LAS ÚLTIMAS HORAS DEL COMANDANTE ABALOS

Sánchez se ha negado a recibirle, ni siquiera se ha puesto al teléfono. Le ha dejado el trabajo sucio a Santos Cerdán, que para eso es el que metió a Koldo en los círculos de poder del PSOE. Tres personas me cuentan que las últimas horas de Abalos antes de comparecer para defender su inocencia y anunciar que no renuncia al escaño y pasa al grupo mixto del Congreso han sido frenéticas y de enorme tensión. Su interlocutor principal ha sido Santos Cerdán, pero él ha llamado infructuosamente a Sánchez. Ha llamado a Presidencia donde tenían instrucciones de dejarle claro que el presidente no iba a hablar con él.

A Santos Cerdán le ha insistido en pedir una embajada, como hizo al abandonar el Gobierno. Colombia o Paraguay, y llegó a decirle: “Si a Chimo Puig, con toda la mierda de sus hermanos, le va a dar la embajada de la OCDE en Paris dile al jefe que quiero Colombia o Paraguay”. Y, como alternativa, “o que descuelgue el teléfono y un consejo de administración bueno, o un puesto ejecutivo en alguna de las consultoras de sus amiguetes. No podéis dejarme en la calle. Si queréis que deje el escaño me tenéis que dar algo. Son muchos años de entrega para terminar así. Dile a Pedro que al comandante no se la hace esto. Si tiene gadejo que se prepare” (Gadejo, en Colombia, ganas de joder).


El comandante Abalos se va a defender

A finales de los años 80 Abalos actuó como negociador en Colombia para la disolución de la guerrilla M-19, y allí le apodaron el comandante, apelativo que muchos de sus más íntimos utilizan para referirse a él. En 2016 participó como observador internacional en el acuerdo de paz que firmaron el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y de esos años en Colombia le han quedado a Abalos expresiones que utiliza con frecuencia.

Además de ocuparse de tratar de arreglar lo suyo, también advirtió Abalos a Cerdán sobre el futuro de Koldo: “Tu me lo presentaste y sabes como es. Si pensáis meterle en el saladero, ocúpate de que le saquen pronto, porque este os arrastra del cuello y no va a aguantar muchos meses encerrado. A Koldo no le hacen un Amedo con promesas que nunca se cumplen«. Saladero llaman a la cárcel en Colombia y otros países hispanoamericanos.

Cerdán le insistía en que las ordenes de Sánchez son tajantes y que “por ahora esto es lo que hay. Quiere que dejes el escaño. Es lo que más te conviene. Si dejas el escaño él se ocupa de que la Audiencia te deje a un lado. Koldo va a tener que pringar, pero tu si dejas el escaño olvídate. Como te aferres él no te puede garantizar nada y ya sabes cómo es la Audiencia Nacional. Si te enganchan vas palante. Te conviene irte”.

Las voces de Abalos las escuchaban quienes estaban cerca de Cerdán: “Cuidadito con Koldo que no es un gilipollas. Y a mi si me tocan colaboro y cuento todo lo que se, de Koldo, de las mascarillas y de otras cosas. Dile a la Chiqui Montero que calladita está más guapa, que no me toque los cojones, que yo se muy bien lo que tengo que hacer, como ella. Y a Pachi y a Marlasquita lo mismo, que Koldo les conoce muy bien, y yo también. Que no vayan a ponerse estupendos porque se arrepienten”.

Cerdán insistía: “Pedro no quiere dejarte tirado pero no se lo pongas difícil”. Y la respuesta: “Difícil me lo estáis poniendo vosotros. No quiero pisar la Audiencia. Hablad con vuestros fiscalcillos y con los jueces amigos. No quiero una foto mía en la Audiencia ni de testigo. Si yo tengo que abrir telediarios en la puerta de la Audiencia, después te garantizo que los abriréis tu y el mismísimo Pedro. Con el comandante no se juega. Ya me habéis jodido bastante. Parad y dejadme vivir, a mí y a mi familia. Os habéis pasado de la raya. Y no os paséis con Koldo, tranquilitos que saca el hacha y no para. Tú le conoces mejor que yo desde el Rosalex. Si a Koldo le enviáis al infierno viajará en un furgón abarrotado”.


Mucha tensión entre Abalos y Cerdán

El Rosalex es el prostíbulo en el que trabajó Koldo como portero. Pero Koldo no ha sido solo portero de puticlub. Fue escolta del histórico dirigente socialista Nicolás Redondo, y era conocido por sus enfrentamientos con jóvenes simpatizantes de ETA a los que plantaba cara con violencia. Tiene un par de antecedentes penales. En 1995 fue condenado a 2 años y 4 meses por un delito de lesiones, y fue indultado un año después siendo presidente del Gobierno José María Aznar. En 2011 fue condenado por una pelea en los Sanfermines en la que resultó herido un joven de 16 años.

Fuentes del Ministerio de Interior me informan de que Koldo quiso ser guardia civil, pero no lo consiguió. En los años 80 mantuvo muy buena relación y colaboró con guardias civiles del cuartel de Intxaurrondo en los años oscuros del general Rodríguez Galindo, “pero era un tipo al que se le iba la mano fácil, conflictivo, y cuando un colaborador te genera más problemas que ayuda hay que prescindir de él. De estos años puede contar muchas cosas también. No es buen enemigo este Koldo”.

Mucha tensión entra Abalos y Cerdán. Como dice la canción de Sabina, “ruido, mucho ruido, y al final, números rojos en la cuenta del olvido, y hubo tanto ruido que al final llegó el final. Ruido, mucho ruido. Nidos de manzanas que se acaban por pudrir. Todos los finales son el mismo repetido. Tanto ruido y al final, ruido de tenazas, tanto ruido y al final, ruido de amenazas, tanto ruido y al final, ruido de escorpiones. Tanto, tanto, tanto, tanto. Mucho, mucho, mucho ruido, ruido escandaloso, tanto, tanto, tanto, demasiado ruido«.

Y esto no ha hecho más que comenzar. El comandante Abalos se va a defender. Plata o música de cante jondo, que puede ser plomo para muchos. Con el comandante no se juega. Y conviene recordar que de Colombia sabe mucho. Y de Cartagena de Indias, donde algunos fiscales se solazaban con menores, lo sabe todo. Este es el nivel.


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