LO DE OLONA Y OTRAS COSAS

Ha tenido mucho eco la entrevista de Jordi Evole a Macarena Olona en La Sexta. La ex-diputada y dirigente de Vox me da la impresión de que llevaba muy trabajada la entrevista y, sobre todo, sus silencios, auténticos protagonistas. Evole no llegó a la entrevista masaje. Género que ha cultivado con éxito (especialmente con el dictador Maduro), pero parece evidente que hubo mucho pacto previo y que el escenario estaba muy bien preparado para la representación. Me dio la impresión de que le costaba a veces apretar a Olona para que en vez de asentir con sus silencios diera nombres y llamara a las cosas por su nombre. Todo olía a mucho pacto previo. Incluso la entrevistada le dijo en un momento a Evole que había estado hablando la noche antes hasta la madrugada con alguien de su equipo.

Termino ya con el entrevistador para ir a la entrevistada. Evole ha andado justificándose con Pablo Iglesias, el líder de Unidas Podemos,  que le ha criticado la entrevista. En su intercambio de mensajes públicos Iglesias le dice, como si formara parte del equipo, “creo que a la hora de definir estrategias para enfrentar a la ultraderecha opino que nos equivocamos si nos creemos que la ultraderecha son solo sus representantes políticos. A la ultraderecha se la combate señalando a aquellos que les abren foros y los normalizan”. Está bien saber que Evole y Pablo Iglesias definen estrategias juntos. Me asquea imaginar a un periodista diseñando estrategias con un político. Eso se llama propaganda. Me sorprende, o no, como los periodistas de izquierda gustan de denunciar a los fascistas y reclamar su ilegalización mientras que ante los comunistas son complacientes y comprensivos.


Olona: una decepción con tanta insinuación y silencios

Recuerdan el horror del nazismo pero les mola el comunismo, la ideología que más vidas se ha llevado por delante jamás. Vigilan a los franquistas y se ríen con las dictaduras de hoy, la mayoría comunistas. El habitual doble rasero y la habitual superioridad moral, porque se conoce que para ellos unos muertos valen más que otros, y unos asesinos son menos asesinos que otros. Y llamativo como entra la primera parte y la segunda sacan en antena a un operario del programa pasando la aspiradora donde se sentaba la entrevistada.

Un detalle feo. Muy de la factoría Evole. ¿Pasaron la aspiradora también donde se sentaba el entrevistador? Me temo que no. En alguna entrevista antigua de Evole mejor que la aspiradora habría sido un mocho. Iglesias dando lecciones de periodismo, libertad o democracia es mucho menos creíble que Olona contando que la imponían discursos como si en su momento, al no negarse a repetirlos, no supiera las barbaridades que decía.

Me decepcionó Macarena Olona con tanta insinuación. No la he tratado, pero tenía una impresión diferente. No me parece bien insinuar que un partido político comete delitos y no entrar al detalle. Claro que como es abogada supongo que no quería tirar piedras contra su tejado. Pero con su formación jurídica debiera saber que conociendo de actuaciones delictivas tiene la obligación de presentar denuncia. Creo que debiera acudir con todo a la fiscalía y contárnoslo después a los ciudadanos.

Cuando dijo que no quería abonar el terreno para una ilegalización de Vox por vulnerar la Constitución confieso que me entró la risa. No hay un solo partido representado en el Congreso que cumpla con el artículo 6 de la Constitución. Este establece que su estructura interna y su funcionamiento deberán ser democráticos. Si de verdad, y ojalá fuera así, los partidos que no cumplan con este mandato fueran ilegalizados, no quedaría uno, ni uno solo. Macarena Olona puede hablar con tranquilidad que no van a ilegalizar a Vox por la mierda que ella pueda sacar de su ex-partido en cuanto a su nula democracia interna.


Una entrevista que deja a Vox con muchas dudas sobre sus finanzas

Queda claro después de escuchar a Macarena Olona que las finanzas de Vox no son claras y que hay manejos sucios con la fundación Disenso. Vamos, que desvían dinero público a esa fundación. Habló de al menos 4,5 millones de euros. Como queda claro que la secta El Yunque tiene enorme capacidad de decisión en el rumbo de Vox por encima de sus propios dirigentes: “Abascal, dijo Olona, no es libre, hay muchas decisiones que se toman fuera del partido”.

