Vaya por delante que creo a Aldama en su confesión primera, y no creo a Pedro Sánchez, con su carrera política adornada de mentiras incesantes. No conozco de nada a Aldama, pero le creo porque su confesión inicial ha venido a corroborar informaciones ya publicadas, porque la agenda de Koldo certifica coincidencias de fechas en las fechorías de la mafia gubernamental y porque ya ha comenzado a aportar pruebas documentales.
La mafia gubernamental del Fiscal General del Estado y sus acólitos
Pero lo peor de la mafia gubernamental es lo del fiscal general del Estado y sus acólitos, al servicio del Gobierno para, saltándose a la torera la ley, tratar de destruir a un ciudadano por ser el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid. La Fiscalía tiene la misión constitucional de promover la acción de la Justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público. Pero el fiscal general Alvaro García Ortiz ha actuado como un sicario a la orden de un jefe mafioso traicionando su mandato constitucional.
El fiscal general ordenó a su mano derecha, Diego Villafañe, que reclamara a la Fiscalía de Madrid el expediente completo del novio de Isabel Díaz Ayuso. Cuatro días después fue publicado en un diario afín al Gobierno. Su correspondencia telefónica con la fiscal jefe Pilar Rodríguez han evidenciado como esta pidió el expediente del novio de Ayuso a la Fiscalía Provincial de Madrid y no dejan duda de cómo García Ortiz, ya conocido como Don Alvarone, se encargó de su filtración a la prensa, o sea de la comisión de un delito grave.
Tras darle las gracias Don Alvarone, Pilar Rodríguez le dice “Aunque dan ganas de incorporar un poquito de cianuro”, en referencia a la nota de prensa que iban a sacar en la Fiscalía. Don Alvarone, con todo lo que ya se sabe, no va a poder librarse de sentarse en el banquillo de los acusados. Es insólito que, ya imputado, aún no haya presentado su dimisión o haya sido destituido.
Conversación de dos mafiosos
La guinda del caso es como Presidencia del Gobierno le envío la información al jefe del PSOE en Madrid, Juan Lobato, para que con ella atacara a Díaz Ayuso en la Asamblea de Madrid. Lobato, que sabe de que va la cosa, con el envío de Presidencia se fue a una notaría a dejar constancia del asunto, para que no queden dudas de que él no tiene nada que ver. Se cubrió en privado por lo que pueda pasar, porque conoce el paño.
“Dan ganas de incorporar un poco de cianuro”, le decía la fiscal jefe a Don Alvarone, en conversación más propia de dos mafiosos que de dos altos cargos de la Fiscalía del Estado. Al margen de que el cianuro no se incorpora, sino que en todo caso se añade, lo esencial es que se consuma para matar a quien lo haga. La destinataria del cianuro era Díaz Ayuso. Así entienden la política, el servicio público y la vida esta banda de mafiosos que nos gobiernan . Da miedo. Y asco. Y no es una película, es real.
Ahora van a por Lobato, porque no es solo que no admitan discrepancias internas, es que a quien no obedece ciegamente al capo di tuti capi, al número uno, hay que suministrarle cianuro hasta que reviente. La mafia es así. Y respecto a Aldama, yo que él me cubriría bien la espalda. Porque esta gente mata, y a él ya le dejaron un recado en el coche en forma de cuatro disparos. Es la mafia. Y que tenga cuidado donde come, porque igual vuelven al cianuro.
