a veces la vida privada influye en lo público, ya saben, como la película, “Vicios privados públicas virtudes”, dirigida por Miklós Jancsó. En este caso lo que conocemos son sus “vicios” públicos, y lo privado nos trae al pairo, hasta que choca con el interés público, claro.
Javier Zaragoza junior: en los corrillos judiciales madrileños
PD: Y como guinda de la semana en los corrillos judiciales madrileños, Javier Zaragoza junior, de la inefable saga de los fiscales Zaragoza, conocido en San Sebastián en medios judiciales y en los pasillos de los Juzgados como “Mira la magia de mi melena”, ha sido objeto de comentario por retuitear un tuit de un usuario denominado “Teo juez” que decía: “De los 62 jueces de la última promoción de la carrera judicial el 62% no tiene ningún familiar en el sector jurídico. Y, de los que sí lo tienen, sólo en 5 casos el familiar es juez. Pero oiga, la carrera judicial es endogámica y solo entran los hijos de los jueces…”.
Y poco después otro de “Hugo Adrián” que rezaba: “El debate circular: ¿Hay endogamia en el acceso a la Judicatura? NO. ¿Preparar el acceso requiere invertir tiempo y recursos económicos? Sí, y por ello se entiende que es necesario un sistema de becas que aporta la igualdad efectiva necesaria”.
Ole el arte y el don de la oportunidad don Javier Zaragoza Tejada. Su papá, Javier Zaragoza Aguado, fiscal de Sala del Tribunal Supremo; su mamá, Elvira Tejada de la Fuente, fiscal de Sala en la Unidad de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado. Él, letrado del Tribunal Constitucional. Por sus méritos, seguro. Nadie lo pone en duda. Como nadie duda de que entre la carrera judicial y la fiscal no hay nada que ver. ¿Hola?