Muchos españoles se preguntan: ¿cuándo se jodió España? Como Vargas Llosa se preguntaba: ¿cuándo se jodió el Perú? En Perú han parado el autogolpe de Pedro Castillo. Y en España el personal achantado ante el golpe autoritario de nuestro Pedro. Tengo para mí que la España democrática se jodió cuando con el gobierno de Felipe González se robó a manos llenas. Se mató, se secuestró a un anciano viajante de comercio, y se secuestró, torturó y enterró en cal viva a dos jóvenes aspirantes a terroristas.
Y claro, cuando Alfonso Guerra certificó la muerte de Montesquieu tras alterar el sistema de elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial. Un gobierno en el que uno de sus ministros, el de Justicia e Interior, negoció con un siniestro espía la entrega previo pago de 400 millones del entonces fugado director general de la Guardia Civil. Y ¿por qué? Porque se temía que el Gobierno del que el formaba parte, asesinara al fugitivo.
Después vino Aznar con su primera magnífica legislatura y su calamitosa segunda. Luego Zapatero, que se esmeró en el desastre. Después Rajoy, que dilapidó una mayoría absoluta con la que podía haber regenerado mucho. Y después Pedro Sánchez, que ha indultado a los condenados por el golpe del 1 de octubre en Cataluña dejando al pairo al Tribunal Supremo. Ha derogado el delito de sedición.
Ha rebajado la pena del delito de malversación para que los golpistas puedan presentarse en otras elecciones y vuelvan a hacerlo. Y para que quede impune la golfería de sus correligionarios andaluces del caso ERE (bueno, de los jefes), estableciendo una doctrina según la cual si robas para la causa te vas de rositas. Y si te gastas el dinero público en cocaína y putas no pasa nada si era para celebrar la consumación del latrocinio impune. Solo les falta decir que lo de las putas fue para ayudarlas porque estaban en crisis.
Y como todo ello iba a terminar en el Tribunal Constitucional (TC), ha asaltado el TC para que una vez colocados sus sicarios estos validen el dislate. Y de paso amenaza con meter en la cárcel a los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que no le obedezcan. Sánchez se está haciendo su Código Penal a la medida exacta de los delincuentes amigos. Y quiere vaciar de violadores las cárceles para hacer sitio a jueces desobedientes y ciudadanos disidentes.
España destrozada por Sánchez y sus secuaces
Todo ello en un viernes de puente, de tapadillo, con el personal de vacaciones. En breve regresará Puigdemont, prepararán el referéndum y quizá no quede lejos la ilegalización y el encarcelamiento de los discrepantes (que se preparen en Vox). Y también la liquidación absoluta de la Constitución y la Monarquía. Y quién sabe si las desapariciones y la cal viva, que entonces un joven Sánchez estudiante de Derecho defendía en Telecinco en un programa de Javier Sardá alegando que lo de los GAL era una cosa de la prensa.
Juan Carlos Campo, uno de los sicarios a los que Sánchez va a colocar en el TC, ex ministro de Justicia, ya habló de que estábamos en un “proceso constituyente” aunque no lo sabíamos. Ahora ya no hay duda. Y la peor es que las encuestas independientes hablan de que quizá pueda gobernar de nuevo, a la espera de la de Tezanos, que pagamos todos. Será ya la repanocha.
Intrigado estoy con el discurso navideño de Felipe VI, que constitucionalmente ha de intervenir como árbitro en defensa de los ciudadanos. ¿Se atreverá a decir algo o se impondrá el miedo a ser el siguiente? En España el Ejecutivo y el Judicial están absolutamente sometidos al Ejecutivo, que se las tiene tiesas también con el poder empresarial, y que tiene bajo control a los medios de comunicación. No hay más que asomarse a cualquier televisión y ver el tsunami de anuncios publicitarios del Gobierno, que compra a medios y periodistas con el dinero de todos.
Ocupadas todas las instituciones por personal sumiso el siguiente paso es liquidar libertades civiles. Ya está en ello, y mientras no haya una respuesta social contundente, una movilización que le haga ver el disparate y frenar, porque la oposición está en babia, Sánchez no parará. Si Feijóo se limita a decir que él derogará las leyes sanchistas vamos listos, porque todo apunta a que es probable que no pueda gobernar.
Bueno, no sabemos cuándo se jodió España, pero que se jodió no tiene duda. Pedro Sánchez y sus secuaces nos lo recuerdan cada día exhibiendo su espíritu autocrático y su desprecio absoluto a las más elementales reglas de la democracia, mientras Yolanda Díaz se va a Argentina a apoyar a la corrupta señora Kistchner. Supongo que el viajecito lo hemos pagado nosotros. El otro día una amiga argentina con la que vi el partido que les clasificó para las semifinales del Mundial me dijo: “Es terrible como España se parece cada día más a Argentina”. Como será la cosa como para que nos haya dado una lección el Perú. Estamos jodidos. Pero Sánchez está cada día mejor. Quizá le veamos en breve brincar sobre un globo terráqueo ahora que preside la Internacional Socialista. Cualquier día nombra ministro a Belloch, el que tenía miedo de que su Gobierno asesinase a Roldán.
Y además…
- No cesan las preguntas sobre los motivos por los que Disney ha decidido no estrenar la magnífica serie documental producida por Señor Mono sobre Kote Cabezudo. Un seguidor me dice literalmente: “Recuerda esto: March Sadness 2. No es una película, es el nombre de la operación policial en EE.UU. que terminó con el arresto de 108 personas, entre ellas varios empleados de Disney, en el Condado de Polk, cerca de Orlando. Cayeron varios empleados, pero los ejecutivos se fueron de rositas. El principal acusado fue Xavier Jackson, salvavidas en el Polynesian Resort de Disney, del que se obtuvieron imágenes en las que hacía “cosas inapropiadas con muchos niños”. Pues eso, que Disney sigue en silencio sin explicarle a las víctimas de Kote Cabezudo por qué compra una serie documental de 4 capítulos, aprueba su contenido, anuncia su estreno, hace campaña en prensa, paga contenidos patrocinados para publicitarla y la esconde. Quizá podremos llamarlo December Sadness 1. Le pondremos nombres y apellidos, sobre todo los de los máximos responsables, y veremos también sus caritas, prometido. Lo hemos dicho muchas veces. El Caso Kote Cabezudo está comenzando. Y se vienen cosas fuertes y muy sadness.