La pasada semana saltaba la noticia de la desaparición un joven futbolista del juvenil del Córdoba F.C. Álvaro Prieto. Las redes y los medios se afanaban en lanzar mensajes en los que se pedía colaboración para la localización del joven, oriundo de Córdoba. Salió de su casa para dirigirse a Sevilla y la familia le había perdido la pista.
Pocos días después de anunciar su desaparición, se conoció que Prieto murió electrocutado. Las causas aún deben esclarecerse del todo pero apunta a que el joven recibió una fuerte descarga eléctrica al agarrarse a un arco de corriente de fluido eléctrico debajo de la catenaria del vagón de Renfe que hacía el trayecto Córdoba-Sevilla el pasado lunes. El cuerpo del joven fue hallado entre los vagones del tren a las afueras de la estación sevillana de Santa Justa. Según los análisis forenses, al parecer Álvaro Prieto murió la misma mañana en que desapareció, pocos minutos después de abandonar la estación de tren.
El hallazgo del cuerpo de Álvaro Prieto es un misterio
Al parecer, las cámaras de seguridad grabaron todo. El joven fue rechazado en el control de acceso. Su tren hacia Córdoba había salido ya a las 7,35 y no había manera de regresar. Tras este primer paso, logra pasar al interior de los andenes y se mete en otro tren, pero el personal de seguridad le indica que debe marcharse. Sale por su propio pie de la estación a las 09,30h, las que dan a la Avenida Kansas City. Lo vuelven a interceptar intentando colarse en las vías y después se le pierde la pista, pero según los informes forenses es probable que la muerte se produjera en torno a las 09,45h. El cuerpo presentaba signos visibles de electrocución. Fue hallado varios días después. Todo apunta a que el cuerpo del joven estuvo cuatro días entre el acople de los dos vagones.
Desde Adif no han confirmado aún que se haya tenido constancia de la descarga eléctrica que se presupone sucedió y que dio muerte al joven. Lo remiten a la investigación que a día de hoy mantiene abierta la policía. La causa de la muerte de Álvaro Prieto está siendo llevada por el Juzgado de Instrucción número 11 de Sevilla.
Sin embargo, lo que empezó siendo un caso de desaparición que inundaba las redes de fotografías del joven y de mensajes de la familia pidiendo colaboración ciudadana, ha terminado siendo un caso que presenta, como muchos otros, algunas lagunas. La primera, la de Renfe, que aseguró en un comunicado en el que además trasladaba el pésame a la familia del joven, que el tren bajo el que se localizó el cuerpo de Álvaro Prieto, llevaba parado desde el mes de agosto.
El cuerpo fue localizado por los medios de comunicación
Tal y como han asegurado, el tren se encontraba estacionado en una vía de apartado en el Centro de Tratamiento Técnico de Santa Justa. El lunes en que murió álvaro Prieto el tren estaba realizando maniobras internas y no prestaba servicio de viajeros. A día de hoy Renfe está colaborando con la policía para tratar de esclarecer los hechos. Se deberá aclarar por qué un pasajero que no logra entrar en un tren y es interceptado varias veces e invitado a salir, muere entre dos vagones que al parecer llevaban parados varias semanas.
Por otro lado, el seguimiento que se ha hecho de la desaparición del joven y después, de la localización del cadáver entre los dos vagones del tren, sigue la línea del tratamiento actual que realizan los medios de comunicación ante casos que pueden ser “altamente noticiables”. El cuerpo fue localizado por un cámara de RTVE, que no dudó en filmarlo y después, en difundir las imágenes. La cadena pública se apresuró en pedir disculpas por un acto que rebasaba a todas luces cualquier principio de la ética periodística.
Hoy se ha sabido que la familia no descarta tomar acciones legales, no sólo contra Renfe, cuando se esclarezcan las razones por las que Álvaro Prieto falleció, sino también contra RTVE por emitir las imágenes de parte del cuerpo del joven mientras yacía en el suelo, ya fallecido. Muchos huecos que se han quedado aún por aclarar y varias preguntas en el aire. Que sólo el tiempo ayudará a dar respuesta.