El viernes 8 de septiembre un devastador terremoto de magnitud 6,8 en la escala Richter provocó una gran destrucción en Marruecos. Según los anales es el peor terremoto que ha sufrido el país en los últimos 120 años. Dejando a su paso más de 2.900 víctimas mortales, centenares de heridos y pueblos enteros destrozados por la fuerza de la naturaleza.
El epicentro se localizó a 70km de Marrakech, ubicado en al Alto Atlas y una de las regiones más turísticas del país. Y una zona, según los expertos, donde convergen varias placas tectónicas de gran importancia: la placa africana y la placa euroasiática. Provincias como Al Haouz, Taroudant o Esaouira han quedado afectadas por el seísmo. Muchas otras aldeas destruidas casi al completo. En Marrakech más de 300.000 personas se han visto también afectadas por el terremoto, cuyas ondas se dejaron sentir también en la Península Ibérica.Este pasado lunes, se registraron réplicas de entre 3,4 y los 4,1 grados. Por lo menos una de ellas se dejó sentir también en las pequeñas aldeas próximas al epicentro.
Como también ocurrió este miércoles (con réplicas de hasta 3,9 grados), en la aldea de Imi N’Tala, donde se tuvo que solicitar la ayuda de los equipos de rescate. Además se pidió a los periodistas que abandonasen la zona por peligro de desprendimientos. Desde el minuto uno gran parte de la comunidad internacional se ha volcado con el objetivo de ayudar a la población afectada. Y desde entidades como el Banco del Magreb, se ha abierto una cuenta en la que recibir ayuda económica para las víctimas del terremoto.
Marruecos descarta determinadas ayudas…¿por control o razones diplomáticas?
Los efectos del seísmo son devastadores. Pese a la gravedad, el gobierno marroquí no ha formalizado una petición formal de ayuda a la ONU para que se coordinen sus esfuerzos sobre el terreno. Esto según fuentes provenientes de su Oficina de Asuntos Humanitarios. Las ofertas de colaboración provenientes de países como España, Reino Unido, Catar y Emiratos Árabes Unidos sí han sido aceptadas por parte de Marruecos. Otras provenientes de países como India, EE.UU. O Israel aún no tienen una respuesta afirmativa por parte del Gobierno de Rabat.
La ayuda proveniente de Francia (país que alberga la mayor comunidad marroquí de toda Europa) aunque no ha sido descartada, se limita a la presencia de un gran número de ONG que están trabajando sobre las zonas siniestradas ya que desde Marruecos no han considerado necesaria la presencia de rescatistas franceses para las labores de reconstrucción y rescate. En total, se sabe que al menos 60 países se han propuesto ayudar a Marruecos tras el terremoto. A día de hoy tan sólo 4 han obtenido el visto bueno del gobierno.
El rechazo de estas ayudas ha sorprendido a la comunidad internacional. No se acaba de entender que la emergencia sanitaria sea tal que desde el Gobierno marroquí prefieran descartar determinadas ayudas. La razón que han dado desde Rabat es que desean tener un mayor control para evitar falta de coordinación. Afirman que quieren evitar situaciones y ayudas que puedan ser contraproducentes. Pero fuera de sus fronteras, todas las excusas se ve que tienen tintes políticos que sólo Mohamed VI es capaz de entender. Las malas lenguas afirman que el rechazo se ha producido por meras razones diplomáticas, muy polarizadas en los últimos años.
Muchas de las áreas afectadas son zonas montañosas de muy difícil acceso, con lo que las labores de rescate, intervención y ayuda por parte de los expertos, están siendo complicadas. Además, las labores que pueden estar haciendo desde el Ejército marroquí parecen insuficientes tanto para rescatar lo poco que queda ya en algunas zonas, como para servir a los supervivientes del seísmo, que se siguen contando por miles.