Las adicciones han sido una constante a lo largo de la historia humana, manifestándose en múltiples formas, desde el abuso de sustancias hasta comportamientos compulsivos que parecen inofensivos a simple vista. En el siglo XXI las adicciones han alcanzado nuevas dimensiones. Factores como el estrés, el entorno digital y el ritmo de vida acelerado han convertido las adicciones en una problemática compleja. Un problema que afecta a personas de todas las edades y culturas. En este artículo, abordaremos el fenómeno de las adicciones en general, su impacto en la sociedad y la salud mental. Y, terminaremos abordando un tipo de adicción en creciente aumento: la adicción a las pantallas.
Las adicciones: incapacidad de controlar un comportamiento
Las adicciones son trastornos crónicos caracterizados por la incapacidad de una persona de detener el consumo de una sustancia. O de controlar un comportamiento a pesar de las consecuencias negativas. La Asociación Americana de Psiquiatría (APA) define la adicción como un “trastorno del uso de sustancias”. Incluye en su descripción aspectos como la física y psicológica. Aunque muchas veces se asocian únicamente con drogas y alcohol, las adicciones también pueden ser de naturaleza conductual. Nos referimos al juego, las compras o el uso de redes sociales.
La causa de una adicción es compleja y multifactorial. Existen factores biológicos, como la predisposición genética, que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle una adicción. También los factores psicológicos, como el estrés y los trastornos mentales subyacentes, juegan un papel crucial. Finalmente, el entorno social y cultural tiene un gran impacto. La presión social, el acceso fácil a sustancias o conductas adictivas y la normalización del consumo en ciertos contextos pueden disparar el inicio y la progresión de una adicción.
Los efectos de una adicción son devastadores, no solo para el individuo, sino también para su entorno. En el ámbito personal, la persona adicta puede experimentar pérdida de salud física, problemas de memoria y deterioro de su salud mental. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS),aproximadamente 35 millones de personas sufren trastornos relacionados con el uso de sustancias a nivel global. Además, la OMS reporta que cerca del 6% de las muertes anuales están relacionadas con el consumo de alcohol.
Sin embargo, el daño no se limita al individuo. Las familias de personas adictas suelen vivir en una situación de constante angustia, afectando su estabilidad emocional y financiera. El tratamiento de las adicciones puede variar dependiendo de la sustancia o conducta implicada. En general se basa en una combinación de psicoterapia, medicación y terapia de grupo. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, ha demostrado ser altamente efectiva en la modificación de conductas adictivas y en el manejo de los factores emocionales que contribuyen a ellas.
Adicción a las pantallas por el uso de móviles y redes sociales
En cuanto a la prevención, uno de los enfoques más efectivos es la educación temprana, especialmente en el ámbito escolar. Concienciar a niños y adolescentes sobre los riesgos y consecuencias de las adicciones puede ayudar a reducir el número de personas que desarrollan adicciones en el futuro. Según un estudio de la Universidad de Harvard, los programas de prevención escolar han reducido el inicio de consumo de sustancias en adolescentes hasta en un 20%.
En los últimos años, la adicción a las pantallas ha surgido como una de las formas más comunes de adicción conductual. Este fenómeno incluye el uso excesivo de dispositivos como teléfonos móviles, ordenadores y televisores, así como la dependencia de redes sociales y videojuegos. La adicción a las pantallas puede causar problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y problemas de sueño. Estudios de la Universidad de Stanford han demostrado que el uso excesivo de redes sociales está relacionado con un incremento del 30% en los niveles de ansiedad y depresión en jóvenes.
Además, la exposición constante a contenido en redes puede afectar a la autoestima y la percepción de la realidad en los adolescentes. Es importante que, tanto padres como educadores, trabajen en conjunto para regular y limitar el uso de dispositivos digitales en niños y jóvenes. La educación sobre el uso saludable de la tecnología, y la creación de espacios libres de dispositivos en el hogar, pueden ser pasos efectivos para evitar esta adicción silenciosa que amenaza la salud mental de las nuevas generaciones.
En definitiva, la adicción es una problemática que afecta a millones de personas en el mundo y se presenta en diversas formas, desde las adicciones químicas hasta las conductuales. La educación y la prevención son herramientas fundamentales para reducir su impacto en la sociedad, mientras que la terapia y el apoyo son vitales para aquellos que buscan salir de la trampa de la adicción.
