Las fechorías de Errejón, aunque fatalmente causadas por el heteropatriarcado y el neoliberalismo, han devuelto el protagonismo a algo que venía decayendo desde hace tiempo. El adoctrinamiento y la polarización hacen que las barrabasadas de los políticos sean inmediatamente amparadas «por los suyos«. La división y el antagonismo generan la atmosfera belicista necesaria para salir siempre al contraataque: ¡y tú más! Sin embargo, ahora, con Errejón no es así


El Caso Errejón no afecta para nada a la res pública

¿Por qué? Esas condiciones permitieron, con mayor o menor dificultad, sortear fechorías tan gordas como pactar con ETA BILDU, amnistiar a los golpistas catalanes y darles el cupo, embridar a jueces y youtubers, darle una larga cambiada al «Caso ERE» y a las andanzas de Campechano, tapar lo de las mascarillas de Illa, Ábalos, Koldo y Aldama –sin desmerecer a Jessica- incluso ir capeando las esperpénticas jugadas de «Bergoña» y el «Maestro Azagra» (por citar solo las más recientes). Algo que, cualquiera con un poco de mesura y sensatez, rechazaría de plano, en estos tiempos de guerra, de creyentes y partidarios, se traga mientras todos gritan ¡nos atacan! ¡no pasarán! 

Un rio revuelto donde la PPSOE hace su agosto activando sus respectivos Anillos de Frodo. Nos aturden con sus discursos y consignas, repetidos hasta la saciedad por los grandes grupos de comunicación y por sus equipos de opinión sincronizada, mientras ellos transan por debajo de la mesa, al margen por completo de los intereses de sus votantes, de la Ley y de la Constitución ¡Qué democracia tenemos! ¡Lo mejor de lo mejor!

Entonces, llega Errejón y el suelo, de repente, se abre bajo sus pies por unos asuntos personales -ciertamente deplorables y muy incoherentes- que, no obstante, en nada afectan a la cosa común. Se trata de algo personal que devengará la oportuna responsabilidad y punto pelota. La responsabilidad política y pública es de su partido que, una vez más, nos ofrece esos «consejos vendo que para mí no tengo» (no es la primera vez, ni será la última, que los partidos y sus dirigentes hacen de su capa un sayo frente a sus discursos y promesas). El «Caso Errejón» no afecta para nada a la res pública. Los señalados más arriba sí que lo hacen, sin embargo, sus responsables siguen en política dándonos lecciones mientras el rijoso Errejón se ha caído con todo el equipo.


Errejón traiciona el Credo Socialista

¿Por qué el sistema de la PPSOE devora a Errejón? ¿Lo hace para salvar al soldado Díaz? No lo creo. SUMAR es una marca blanca de la PPSOE. Pueden crear otra cuando quieran. Lo que pasa con Errejón es que ha traicionado el Credo Socialista. Ese conjunto de creencias compartidas por la llamada izquierda con las que luego fabrican sus banderas y pueden engancharte. Nótese que la izquierda y la derecha son otro invento de la PPSOE. La ley del «Solo Sí es Sí«, por ejemplo, fue una basura jurídica que afectó gravemente a la sociedad al permitir tanto la rebaja de condenas como la puesta en libertad de muchos pederastas y violadores. Sin embargo, sus responsables, inmediatos y mediatos, siguen en política y nadie los cuestiona.

Así, una cagada como la de Cagancho en Almagro, que afecta directamente a la sociedad, fue deglutida sin más. ¿Por qué? Porque se cometió con el credo en la mano. Es como en publicidad: no existe la mala publicidad. Lo mismo. Otra cosa muy distinta es lo de Errejón. Errejón se ha ciscado primero y limpiado después, varias veces, con ese nuevo feminismo que es una de las banderas de enganche del credo izquierdista. Yo sí te creo hermana, Solo sí es sí… Y por ahí no pasan. La sociedad tiene que tragar con lo que sea –como en Cuba- pero, si tú traicionas el credo ‘de los tuyos’, te caes con todo el equipo. Porque les afecta a ellos. Ellos sí reaccionan ante el atropello que afecta a sus intereses, mientras el ciudadano traga con todo. 

La solución pasa porque la sociedad empiece a preocuparse por sus intereses en lugar de preocuparse por los intereses de sus falsos representantes. El que aporte soluciones, seguirá en el poder, el que falle, tendrá que irse a su casa, con independencia del credo que maneje. Centrémonos, pues, en los problemas y en su solución. Soslayemos los credos y los problemas de esos cretinos que solo persiguen solucionar sus vidas a nuestra costa. Déjate de credos si no eres político, y reza para que surja un nuevo partido, absolutamente disociado de todos los anteriores, que apueste por traernos la auténtica democracia. Errejón solo es el epítome de lo que hacen todos los días esos políticos en los que tú crees. Por eso se lo cargan. 


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