Hace poco han vuelto a echar en la tele «Cadena Perpetua«, película de Frank Darabont (1994) a la que nunca puedo resistirme (The Shawshank Redemption es su título original). Está basada en una novela casi homónima de Stephen King. Nos cuenta la historia de dos condenados a cadena perpetua por asesinato en la penitenciaría de Shawshank. La del joven banquero Andy Dufresne (Tim Robbins) y la de Red (Morgan Freeman), uno de los capos del contrabando de dicha prisión. En mi opinión, es una de las mejores películas de la historia del cine.
Libertad frente a la institucionalización en la que estamos viviendo
Trata muchos temas interesantes, pero hoy quiero destacar el de la libertad frente a la institucionalización. La institucionalización es aquel proceso por el que, gradualmente, un hombre acaba ahormado por las reglas de una institución en la que vive durante mucho tiempo. A partir de un determinado momento –distinto para cada persona- ya no puedes pensar ni actuar de un modo realmente independiente, sino que acabas inmerso en dichas reglas y te haces dependiente. A partir de ahí, resulta poco menos que imposible abandonarla.
Esto sucede por el simple transcurso del tiempo bajo las condiciones que impone una institución. No hace falta estar preso. Mantener la condición de hombre libre –estés preso o no- requiere de conciencia, resistencia y esperanza. Sí, factores sin los que irremediablemente, con el tiempo, acabarás definido y en manos de esa institución. Todos, poco a poco, nos vamos volviendo dependientes hasta resultar, después de un tiempo, complicado vivir y desarrollarnos fuera de esos parámetros ya conocidos y asumidos por nosotros mismos.
Esto es precisamente lo que la PPSOE ha conseguido en España: institucionalizarnos a todos. Y es que los 40 años del General unidos a los 45 de sus epígonos de la PPSOE son demasiados años. Demasiados años de cuentos como esos de la democracia, del estado de derecho, del estado del bienestar, del libre mercado, etc… Mantras que repetidos una y otra y otra vez desde nuestra más tierna infancia y combinados insidiosamente con el PAMA -ya saben, ese cóctel de Polarización, Adoctrinamiento, Miedo y Ayudas- hacen que, a pesar de que el sistema no funcione como se puede apreciar claramente en el día a día, nadie dude de que tenemos todas esas cosas cuando, en realidad, no las tenemos. Estamos institucionalizados, aunque muchos ni siquiera se den cuenta.
El franquismo que se dibuja: autocracia frente a democracia
Hemos asumido a lo largo de estas últimas cuatro generaciones de españoles todo lo que ha querido la PPSOE. Además, han preparado el terreno para que podamos ir asumiendo sin rechistar más y más cosas que, sin duda, van dibujando ese franquismo 2.0 que denuncio constantemente. Un franquismo con chaqueta de pana más difícil de detectar, pero en el que se advierten ya –a poco que reflexiones- las notas que definen más a una autocracia que a una democracia.
Claro que votamos cuando nos llaman a votar, no obstante, eso mismo ocurre en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Rusia, etc… Allí, nunca caerías en la trampa de hablar de democracia. Sin embargo, aquí sí que lo haces porque estás institucionalizado, porque ya no puedes pensar fuera del marco de pensamiento que la PPSOE ha grabado a fuego en tu conciencia. España, para una gran mayoría, es una democracia y punto pelota… aunque no lo es. Te aseguro que no lo es.
No hay representación ni separación de poderes y, por tanto, ya de entrada, no puede haber democracia. No hay estado de derecho porque la PPSOE ha patrimonializado todos los poderes e instituciones tanto estatales como autonómicas y municipales. Ahora ya operan sin sujeción ni a la Ley ni a la Constitución. Tampoco hay libertades en cuanto tales –exigibles- sino un régimen de tolerancia hasta que la PPSOE decide intervenir en su propio interés. La libertad de expresión y de prensa está en manos de un oligopolio tributario de la PPSOE. Bueno, con la excepción de medios pequeños como IT MAGAZINE que veremos si aguantan este órdago que ahora les lanza el gobierno.
Y en cuanto al libre mercado más de lo mismo: hiper regulación para controlar los fogones en los que si quieres cocinar un negocio ya sabes lo que tienes que hacer. En este país los buenos negocios siempre se han hecho y se hacen con dinero o influencias públicas. Va a ser muy difícil salir de esta institucionalización. No obstante, creo sinceramente que podemos conseguirlo. Aún tenemos la palanca del voto y por eso te exhorto a usarla si de verdad aspiras a algo mejor.