Cuando creo que flojeó y resultó poco creíble es al contar que la impusieron intervenciones con expresiones totalitarias, xenófobas, homófobas y fascistas y que por eso se fue. Debió irse a la primera, después claro de negarse a decir algo que consideraba xenófobo, homófobo o racista. Si no da la impresión de que aceptó ser entrevistada por Jordi Evole para limpiar su imagen y preparar el terreno para una aventura política. Cuando la impusieron esos discursos Olona sabía muy bien lo que decía. Puede ser cualquier cosa menos una estúpida o una ignorante. Y si no estaba de acuerdo no debió decir cosas que no pensaba.

La comparación de lo suyo con la película American History X, en la que un hombre es perseguido al abandonar una organización nazi, creo que es suficientemente seria como para denunciarlo en detalle con nombres y apellidos. No solo en el Juzgado como ya ha hecho, sino ante la opinión pública. No basta con mencionar las cuentas en redes sociales de “Españabola”. En la película la persecución al disidente llega al asesinato de su hermano. Son palabras mayores. No me gustan quienes tiran la piedra y esconden la mano. Olona tienen que contarnos su película con detalle.

Me temo que muchos, legítimamente, hayan pensado al ver la entrevista que ella permitió en Vox todo lo que vivió y que si lo denuncia ahora después de irse del partido es porque quizá no llegó en Vox a donde quería. Al no haberla tratado tenía una imagen diferente de ella y acudí a la entrevista con interés. Y me decepcionó.

Y Además…

  • Como lamento la muerte de Amancio Amaro Varela, presidente de honor del Real Madrid y leyenda del fútbol español. Fue un jugador fuera de serie. Y una persona formidable, decente, cabal, bueno y divertido. Tuve el honor de tratarle mucho los dos años que estuve en el Real Madrid. Muchas horas de conversaciones, muchos partidos vistos juntos, muchas horas de rememorar sus tiempos de jugador. Le llamaban con acierto “el gallego sabio”. Campeón de Europa se selecciones con España, campeón de Europa con el Real Madrid, fue 42 veces internacional absoluto, dos veces máximo goleador de España y jugó con una selección mundial de la FIFA en 1968 junto a Pelé. Por encima de la estrella que fue como jugador me quedo con el amigo que siempre supo estar y que representaba como nadie al mejor club del mundo. Un gran hombre Amancio Amaro Varela. Nunca le olvidaré. Descanse en paz.
  • Sigue sin pasar nada con el “Barçagate”. Lo que está claro es que el Barça ha pagado durante 20 años a un árbitro que mandaba en todos los árbitros, un árbitro que presumía de poder intervenir en decisiones que alteran resultados. No fue un hecho aislado, una circunstancia temporal. Fue un negocio de 20 años formalizado entre un club y la sociedad de un árbitro que se unieron para alterar el desarrollo de una competición deportiva. Veremos que evolución toma la investigación judicial. La Liga, por ahora, no hace nada. Y la Federación Española de Fútbol y la UEFA se lo están pensando. El futbol español, los aficionados que lo sustentan pagando sus entradas y sus abonos a las televisiones que financian a los clubes necesitan saber la verdad de lo que pasó durante esos 20 años en el fútbol español con el Barça. Ya sabemos que ganó más títulos que nunca, que le pitaron más penaltis a favor y menos en contra que nunca y que los presidentes del Barça que pagaron siguen calladitos. Tebas le ha pedido a Laporta que dimita y Laporta le ha dicho que tururú. Inmensa vergüenza que deja tocado al deporte más seguido en España y en el mundo. Un deporte maravilloso ensuciado por unos presidentes y un arbitro indecentes.
  • Han rodado las cabezas de la secretaria de Estado de Transportes, Isabel Pardo de Vera y del presidente de Renfe, Isaías Táboas, por la chapuza de los trenes que no cabían por los túneles en Cantabria y Asturias. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha elevado hasta el escalón inmediatamente anterior al suyo el pago de responsabilidades. Es cierto que cuando en 2021 se supo que había un error de cálculo en el gálibo de los trenes Sánchez era alcaldesa de Gavá (Barcelona), y que Táboas ya presidía Renfe y Pardo de Vera mandaba en Adif, cargo previo a la secretaría de Estado. Han rodado sus cabezas porque ocultaron durante 18 meses el asunto a sus superiores. La ministra dice que de haberlo sabido las cosas no habrían sido igual. Pero la responsabilidad política es suya. Táboas debió abandonar Renfe tras el bochorno del falso AVE a Extremadura, pero le salvó que fue parte esencial del Partido Socialista de Cataluña y ex secretario de Estado con Zapatero. Es lo que tiene mantener a los amiguetes en puestos para los que no están capacitados y en los que ya han acreditado su insolvencia. 

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