El que fue Senador por el PNV durante el período comprendido entre el 1 de marzo de 1979 y el 2 de septiembre de 1989, Joseba Elosegi, quiso morir por algo.
De todos es conocido y sabido que al mayor dictador que ha sufrido este país, le gustaba pasar los veranos en San Sebastián. Viajaba en un yate bautizado con el nombre de “Azor”, barco propiedad de la Armada Española que puso a disposición de Franco para su deporte favorito: la pesca. El mismo buque que utilizó Felipe González para un crucero familiar… pero eso es otra historia.
En uno de esos viajes el dictador se acercó al frontón de Anoeta para presidir la apertura del Campeonato del Mundo de Pelota Vasca. Era el año 1970. Un militante del Partido Nacionalista Vasco se empapó de gasolina, se prendió fuego y se precipitó desde la segunda galería al grito de “Gora Euskadi askatuta!” (viva Euskadi libre). No murió en aquel acto, estuvo unas dos semanas en coma. Más tarde fue detenido y condenado a siete años de cárcel.
Testigo presencial del bombardeo de Gernika
Al término de su condena publicó un libro donde relata esa hazaña y por qué lo hizo. Y es que Joseba Elosegi, capitán de gudaris y comandante del ejército republicano en Cataluña, fue testigo en primera persona del bombardeo de Gernika. Durante la guerra civil la Legión Condor alemana junto con aviones de caza italilanos y con el beneplácito de Franco, lanzaron sus bombas sobre una población de unos 5.000 habitantes, diezmándola y dejándola en algo más de la mitad.
Los aviones habían despegado del aeropuerto de Soria. Descargaron sobre Gernika bombas explosivas e incendiarias causando una gran destrucción. Y eso era precisamente lo que pretendía Elosegi con su acto en el frontón. Como él mismo dijo: “quería llevar el fuego a los ojos del quemador”.
Sustrajo una ikurriña
Anteriormente ya había protagonizado otro acto prohibido por el franquismo: ondear la bandera vasca. Escaló por la aguja principal de la catedral del Buen Pastor y colgó la ikurriña. Era el 18 de julio de 1946.
En los primeros años de la transición fue nombrado Senador por las listas del PNV. Y el 6 de junio de 1984 protagonizó otra hazaña. En el museo del Ejército de Madrid estaba expuesta la bandera vasca -ikurriña- que perteneció al batallón Itxarkundia, un batallón que estuvo acuertalado en Gernika precisamente.
Joseba Elosegi perpetró el robo de esa ikurriña. Al ostentar el cargo de senador hubo que solicitar el correspondiente suplicatorio para juzgarlo pero fue denegada la petición.
Elosegi luchó contra el franquismo a su manera y publicó un libro en 1977 titulado “Quiero morir por algo”. Falleció de un paro cardíaco en 1990 a la edad de 74 años.
