El Tribunal Supremo ha confirmado la primera condena a un hombre que abusó sexualmente de dos menores tuteladas en un centro de menores de las Islas Baleares, a cambio de dinero y drogas. Es la primera condena en firme desde que saltó a la luz pública el escándalo de la prostitución de menores tuteladas en las Islas. Y han tenido que pasar dos años para que se ratifique. Aunque el caso, que ha mostrado signos de podredumbre desde el minuto cero, seguramente dé mucho sobre lo que hablar en los próximos meses. Si no en años ya que, en opinión de algunos, se trata de uno de los escándalos más turbios relacionados con la prostitución de menores en nuestro país.
Para conocer un poco más los pormenores de esta condena diremos un par de detalles para comprender “de qué va” toda esta trama. El caso que ahora ratifica el Tribunal Supremo condena a un hombre que citaba en un hotel de lujo a menores de edad. Menores de entre 14 y 16 años. En su defensa el hombre se declaró inocente, como no podía ser de otra manera. Afirmaba que no sabía que las pequeñas eran menores de edad. Según él, le mostraban DNI falsos. Con esto ya le era suficiente para entender que se trataba de jóvenes que habrían pasado de sobra los 18. No conforme con ello, las chantajeaba con dinero, joyas y drogas como éxtasis y cocaína para que a cambio, mantuvieran relaciones sexuales con él.
Confirmada la primera condena por prostitución de menores
Los empleados de los hoteles en los que citaba a las menores aseguraron que solía entregar buenas propinas. Por esta razón todos estaban muy contentos cada vez que visitaba los establecimientos. Una camarera de pisos fue quien dio la voz de alarma a la Guardia Civil, alertando a las autoridades de que le parecían “crías” las niñas que salían de la habitación de este individuo.
Se le condenó a 8 años y medio de cárcel porque no cuela que no se diera cuenta de su minoría de edad. Y además porque como se expuso posteriormente, era conocedor de que las niñas eran menores de centros tutelados. Nada más que añadir.
El balance “de lo de Baleares” no debe dejar indiferente a nadie. Sobre todo porque a pesar de que puede que sea el caso más llamativo de los últimos años en nuestro país, muchos expertos alertan de que se trata de una lacra que afecta a muchas otras comunidades autónomas de España y por tanto a muchos centros de menores. Al parecer, la explotación sexual de las menores tuteladas es algo que está muy extendido por toda la geografía. Algo que se sospecha que existe, pero que no se frena, algo que se intuye que ocurre y no se castiga a quienes lo provocan, lo consienten y lo callan.
En el caso de Baleares de momento, la realidad es que cerca de una veintena de personas han sido detenidas por implicación en los casos de abusos y prostitución. El escándalo ha salpicado a instituciones y cargos políticos. Además no parece que vaya a cesar por el momento. Es triste pensar que primero salta un escándalo, se pone frente a la palestra y poco a poco la importancia se va diluyendo hasta que se normaliza. El asco provocado por la primera noticia, casi que se disipa hasta desaparecer. Nos tienen tan anestesiados con tanta mala información que hemos dejado de sorprendernos con lo turbio. Pero existe y se consiente porque sigue ocurriendo aunque creamos que no porque no se habla sobre ello. Y es eso precisamente, lo que tenemos que evitar desde los medios.