Se acabó la incertidumbre. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado lunes que permanecerá en su cargo. La decisión se produjo tras cinco ridículos días de “reflexión” que anunció que se tomaría después de que un juzgado de Madrid abriera diligencias contra su mujer, Begoña Gómez, por unos supuestos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
Pero ¿qué tomadura de pelo es esto? Después de tener al país durante cinco días en vilo y hacer creer a los suyos y a toda España que podía dimitir, durante la mañana del lunes anunció que continúa. «He decidido seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del gobierno de España«, aseguró en una comparecencia sin preguntas en la Moncloa. Pero lo hace con un nuevo mandato: «Con el compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con serenidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia« ¿Democracia? Señores, esto no es una democracia.
La decisión de Sánchez: ¿casualidad o manipulación?
Un dirigente político que ha dejado sus funciones nada menos que cinco días para reflexionar, según sus palabras, para volver de nuevo a su cargo, a mí me parece un insulto a la democracia. Un insulto a la ciudadanía, un insulto a sus militantes. Lo peor de todo es que se va cinco días, no por una cuestión política. No, se va por cuestiones personales. Algo, sin duda, más grave si cabe. Dice que se siente víctima de una “campaña de descrédito” contra él y su mujer, Begoña Gómez, que llevan “diez años” sufriendo.
Desde que Sánchez llegó a la Moncloa, se han sucedido las polémicas sobre la actividad profesional de su mujer. Desde su cargo al frente del Africa Center del IE Business School, al que llegó apenas unos meses después de ganar Sánchez la moción de censura, hasta la dirección de varias titulaciones en la Universidad Complutense de Madrid. Begoña Gómez, que carece de titulación oficial, ha realizado además varios viajes acompañando a Sánchez a destinos vinculados con su profesión.
Esto ha suscitado todo tipo de especulaciones al no revelarse su agenda. ¿Casualidad o manipulación? Además, ha contado con la presencia de ministros y cargos del Gobierno en algunos de los actos en los que ha promocionado los másteres y la cátedra que dirige en la Complutense. ¡Esto se llama poca vergüenza!
Monopolización del poder
El señor Sánchez habla de democracia, cuando en realidad está implantando una auténtica dictadura. Ahora no le interesa la labor de los jueces, pues me invento una nueva iniciativa legislativa para que sean los fiscales quienes se encarguen de la instrucción. ¿Por qué? Pues para salvar a su mujer y evitar que se enfrente a un asunto judicial de envergadura.
¿Qué ahora tampoco me convienen los periodistas? Pues digo que soy víctima de una campaña de descrédito. Lo que pretende es monopolizar todos los poderes e instituciones en su propio beneficio PERSONAL. Como está haciendo con la cadena pública, la utiliza a su antojo, para “lavar su imagen”. Así lo hizo con la entrevista que dio al ente público el mismo día que anunció su continuidad en el Gobierno.
Lo peor de todo es que tras esta “decisión” entramos en una etapa política, en la que solo van a primar los intereses personales de él y de su señora esposa. El “ordeno y mando” va a ser su próximo lema político. Conclusión: estrategia política pura y dura. Todo, por supuesto, con fines personales, que no políticos. Dictadura Sanchista al poder y olvido de democracia y consenso político. Todo por el interés y beneficio personal de Pedro Sánchez y su mujer.