LA SEÑORA DE SÁNCHEZ

Sigue el Gobierno sin dar explicaciones y detalles sobre los negocios de Begoña Gomez. La señora de Sánchez, en relación con Air Europa en pleno rescate millonario de la compañía con dinero público y sus viajes a República Dominicana, como Rubiales el amigo de su marido. Y, como Felipe González, que incluso tiene ya la nacionalidad. Toda la corrupción socialista acaba o pasa por el Caribe.

Mientras los dueños de Air Europa patrocinaban con excesiva generosidad la fundación Africa Center que dirigía la señora de Sánchez, esos mismos dueños negociaban con el Gobierno de Sánchez el rescate de Air Europa en 1.000 millones de eurazos. Y, cuando la señora de Sanchez abandonó el chiringuito el patrocinio bajó hasta 2.000 eurillos de nada.


El asunto de la señora de Sánchez es de relevancia pública y exige detalles

Y como la empresa que patrocinaba a la señora de Sánchez aparece copiosamente también en la denominada “trama Koldo” por sus relaciones con el comisionista Aldama, el asunto es de relevancia pública y exige detalles. El PSOE dice que la señora de Sánchez “tiene derecho a hacer su vida”. Y, es cierto, pero si su vida pasa por negocios con empresas que negocian con su marido la entrega de 1.000 millones, su vida pasa a ser de interés público, porque, además, Sánchez no se abstuvo en el Consejo de Ministros que aprobó el rescate millonario de la empresa que financiaba a su señora. Y la Oficina de Conflicto de Intereses archivó la denuncia que puso el PP, porque el Gobierno tiene colonizadas las instituciones. Todas al servicio de sus intereses.

Cada vez que sale el caso de la señora de Sánchez el PSOE ataca a Ayuso o a su novio por los problemas que tiene con Hacienda, aunque nada tengan que ver con lo público. Incluso la vicepresidente del Gobierno, ministra de Hacienda y jefe del PSOE María Jesús Montero, siguiendo la costumbre de mentir de su jefe, llegó a señalar a Feijóo por, siendo presidente de Galicia, conceder 100.000 euros a la empresa en la que trabajó su mujer, Eva Cárdenas.


Lo que mata y destruye una democracia…

Conviene saber que la mujer de Feijóo trabajó en Inditex, la compañía de Amancio Ortega, y no dirigiendo una fundación. Ella fue quien convenció a su jefe de crear Zara Home y dirigió el proyecto durante quince años. Ya le gustaría a la señora de Sánchez tener un currículo parecido al de la señora Cárdenas a quien fichó Amancio Ortega por los éxitos que había cosechado en la empresa de cosméticos LÓreal.

Jamás las mujeres de González, Aznar, Rajoy y Zapatero hicieron negocios con empresas, menos aún con empresas que estuvieran negociando con el Gobierno. La señora de Sánchez, que en su currículo tiene, eso sí, haberse ocupado de la gestión de las saunas gays de su señor padre, es la primera que lo hace en los Gobiernos de la democracia. Y el feminismo institucional a lo suyo. Y, la ministra de Igualdad, una tal Ana Redondo, berreando en el Congreso como si estuviera en una lonja de pescado que “él negacionismo mata”. 

Lo de la señora de Sánchez y sus bisnes estaría ya en un Juzgado si no fuera ella la señora de Sánchez y él presidente del Gobierno. No tiene un pase, por más que esa tal Redondo, Montero, Pachi López, Oscar Puente y compañía sigan hablando de Díaz Ayuso y su novio cada vez que se menciona a Begoña Gómez. Solo a los borregos les convence esa salida, que no es salida, sino evidencia de que son conscientes de lo mal que huele lo de su amiga Begoña, la señora de Sánchez. Lo que mata y destruye una democracia son la corrupción rampante y la mentira diaria de quien gobierna.


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