El daño moral sufrido por Ana Isabel Pérez Asenjo a consecuencia de las palabras que el letrado Mario Díez le dirigió se cuantifica en 40.000 euros. Así lo ha dictaminado la Sentencia de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa estimando parcialmente el recurso de apelación interpuesto por el abogado contra la Sentencia de la ex-jueza María Aranzazu Brizuela San Emeterio, que inicialmente había valorado ese daño moral en 60.000 euros.
Y digo ex-jueza porque la Sra. Brizuela ha sido recientemente apartada de la carrera judicial por uno de los escándalos más insólitos de la historia de la judicatura tras pasarse por el arco del triunfo casi 200 juicios que por su clamorosa ineptitud y negligencia tendrán que repetirse. Señora que nunca debió ser la jueza de la demanda de Pérez Asenjo a Díez. Pero que acabó ahí puesta porque todos los jueces titulares de Irún se fueron absteniendo uno tras otro. Y ello porque uno tras otro reconocieron no ser imparciales y estar del lado de su colega. En definitiva, un procedimiento viciado desde el principio. Pero eso es otro tema.
Ana Isabel Pérez Asenjo fue la juez instructora inicial de la causa contra el violador y pornórafo infantil Kote Cabezudo. Durante meses sometió a un calvario a las víctimas y se negó a dictar el ingreso en prisión del violador, el mayor delincuente sexual conocido en España. Hasta tal punto llegó el asunto que tras una acción judicial interpuesta por Mario Díez en defensa de las víctimas, fue apartada de la causa por incumplir su deber como instructora llegando a admitirse a trámite contra ella una querella por delito de omisión de su deber de perseguir los delitos de Cabezudo.
La doble vara de medir del daño moral
La cuestión aquí es que la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, que cuantifica en 40.000 euros el daño moral de Ana Isabel Pérez Asenjo por haberle dirigido públicamente PALABRAS que ella considera atentatorias contra su honor, es la misma Audiencia Provincial de Guipúzcoa que cuantifica en 20.000 euros el daño moral de ser salvajemente VIOLADA por Kote Cabezudo con apenas 18 años. La comparativa es indignante. Es nauseabunda. Es moralmente insostenible.
Quiero recordarles a ustedes parte de los hechos declarados probados en Sentencia firme. Sobre una víctima de Kote Cabezudo, con 18 años recién cumplidos y a la que llamaremos MARÍA para preservar su identidad: “…durante la grabación de un vídeo de MARÍA, estando ella desnuda, tumbada boca arriba en una camilla, el acusado le tocó los pechos, el pubis, le abrió las piernas, acercó su boca a la vulva, metió un dedo en su interior e hizo reiterados y rápidos movimientos circulares con el dedo en el interior de la vulva, momento en el que MARÍA cerró las piernas y las giró hacia un lado, ante lo que el acusado cogió con una mano la pierna derecha de MARÍA y se la volvió a situar en su anterior posición: tumbada hacia arriba y con las piernas abiertas, continuando –sin el consentimiento de MARÍA- con sus movimientos enérgicos en la vulva de ella. Esta se movió e intentó con una mano y después con la otra, retirar las manos del acusado, pero él resistió la presión física de ella y continuó –sin el consentimiento de MARÍA- hurgando en su vulva.”
Conozco personalmente a la mujer de la que habla la Sentencia. El daño causado por los delitos de Kote Cabezudo sobre ella es absolutamente terrorífico. Irreversible. Incuantificable en términos económicos. Una vida quebrada para siempre. Sin remedio posible.
En la Audiencia Provincial de Guipúzcoa Mario Díez ya estaba sentenciado de antemano.
Personalmente yo no tenía ninguna duda. En el País Vasco el correctivo al letrado de las víctimas de Kote Cabezudo por destapar el caso sería severo y ejemplarizante. Como un aviso a navegantes. Conozco bien la Audiencia de Guipúzcoa. Y no hace falta ser muy sagaz para alcanzar tal conclusión. Les muestro la composición de la Sala Civil extraída de la propia web del poder judicial.
Yolanda Domeño Nieto, que presidió la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Guipúzcoa, como bien saben ya nuestros lectores fue situada por el testigo (inicialmente protegido) Antxón Massé en las fiestas de algo voltaje sexual que se celebraban en el domicilio de Victor Bravo Durán. Allí emplazaban a Kote Cabezudo y a First Models para que llevaran la “carne fresca”, en las propias palabras de Massé.
La señora Domeño Nieto formuló querella contra el letrado Mario Díez y contra un servidor por desvelar su papel en el caso Kote Cabezudo. Querella que fue archivada en Madrid con un demoledor Auto. El Juez madrileño dictaminó que todo lo dicho por el abogado y por este periodista era veraz y de evidente interés público. Y sabiendo esto, les pregunto: ¿qué posibilidades había de que Mario Díez obtuviera una sentencia justa debiendo dictarla la sección de la Audiencia Provincial de Doña Yolanda Domeño Nieto, la de las fiestas sexuales con Victor Bravo y Kote Cabezudo? Pues eso.
Ellos siguen a lo suyo y nosotros seguiremos a lo nuestro
La resolución que condena al abogado de las víctimas de Kote Cabezudo a pagar 40.000 euros a la juez Ana Isabel Pérez Asenjo queda para los anales de la infamia, la indignidad y la indecencia de la Justicia española. Que la misma Audiencia valore en 40.000 euros el “daño” causado a la nefasta instructora y en 20.000 el daño causado por el violador a una víctima salvajemente agredida con 18 años produce náuseas. Y me hace preguntarme qué pensarán otras víctimas de delitos sexuales a la hora de denunciar a los violadores en Guipúzcoa.
Como dijo una de las 21 víctimas que denunciaron a Kote Cabezudo, “me he sentido más violada por la jueza Ana Isabel Pérez Asenjo que por Kote Cabezudo”. Y la guinda es que ahora ven condenado a su abogado por vulnerar el “honor” de la instructora. Instructora que tuvo que ser apartada de la causa para que se pudiera impartir justicia. Como les digo siempre, este es el penúltimo escándalo del caso Kote Cabezudo. Y que sepan la jueza Pérez Asenjo, Kote Cabezudo y todos los lobos de San Sebastián que nosotros seguimos trabajando e investigando. Y que vamos a llegar hasta el final. Por más que estas juezas donostiarras traten de callarnos con la complicidad vergonzosa de sus colegas. Y a esto le llaman Justicia.
