Una investigación conjunta, en la que se encontraban miembros de la Policía Nacional y Policía de Suecia y Dinamarca, coordinada por EUROPOL y EUROJUST ha hecho caer una banda de sicarios que tenía como objetivo reclutar a menores de edad para que trabajasen como sicarios. Tenían objetivos como asesinatos, y atentados con armas de fuego y explosivos. La banda, estaba liderada por un matrimonio y su hijo, también menor de edad. Eran los que captaban a los menores a través de redes sociales.
Los tres han sido detenidos a principios del mes de noviembre. En su vivienda, ubicada en la localidad alicantina de San Juan, se encontraba el centro de operaciones de la banda. Y además, en ella también se gestionaba una red de tráfico de drogas y de blanqueo de dinero. Desde esa localización también se gestionaba el control de las redes sociales desde las que se captaba a los sicarios.
Detención de uno de los menores sicarios
La investigación se ha desarrollado en el marco de la Operación Carrusel Tívoli. Arrancó con la detención de uno de los menores sicarios el pasado mes de mayo en la localidad malagueña de Benalmádena. Poco después, tres ciudadanos suecos fueron detenidos en Alicante, en el marco de la misma operación. Dos jóvenes suecos también fueron detenidos en Dinamarca. Formaban parte de la misma banda y habían sido reclutados bajo el mismo modus operandi.
Este trabajo conjunto de los cuerpos policiales de varios países europeos es un ejemplo de que puede funcionar la colaboración entre ellos. Ha sido co financiada con Fondos Europeos del Fondo de Seguridad Interior. Y está respaldado por organismos como la Dirección General de Migración y Asuntos de Interior de la Comisión Europea, así como las agencias de la UE, que entienden forma parte del apoyo a los estados Miembros con el objetivo de combatir las redes delictivas que al final son las amenazas más relevantes que existen y que amenazan la seguridad de los ciudadanos.
En nuestro país, se han encargado de desmantelar esta banda, agentes del Grupo de Respuesta contra el Crimen Organizado de la Costa del Sol y Levante (GRECO) y la Udyco de Málaga. Un matrimonio, junto a su hijo menor, eran quienes lideraban y organizaban todos los trabajos. El menor, tan sólo tiene 14 años y al parecer, eran sus padres quienes estaban a sus órdenes. No cuenta con perfil delictivo a sus espaldas, pero su padre sí. Según se ha sabido, cobraban la friolera de 20.000 a 50.000 euros por trabajo. Es la primera vez que las autoridades se encuentran con un caso así en nuestro país aunque, como se indica en algunos medios, en países como Suecia sí.
Es momento de abrir los ojos y concienciarse
La pregunta de por qué se reclutaba a menores es en cierta manera lógica: un menor de edad va a cobrar menos por el trabajo que desempeña, tiene menos percepción del riesgo que un adulto y con seguridad levanta menos sospechas que si es mayor de edad. Con el agravante de que las penas a las que pueden llegar a enfrentarse serán mucho más bajas que si no lo son.
La red formada por este matrimonio y su hijo funcionaba a modo de una red “de servicios para las organizaciones que la contrataban”. Las mafias se ponían en contacto con ellos. Se les asignaban los trabajos y lo único que quedaba después era contactar con los menores de edad que actuarían en este caso como sicarios. Se sabe que en España no se produjo ninguna muerte, pero sí en Dinamarca o Suecia. País este último donde la criminalidad a manos de sicarios menores de edad ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Gunnar Strommer, ministro sueco de Justicia, se lamentaba hace unos meses de que en los últimos años se ha vivido “a espaldas de la criminalidad y la marginación”. Y quizá ahora sea el momento de empezar a abrir los ojos y concienciarse de que quizá las penas y la reeducación tiene que reforzarse. El mensaje debe cambiar, si no queremos que los números cambien a peor, como parece estar ocurriendo en este país del norte de Europa.