Hoy en diversos medios eran noticia las imágenes de la vida de Santos Cerdán en la prisión de Soto del Real. Ni una semana lleva en prisión provisional el ex secretario de organización del PSOE y ya tenemos fotografías de su estancia en el talego. Y al instante me he preguntado: ¿qué impide que veamos a Kote Cabezudo en prisión? ¿Por qué el titular de esta noticia resulta imposible?
En prisión todo es susceptible de convertirse en negocio. Y todo lo que ocurre vulnerándose la legislación o el reglamento penitenciario requiere de algún funcionario dispuesto a hacer la vista gorda. Si consigues droga es porque algún funcionario hace la vista gorda. Conseguir un móvil es posible con funcionarios que hacen la vista gorda. Y para que se filtren a la prensa fotografías de un preso dentro del centro penitenciario, se requieren funcionarios haciendo la vista gorda.
Es indudable que aparecer en fotografías carcelarias supone un menoscabo a la dignidad y la propia imagen del retratado. Y que la filtración es algo casi inevitable si el personaje tiene relevancia pública y carece de protección del más alto nivel. Veáse que ni siquiera alguien como Santos Cerdán lo ha podido evitar.
El celo de todas las autoridades para evitar que se filtren imágenes de Kote Cabezudo
Por todo ello resulta especialmente sangrante la insólita protección que todas las instancias le han proporcionado, le proporcionan y le proporcionarán a Kote Cabezudo para preservar su imagen. Comenzó el Diario Vasco, al que le faltó tiempo para publicar mi foto cuando las magistradas Domeño y Cinto se querellaron contra mí por calumnias, pero sin embargo jamás publicó una fotografía del violador y pornógrafo infantil en los casi diez años que duró la Instrucción de su causa. Quizás tenga que ver con que Kote Cabezudo fue colaborador del Diario Vasco. Por cierto, la absurda querella de la Yoli y la Vicky, que así se referían a ellas los lobos de San Sebastián, por supuesto acabó sobreseída y archivada.
Continuó el presidente del Tribunal que juzgó a Cabezudo, el Magistrado Augusto Maeso. Tal era la preocupación de este Juez por la imagen del violador que rodaba vídeos sexuales de niñas para su venta en internet, que prohibió expresamente que se le tomara ninguna imagen durante el juicio. Y cuando la prensa accedía cada mañana a la Sala para grabar antes de comenzar las sesiones, el Sr. Maeso se encargaba de que el violador pudiera ausentarse y que de ese modo no existiera imagen alguna suya que poder publicar.
El colmo de la indignidad se produjo durante una de las sesiones del Juicio. Kote Cabezudo interrumpió la vista en modo acusica para decirle al Sr. Maeso que alguien del público le había tomado una foto. La expresión del Magistrado mirando al público nunca la olvidaré: “¡No será eso verdad!”. Ojalá hubiera tenido este Juez con las imágenes de las niñas violadas y las menores objeto de pornografía infantil la décima parte del celo que mostró en preservar las de Kote Cabezudo.
Y la protección sigue en prisión. ¿Han visto ustedes las imágenes de la vida de Kote Cabezudo en Martutene? Pues eso. Si quieren saber mi opinión, yo tengo el pacto más que claro. “No me muestren y no les mostraré”. Y es que si algo ha dejado claro el pornógrafo infantil en diferentes ocasiones, es que le sobra gente “muy importante que está en mis discos duros” que también podría mostrar. Quid pro quo, que diría el gran Hanibal Lecter.
