Alberto Nuñez Feijoo ha solicitado el apoyo de todas la fuerzas políticas del Congreso para una moción de censura contra el Gobierno de Sánchez. Lo hace al tiempo que convoca una gran manifestación el próximo 8 de junio ante el panorama de imparable corrupción que salpica al “numero uno”. El “puto amo”, que diría su servil Ministro Oscar Puente, ya no engaña a casi nadie. Y su psicopática falta de escrúpulos para conservar el poder a cualquier precio ya es retratada hasta por los suyos. “A los que sabemos quién es Pedro Sánchez, no nos sorprende nada” decía el ex-lider del PSOE de Madrid Tomás Gómez.
La moción de censura instada por Feijoo es una pelota en el tejado de todos los partidos que prestaron su apoyo a aquella otra moción de censura contra Mariano Rajoy. Aquel 1 de junio de 2018 hasta el PNV, que acababa de aprobarle los Presupuestos Generales del Estado a Mariano, se sumó a la moción de Sánchez. El pretexto fue la corrupción. No se podía tolerar un presidente del Gobierno salpicado por la corrupción de la Gürtel, dijeron. Y Mariano a su casa…
La moción de censura de 2018, espejo en el que mirarse
Dudo mucho que la iniciativa propuesta por Feijoo prospere. Pero un efecto sí va a tener. El de colocar frente al espejo a todos aquellos que entusiastamente apoyaron la de 2018 como adalides de la limpieza y la integridad de la política. Ningún Gobierno de derechas hubiera soportado en pie la interminable lista de casos de la más grosera corrupción que se reproducen como setas a la vera de Sánchez. Y sin embargo Rufián y compañía permanecen muditos frente a cada nuevo escándalo. Aferrados a sus prebendas, tapándose la nariz con una mano mientras trincan los peajes que le imponen al Presidente del Gobierno con la otra.
El 31 de mayo de 2018 José Luis Ábalos era ovacionado por la fuerzas progresistas en el Congreso. Rufián, los de Bildu, los de Junts, los socialistas… Todos en pie aplaudiendo el alegato de la mano derecha de Sánchez que se presentaba como el azote de la corrupción. El que venía a traer integridad a España. Y el resto de la historia ya se la saben. Ábalos imputado por todos los delitos posibles de corrupción y usted y yo pagándole las putas y las fiestas de nuestro bolsillo. Pero Rufián callado.