Más allá del debate social que suelen generar las noticias sobre delitos de menores, lo cierto es que existen estadísticas que miden año a año, cómo crecen o varían las medias de menores condenados por delitos de todos los tipos. Recientemente se ha podido saber que a nivel nacional en 2021, 13.595 menores de entre 14 y 17 años fueron condenados. Esta cifra supone un aumento del 21% respecto a 2020 y alrededor de un 3,7% de los que se produjeron en 2019.
En España del total de condenas, 439 fueron por delitos sexuales, lo que supone un 12,6% más respecto al año anterior. La mayoría de los condenados por cierto, tenían nacionalidad española. Y cuando decimos mayoría, decimos mayoría: un 79,4%. Todos estos datos forman parte de la Memoria anual presentada por la Fiscalía General del Estado hace apenas unas semanas. El Fiscal General del Estado, Álvaro García, solicitó “una reflexión como sociedad” debido al alarmante aumento de delitos, sobre todo en los de índole sexual, sobre los que afirmó que se ha dado un “progresivo y alarmante aumento”.
Según la mencionada memoria, los delitos cometidos por menores de 18 años han crecido un 58% y suponen un total de 2.625 casos. Cifras que en palabras de la Fiscalía, “superan con creces a los de años anteriores”. Y aunque es fácil reducirlo todo a la generalidad, lo cierto es que este aumento también se ha dado en algunas autonomías. Así por ejemplo en Extremadura, según las sentencias firmes recogidas en el Registro Central de Sentencias de Responsabilidad Penal de los Menores en la región, los delitos cometidos por menores de edad aumentaron un 62% en 2021. En total fueron 346 los menores condenados.
Suma y sigue. En Murcia se dieron en 2021 un total de 516 casos de delitos cometidos por menores de edad, de entre 14 y 17 años, lo que supone un 4,46% respecto al año anterior. De ellos 435 fueron cometidos por chicos y 81 por chicas. También en Cantabria crecieron los procedimientos penales. Nada menos que un 14% en 2021 en relación con el año anterior.
También aumentó la delincuencia en los adultos, no nos vayamos a pensar que toda la juventud en España está perdida. Porque en general la sociedad al completo tiene mucho que cambiar y mucho que arreglar. Según datos de esta memoria y en un ámbito general, el número de personas adultas condenadas en 2021 aumentó en todas las comunidades (La Rioja un 43,57% más, en Baleares, un 38,25%, Castilla y León, un 36,63% o en el País Vasco, un 34,68%). Cifras nada desdeñables que nos hacen cuestionarnos qué está pasando a nivel general, para adultos y menores de edad.
¿Por qué los menores cometes delitos?
El debate es importante: ¿qué les ocurre a nuestros menores? ¿Por qué aumentan los delitos? ¿Dónde están los valores? Dirán algunos… Porque mientras se cuestiona si una menor de edad puede o no puede abortar, si debe o no debe pedir permiso a sus progenitores o a sus tutores para hacer determinadas cosas, por otro lado la sociedad se va cubriendo de podredumbre y se convierte en más delictiva que años anteriores.
Menores y adultos deben dar una vuelta de tuerca a lo que les mueve para actuar en sociedad. Todos debemos cuestionarnos si las medidas que se toman para evitar la criminalidad, si las medidas que se llevan a cabo para reeducar, para condenar o para evitar por ejemplo, abusos sexuales, son las adecuadas. Si todo lo que se hace sirve para que el futuro sea de un color más bonito o por lo menos más transparente de lo que es en la actualidad.
Cuestionémonos si queremos seguir lamentándonos de lo que nos quieren subir el gas o la luz, mientras encendemos a tope nuestros equipos de refrigeración porque tenemos calor. Nos lamentamos de que se aprueba una ley mejor o peor pero dejamos pasar todo lo demás. Porque preferimos quejarnos de cómo nos gobiernan nuestros políticos, a exigirles medidas reales y efectivas para que la sociedad en la que vivimos sea realmente mejor.
No nos damos cuenta pero nos dejamos guiar por cifras y estadísticas. Estamos perdiendo la perspectiva porque vivimos y sufrimos en base a lo que nos quieren contar. Mientras en la calle crece la delincuencia y menores y adultos sin margen de error, cruzan los límites, que ni siquiera ya sabemos dónde están. ¿Es esta la sociedad que queremos? Démosle una vuelta. Pero una vuelta de verdad. Hay que cambiar tantas cosas…