LAS ENCUESTAS Y LAS COCINAS

Sigo con atención y poca fe las encuestas que periódicamente se hacen públicas sobre la intención de voto de los ciudadanos españoles. Y mi desconfianza hacia la demoscopia va en aumento. Constantemente se habla de “la cocina” de las encuestas. Y, desde mi ignorancia sobre la ciencia demoscópica tiendo a pensar que eso de “la cocina” no es sino un engaño al personal. El CIS en el que Sánchez a colocado a José Félix Tezanos ya se sabe que siempre le da alegrías al presidente del Gobierno. Descontadas las del CIS, el pasado fin de semana varios medios publicaron encuestas sobre unas eventuales elecciones generales. Veamos.

El País daba como lista más votada al PP con 121 escaños. El PSOE obtendría 104, Vox 47 y Podemos 31. O sea, que el PP no podría gobernar ni con los 47 escaños de Vox. Sánchez podría repetir sumando los escaños de Podemos y los de nacionalistas, independentistas, ecologistas, animalistas y demás izquierda divida. Si nos vamos a la encuesta de El Español, PP 134 y Vox 54 escaños, lo que le daría a Núñez Feijoo para gobernar.

Y no sigo para no aburrirles con cifras. No hay dos encuestas que coincidan. Se supone que porque las empresas que las realizan las “cocinan” a gusto de quien se las paga. Y ya se sabe que los medios que las pagan a su vez reciben dinero público del Gobierno de España, de los gobiernos autonómicos y de los ayuntamientos. Y, según los ingresos que reciban me malicio que ordenan “cocinar” las encuestas a gusto del paganini.

Me resulta extraño que, tras la reforma del Código Penal en beneficio de los golpistas catalanes, la calamitosa Ley del sólo sí es sí, el escándalo del viaje de Sánchez a Marruecos en el que fue humillado por el dictador y tantos otros asuntos de conocimiento público, esas encuestas no vaticinen que el PP llega al menos a un 34% de los votos. O que el PSOE no baje al límite del veintipoco por ciento. Es verdad que a Sánchez le pueden beneficiar medidas “sociales” como las subidas del Salario Mínimo Interprofesional, las pensiones y los salarios de los funcionarios. Aunque me cuesta creer en estas encuestas. 


Encuestas, sí pero cada uno cocinando para el que paga

Lo que evidencian estas encuestas, con “cocina” o sin “cocina” es que el liderazgo de Alberto Núñez Feijoo no acaba de cuajar como referente entre los votantes de la derecha. Me malicio que puede ocurrir que entre los potenciales votantes del PP no calen el discurso buenista y la política de perfil bajo. Quizá exista lo que se denomina “voto oculto”, es decir, gente que al ser encuestada no quiere decir que vota al PP. Al menos eso es lo que me dice un miembro de la ejecutiva de Feijoo: “Nuestras encuestas nos acercan a un resultado magnífico. No nos podemos confiar, pero somos optimistas, y si en las municipales y autonómicas de mayo conseguimos una victoria amplia en las generales ganamos seguro”.

Claro que ya saben que ganar no significa gobernar. Y en ese escenario la distancia que insisten en marcar con Vox no les ayudaría a recibir el apoyo de Abascal y los suyos. Y si Feijoo no gobierna volverá a Galicia y seguro que es Isabel Díaz Ayuso quien se pone al frente de los populares.

Tanto en el PP como en el PSOE consideran que las autonómicas y municipales van a ser un buen termómetro. En los cuarteles generales de ambos partidos fijan su atención en la Comunidad Valenciana y en Ayuntamientos importantes que ahora gobierna el PSOE como Sevilla o el PP como Madrid. Creen que lo que suceda en Valencia será esencial y marcará la pauta de lo que suceda a nivel nacional. 

En el PSOE se confía mucho en que en el segundo semestre del año (las generales van a ser el 3 de diciembre), con Sánchez de presidente de turno de la Unión Europea, el PSOE va a cambiar las tendencias y va a rentabilizar el escaparate internacional de que va a disponer Sánchez. En el PP consideran que la presidencia de la Unión “va a evidenciar más aún las carencias de Sánchez y el PSOE”.

De entrada, Sánchez ha fichado ya a un nuevo estratega político, Aleix Sanmartín. Consultor que fue el artífice de la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía, y que también trabajó anteriormente para otros políticos socialistas como el ex-presidente Rodríguez Zapatero, el presidente valenciano Chimo Puig y el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara.

Sanmartín es especialista en marketing negativo. Una metodología de comunicación electoral consistente en crear contenidos para potenciales votantes del adversario con la pretensión de desmovilizarlos. A él se le atribuye también la idea de que Juanma Moreno arrancara la campaña de 2018 en el prostíbulo de Sevilla en el que altos cargos de la Junta de Andalucía gobernada por el PSOE se gastaron en putas y cocaína 15.000 euros de fondos europeos destinados a la creación de empleo. Este consultor viene a ocupar en la campaña el papel que desempeñó el famoso Iván Redondo, que terminó siendo jefe de gabinete de Sánchez hasta que fue cesado en julio de 2021.

Varios profesionales que han trabajado con Sanmartín me aseguran que “lleva semanas ya trabajando en lo que van a ser las campañas de autonómicas y municipales e incluso en lo que serán las generales de diciembre. No se lleva a nadie con él, pero tiene colaboradores que le ayudaran sin duda. Es mucho mejor que Redondo, más profesional, más de fondo. Redondo era un artista de lo vacuo, que logró muchos éxitos, indiscutible, pero Sanmartín es más brillante y es un gran fichaje de Sánchez”.

Pues veremos. Y cuando conozcamos la encuesta que vale, que es el resultado de las urnas, esperamos que no haya “cocina”. Todo puede ser sabiendo a quién le han contratado el recuento, como ya les conté hace semanas. Las urnas son la encuesta verdadera. Y normalmente dejan en pelota picada a las empresas que llevan meses haciendo encuestas. Pero es igual. Siguen y siguen. Cada uno a lo suyo. Cada uno cocinando para el que paga. Lo malo es que al final pagamos todos.


Y Además…

  • Bueno, “rodaron cabezas” por lo de los trenes de Cantabria que no cabían por los túneles. Aunque sería más atinado decir que rodaron “cabecitas”. Los que mandan de verdad, o sea, la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, decidieron endilgarle la responsabilidad y cortar las cabezas del jefe de inspección de tecnología de Adif y del jefe de gestión de material de Renfe, de modo que Raquel y Miguel Ángel mantiene su cabeza erguida y su culo en sus despachos. Y también salvan las cabezas de la secretaria de Estado de transportes, Isabel Pardo de Vera, de los Pardo de Vera de todas las salsas izquierdistas, y de Isaías Taboas, colocado por Sánchez en la presidencia de Renfe como peaje al Partido Socialista de Cataluña.

No quito responsabilidad a los dos destituidos, pero Pardo de Vera, Taboas, Raquel y Miguel Ángel están por encima de ellos. Me resulta cobarde descargar el cien por cien de la responsabilidad en dos cargos menores y que los principales responsables se vayan de rositas. Y Revilla sigue de tele en tele dando la brasa de que llevan años tomándole el pelo con lo de los trenes, incluido lo del AVE que nunca llega. Digo yo que si son tantos años tomándole el pelo alguna responsabilidad tendría que asumir el hombre frente a los cántabros. Pero no, el sigue a lo suyo, ocupando pantalla y repartiendo anchoas. Y los trenes no llegarán antes de dos años. Y ahí estará Revilla para recibirlos repartiendo anchoas.


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