Regreso de unas vacaciones en las que me entregado al disfrute de mis hijos y mi nieto y de Asturias, muy desconectado de la actualidad y el aburrido debate político. De lo que he escuchado y leído me quedo con la abundancia de críticas al diputado socialista Víctor Gutiérrez, que dijo que “necesitamos a los inmigrantes para que limpien en culo de los abuelos”.
Dicho así resulta más que feo. España necesita inmigrantes porque hay españoles que no quieren rebajarse a llevar a cabo algunos empleos, entre los que está, sí, limpiarle el culo a los abuelos. Los abuelos son una luz que nos guía, un tesoro que hemos de cuidar. Brillan con una luz más tenue pero más rica en vida y experiencia. A cada edad se hace lo que es propio de la misma. Los abuelos no son seres inútiles, todo lo contrario. No pueden hacer los mismos trabajos que los jóvenes, claro, pero no se abandonan. Y España no necesita inmigrantes sólo para que le limpien el culo a los abuelos.
Hay que cuidar a los padres y a los abuelos con amor y esmero, el mismo amor que ellos dieron
Los inmigrantes, así en general, salen de sus países y vienen al nuestro en busca de una vida mejor, y muchos de ellos encuentran trabajo haciendo cosas que los españoles no quieren hacer. Muchos de ellos trabajan, sí, cuidando abuelos, un trabajo muy digno por otra parte. En Madrid y en toda España, por las calles, los veo cada día cuidando de mayores.
El asunto me ha hecho reflexionar, entre otras muchas cosas porque soy abuelo. Creo que si muchos españoles no quieren limpiar el culo de sus abuelos tienen un problema, porque nuestros padres limpiaron nuestros culos durante años, y me parece justo que se cuide de los padres y los abuelos con amor, con el mismo amor que los padres y los abuelos dieron a hijos y nietos.
No hay deshonra en que un inmigrante cuide de un abuelo español que no puede cuidarse a sí mismo
Soy abuelo y es probable que llegue un día en el que necesite que me cuiden, incluso quizá que me limpien el culo. Se que mis hijos lo harán si es que no se lo impide el trabajo con el que se ganan la vida o el cuidado de sus propios hijos. Incluso en ese caso no tengo duda de que me cuidarán, como me cuidan ya aunque gracias a Dios y a la vida aún puedo valerme por mí mismo.
Pero quiero insistir en que no hay deshonra alguna en que un inmigrante cuide y lave a un mayor español que no puede cuidar de sí mismo. Respeto a los hijos y nietos que optan por contratar a un cuidador, español o extranjero, porque seguro que la mayoría de quienes lo hacen buscan lo mejor para sus mayores. Para hacer ese trabajo se necesita una cualificación, cierta vocación y un carro de bondad, además de la necesidad de ganarse la vida. Habrá casos de hijos y nietos que lo hacen por desgana. Allá ellos con su conciencia. Algo no funciona bien si uno no está dispuesto a limpiar con orgullo el culo de quienes han dedicado su vida a cuidarle a él, en muchos casos más de lo que merecían.
Mis hijos y mi nieto me inyectan constantemente vida y amor y doy gracias por tenerles y disfrutarlos. Y sé que ellos me cuidarán a mí
Y corresponde al Estado también cuidarles con esmero, porque para eso entre otras cosas han estado toda su vida pagando impuestos. Las jubilaciones no son un regalo ni una gracia del Estado para con los mayores. Las jubilaciones se pagan entre otras cosas con el dinero que han pagado los jubilados durante años, y al cobrarlas se les está devolviendo su dinero adelantado. Los abuelos puede que pierdan fuerza física, agilidad, capacidad de movimiento, pero ahí están con su sabiduría y hemos de cuidarlos con amor, con esmero y con respeto.
Desgraciadamente no conocí a ninguno de mis abuelos pero gracias a Dios y a mi hija Julia soy abuelo con una edad que me permite disfrutar casi en plenitud de mi nieto Alvaro. Me siento más que bien cuidado y mimado por mis dos hijos, Jacobo y Julia, que me inyectan constantemente vida y amor, y doy gracias a Dios cada día por tenerles y disfrutarlos.
En cada conversación con padres y abuelos hay pepitas de oro de la vida, de la experiencia, de la familia, de lo mejor de la vida
Dediqué muchas horas de su infancia a cuidarles. Les limpié muchas veces el culo, como debe ser. Y no tengo duda de que ellos lo harán conmigo si la vida me coloca en situación de necesitarlo. Y si deciden contratar a un español o a un inmigrante para que lo haga no dudo que lo harían con la intención de que yo estuviera lo mejor cuidado que sea posible.
Cuidando de los niños y cuidando de los abuelos honramos a la vida que se nos ha dado. No hay tarea más digna que esa, la haga un español o un inmigrante, la haga un hijo, un nieto o un contratado. Es lo más serio que se puede hacer en la vida.
Y como decía mi amigo Arturo Pérez Reverte, a quienes tienen abuelo, preguntadle muchas cosas porque en cada conversación con unos padres o unos abuelos hay pepitas de oro de la vida, de la experiencia, de la familia, de lo mejor de la vida.