LAS VÍCTIMAS DE KOTE CABEZUDO SIGUEN SIN COBRAR LAS INDEMNIZACIONES 2 AÑOS DESPUÉS DE LA CONDENA

Recordarán que la sentencia que condenó a Kote Cabezudo por violaciones y pornografía infantil estableció unas indemnizaciones asombrosamente leves para las víctimas e incluso estas debieron pagar parte de las costas del proceso. La Sala de la Audiencia de San Sebastián que condenó a Cabezudo embargó el piso que tiene Cabezudo en la calle Urbieta de San Sebastián. Está valorado en más de un millón de euros, pero dos años después no ha procedido a la subasta del mismo.

Las víctimas siguen esperando el pago de las indemnizaciones. Hasta la fecha va abonando el condenado cantidades simbólicas ante la pasividad de la Justicia. Además, en la última causa que aún tiene pendiente de juicio oral, la vista se ha suspendido varias veces por la reiterada ausencia de dos peritos de la Ertzaintza que reiteradamente desobedecen la citación para comparecer sin que suceda nada.


Cartas de la víctimas desesperadas por no cobrar las indemnizaciones

Una de las víctimas de Cabezudo, E.P., ha enviado dos cartas al magistrado Maeso, presidente del Tribunal que dictó la sentencia. En ellas dice: “Debido a que el condenado ha incumplido con la obligación de pago establecida en la sentencia, ingresando diferentes cantidades que no se acercan a la cantidad que debe abonarnos, para que de esta manera nosotras podamos afrontar las costas a las que no se le condenó a pagar al violador, rogamos sea subastado su inmueble de la calle Urbieta, con la mayor celeridad posible, ya que a la mujer y la hija del condenado se le ha dado el beneficio de poder quedarse en él y no hay explicación moral para el daño que se nos está generando”.

Añade “Seguimos sin comprender, cómo se puede permitir este tipo de abuso que se sigue ejerciendo sobre nosotras. Sí abuso, ya  que no solo nos humilló públicamente durante muchos años de nuestras vidas, sino que se le está permitiendo tener ese poder nuevamente sobre nosotras generándonos, si cabe, más daño. Son muchos años ya los que he vivido enfrentándome a sus humillaciones y quiero decir basta. Tenemos una sentencia, que por cierto seguimos sin comprender, pero que aceptamos con tal de acabar con este calvario y rogamos que se nos escuche. Ustedes son quienes tienen el poder para acabar con esto. Rogamos una vez más que ejecuten la subasta de dicho inmueble, no permitiendo más prórrogas del pago. Hemos sido muy pacientes más de dos años esperando para que el condenado nos abone las cantidades que nos adeuda”.


Insulto tras otro…

Por último, E.P. dice que “ tenemos que hacer frente a las costas a las que no fue condenado el señor Cabezudo. No hay ningún complot como imagina el condenado, ni estamos interesadas en pujar por su valioso piso, pero le recuerdo que no solo él tiene una hija. Yo también tengo una, y tengo la obligación moral de enseñarle a luchar por lo que es suyo, de darle ejemplo con hechos. Y queremos darle fin a este caso para poder seguir con nuestras vidas. Las víctimas tenemos que endeudarnos cuando el piso de este señor está embargado. Y, este señor (permítame dudar de donde procede su dinero), dijo que para abogados no tenía dinero y se le dio justicia gratuita porque dijo cobrar una mísera pensión, pero ha tenido abogados de pago.

Un insulto tras otro. No voy a endeudarme para ser yo, como víctima, la que le quite dinero a mi hija para tener que pedir un crédito y pagar las costas. Le ruego que no nos sigan castigando y no permitan que se ría más de nosotras y déjenme enseñar a mi hija que por difíciles que sean las cosas, uno no se debe rendir. Esos son los valores que debo como madre enseñar a mi hija, que no he sido yo quien ha abusado ni me estoy aprovechando de nadie, solo pido lo que es mío y, por ende, de mi hija”.


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