UNA “PAZ” QUE SALÍÓ MUY CARA

José Luis Rodríguez Zapatero sigue presumiendo de que fueron él y el PSOE quienes a través de una negociación lograron que ETA dejase de asesinar. Y no es verdad. Es cierto que con él en el Gobierno se produjo el cese de la actividad terrorista de ETA, pero ETA lo dejó porque el trabajo de la Guardia Civil y de la Audiencia Nacional, desde la legalidad, les debilitó hasta el punto de dejar a la banda inoperativa. Entonces Zapatero desarrolló una negociación vergozante, y llegó una “paz” que salió muy cara.

Entrecomillo paz porque no había una guerra, había un grupo terrorista, ETA, que asesinaba, secuestraba y extorsionaba y unos ciudadanos españoles, funcionarios o civiles, que eran víctimas de ETA. No hubo paz. Hubo un cese de la actividad terrorista que se logró gracias al trabajo de los funcionarios policiales y judiciales y gracias al pacto antiterrorista que firmaron PSOE y PP, algo impensable en la política frentista de hoy, por ambas partes. Y también, y muy importante, a la colaboración de Francia, que durante años fue refugio seguro para los etarras.

Zapatero le ordenó a Conde Pumpido que se cargara al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, que no le gustaba a ETA

Gracias al libro que publica la ex diputada socialista Rosa Díez y al trabajo de The Objective hemos conocido las actas elaboradas por ETA de esas negociaciones, que evidencian las barbaridades que hizo el Gobierno socialista de entonces.

Resumiendo. El Gobierno avisó a ETA de que el entonces juez Grande Marlasca, iba a hacer una redada en el bar Faisán contra terroristas que cobraban el chantaje etarra. Después, Zapatero ordenó a su fiscal general del Estado, el inefable Cándido Conde Pumpido, hoy presidente del Tribunal Constitucional, que se cargara al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño, porque a ETA no le gustaba su dureza en la persecución de los terroristas.

Se comprometió a no detener etarras durante la negociación, aunque siguieron cometiendo atentados. Y cumplió su promesa

Incluso tuvo la osadía Zapatero, a través de sus negociadores, de advertir a ETA de que la Policía francesa preparaba una importante operación contra la banda en su territorio. Y también les ofreció a los terroristas pagarles una elevada cantidad de dinero (del erario, no suyo, claro) a través de una ONG amiga, para que tuvieran de qué vivir si dejaban de matar.

Llegó incluso a comprometerse a que las Fuerzas de Seguridad españolas no detendrían a ningún etarra durante la negociación, aunque ETA siguió cometiendo atentados. Y cumplió su promesa.

Zapatero engañó a los españoles negando la negociación y nos atacó con dureza a quienes lo contamos, y eso que no teníamos los detalles

Zapatero, además, engañó reiteradamente a los españoles negando que estuviera negociando con ETA, y él y sus acólitos nos atacaron con dureza extrema a quienes entonces denunciamos que se estaba negociando, y eso que no teníamos los detalles que tenemos ahora.

Las actas literales de las negociaciones ponen negro sobre blanco hasta qué punto el Gobierno socialista de entonces se puso al servicio de los terroristas y vulneró normas esenciales del Estado de Derecho. Se arrodilló ante los asesinos y dio los primeros pasos de una política que ahora con Sánchez ha llevado a los herederos de ETA, con un especialista en secuestros a la cabeza, Arnaldo Otegui, a ser el poyo fundamental del Gobierno de España.

El Gobierno no exigió a ETA la entrega de las armas. Hicieron un simulacro ofensivo entregando unas pocas escacharradas

Gracias al trabajo del PSOE, EH Bildu figura ya en las encuestas como ganadora de las próximas elecciones en el País Vasco. Todo un éxito del socialismo español, cuando seguimos asistiendo a homenajes a etarras sin que pase nada. Y a Otegui nos lo presentan como “un hombre de paz”. Que le pregunten a quienes le tuvieron de secuestrador, cuando entregaba a sus víctimas cautivas un revólver con una bala y les obligaba a jugar a la ruleta rusa.

Constituye una vergüenza más para el Gobierno el contenido de esas actas de la vergüenza. Podría ser aceptable una negociación para que dejaran de asesinar con un compromiso de entrega total de las armas, pero eso no se produjo. Aún hoy no las han devuelto. Hicieron un simulacro ofensivo en el que entregaron unas cuantas prehistóricas y escacharradas.

Conocidos estos detalles de lo que hizo Zapatero con ETA no extrañan tanto su cercanía a un narco dictador como Nicolás Maduro y sus negocios al amparo de las dictaduras bolivarianas que asolan Hispanoamérica. Las actas de la negociación de Zapatero con ETA quedan para la historia de la infamia de la política española. Y gracias a Rosa Díez y a The Objective por hacerlas públicas. Era necesario. Si fuera por los “progresistas” que en España son, jamás nos hubiéramos enterado.

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