España tiene muchos problemas sin resolver porque la inútil PPSOE se encarga de dilatarlos en el tiempo, ganándolo así ella para mantenerse en el Poder. Entre todos estos problemas destacan dos por su incidencia en el momento actual: el suelo y los médicos. Los médicos y el suelo dependen -como todo lo demás- de decisiones políticas porque no estamos en ningún libremercado sino en una economía intervenida por los imperantes y su séquito para sacar tajada. Para nada más.
Un cuello de botella que va contra el ciudadano
En lo tocante a los médicos, todos sabemos que ya hay listas de espera hasta en la privada. Muchas veces nos encontramos con médicos importados ante la ausencia de médicos españoles para cubrir y desempeñar todas las plazas que nuestro mercado de medicina demanda. En este contexto y tarde como siempre, el ministro de sanidad anuncia 677 nuevas plazas en el grado de medicina para este curso que comienza –largo me lo fiais amigo Sánchez- para paliar el déficit existente en determinadas especialidades. Sin embargo, el Colegio de Médicos presiona en sentido contrario porque para ellos lo importante es que haya escasez de médicos como factor de poder y como uno de los resortes más consistentes para mantener alto el salario medio de cada médico.
No piensan en los ciudadanos y en sus cuidados, a los que teóricamente se deben por el juramento Hipocrático, sino que tratan de restringir la oferta de un activo muy demandado para mantener su precio alto, eliminar competencia y prevenir el paro. Un cuello de botella amparado por la PPSOE que va directamente contra la línea de flotación del ciudadano que necesita de más médicos y de más especialistas que compitan para mejorar y abaratar un sistema nacional de salud que pierde calidad a pasos agigantados. Lo importante aquí deberían ser los ciudadanos y no lo son. La solución está en el libremercado y en la colaboración público-privada que rechazan.
Cero libremercado, todo intervención
En lo tocante al suelo, todos vemos como en muchas ciudades es difícil no solo acceder a la vivienda en compra sino también en alquiler. Esto es resultado, otra vez, de la intervención de la PPSOE que señala quién, cómo, dónde, cuándo y cuánto se puede construir sobre cada suelo de este país. Cero libremercado, todo intervención. Otro cuello de botella de una PPSOE que lo controla todo y a todos en el mercado inmobiliario mientras el ciudadano tiene que pasar por el aro de viviendas carísimas, en compra o en alquiler, que lastran su economía o le hipotecan de por vida.
Tanto es así, que ahora Ayuso está preparando una nueva Ley del Suelo de Madrid para lograr un proceso de planeamiento urbanístico más ágil y un urbanismo municipal con mayor autonomía de actuación con unos “usos que no estén tan pormenorizados”, para favorecer la construcción de nuevas viviendas y la atracción de inversión a ese mercado. 40 años de PPSOE bloqueando el suelo les ha hecho caer en la cuenta de que la rebaja de los precios de la vivienda pasa por más oferta, menos regulación y más facilidades para quienes quieran construir tanto en Madrid como en el resto de España, incluida la parte vaciada. En España sobra suelo y, sobre todo, sobra regulación.
En definitiva, cuellos de botella generados insidiosamente por el poder político. Por la PPSOE, bien para el control del personal bien para manejar los precios y participar en las ganancias. O bien para las dos cosas, dejando al ciudadano a los pies de los caballos en dos de los mercados más estratégicos y sensibles para cualquier persona, premiándole, gracias a dicha intervención, con productos de calidad menguante y precio creciente. Acuérdense de estas cosillas cuando la PPSOE les llame a votar y dejen entonces todo lo demás a un lado.