Israel ha lanzado este pasado lunes una ofensiva terrestre, de carácter “selectivo” en el sur de Líbano. Desoyendo los llamamientos internacionales para que evitase la invasión de este país. Israel asegura que los bombardeos, los ataques y en definitiva esta incursión en el sur de su vecino persigue realmente objetivos terroristas y acabar con infraestructuras de la organización terrorista Hezbolá. Además del sur del país, Israel ha bombardeado también la capital, Beirut, así como el campo de refugiados palestinos de Ein el-Hilweh.
Israel intensifica los bombardeos y los ataques
Sin embargo, fuentes del ejército y del propio gobierno aseguran que los ataques se están limitando de momento a “aldeas cercanas a la frontera”. Sin embargo, todo apunta a que este ataque supone un dramático punto de inflexión en este conflicto que no tiene de momento fecha de caducidad. De hecho, Israel ha intensificado los bombardeos y ha atacado tres inmuebles – previo aviso- pertenecientes a Hezbolá en una zona declarada como “zona militar cerrada”. Desde el 7 de octubre del pasado año, según afirman desde el ejército israelí, ya se han realizado varias incursiones en el Líbano. Sin embargo, ésta es la primera vez que Israel ataca este país desde que comenzó la contienda.
El gobierno israelí anunció que se producirían intensos combates en el sur de Líbano, concretamente cerca del río Litani. En este lugar declaró estar manteniendo un intenso enfrentamiento con Hezbolá, pero estos lo han negado. Sí han confirmado haber lanzado ataques en Adaisse y Kfarkela, en el suroeste de Líbano, haciendo frontera con Israel, así como en el asentamiento israelí de Shtula, que hace frontera con el sur de Líbano. El ejército libanés también respondió al ataque de Israel sobre el sur del país, con intensas ráfagas de proyectiles sobre el centro del país, lo que hizo saltar todas las alarmas en lugares como Tel Aviv.
El Líbano se encuentra en una de las etapas más peligrosas de su historia
Nayib Mikati, primer ministro en funciones de Líbano, ha declarado que su país se encuentra en estos momentos en una “de las etapas más peligrosas de su historia”. Y ha denunciado ante miembros de las Naciones Unidas la “devastadora” guerra que ahora se adentra en su país. Una guerra que recuerda a la que se vivió en 2006 y fue conocida como la Guerra de julio (para el bando libanés) o segunda guerra de Líbano, para el israelí. Afectó durante 34 días a Líbano y los Altos del Golán y por aquel entonces también el objetivo era luchar contra Hezbolá. También Nabih Berri, presidente del Parlamento de Líbano, se ha dirigido a las Naciones Unidas para pedir un “corredor humanitario aéreo” en el país para poder ayudar a los miles de desplazados que han tenido que abandonar sus casas debido a los bombardeos.
Con la intermediación de la ONU, países como Reino Unido o Estados Unidos ya han pedido el alto el fuego de forma inmediata. Este último ha asegurado que intuía que el ejército israelí preparaba un ataque “inminente” sobre territorio libanés. No obstante, se une a otras potencias para solicitar que se busque una solución política negociada. Francia ha anunciado que su apoyo a Líbano, socio tradicional del país galo, va a continuar. Rusia ha condenado “firmemente” la incursión de Israel en el sur de Líbano.
Por su parte, desde el Gobierno español se ha tomado con cautela la noticia y desaconseja en estos momentos viajar a Líbano. Además, ha recomendado al millar de españoles que residen allí, su evacuación. El Partido Popular ha denunciado la escalada de la violencia y ha pedido un “alto el fuego”. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha asegurado que “los españoles que están en Líbano” deben tener la certeza de que llegado el momento, los evacuaremos”.
