EL FINAL DE SÁLVAME

La nueva dirección de Mediaset ha decidido terminar con Sálvame. Ese programa que con la excusa del “corazón” y por decisión propia se convirtió primero en una máquina de picar carne humana. En especial la de los propios protagonistas del espectáculo y al final en una tertulia política que dictaba sentencias morales.

Al frente estaba un predicador que sentenció que el suyo era un programa “de rojos y de maricones”. Era él quien decidía qué colaboradores eran obedientes a la doctrina que establecían los jefes, sobre todo él. Y de ese modo podían prosperar en su universo. Y era el quien sentenciaba quien, por salirse de la doctrina oficial merecía escarnio, destrucción social o directamente despido.

Durante años les funcionó el circo, se hicieron millonarios y lideraron en audiencia. Pero el día que, con Rocío Flores como pancarta, decidieron liderar el feminismo institucional y defender que una mujer que denuncia maltrato no ha de presentar pruebas, y que el hombre es malo per se y potencial maltratador, el público comenzó a darles la espalda. Se alinearon con el Gobierno. Convirtieron un espectáculo televisivo destinado a distraer en un mitin permanente, en un altavoz del lobby LGTBI, en el anuncio permanente de toda la ingeniería social de Podemos y el PSOE.


Mediaset acaba con Sálvame

Y cuando entraron en la pista un día Pedro Sánchez y otros Irene Montero y sus mariachis terminaron incluso por espantar a los anunciantes. Y por ahí Mediaset no pasa. La televisión si se convierte en una máquina de adoctrinar termina en fracaso. La gente que lo veía no quería un programa de rojos y maricones. No buscaba mítines LGTBI o antitaurinos, solo buscaban distraerse, no formar parte de una secta. 

Me alegra que el gurú de la secta, Jorge Javier Vázquez, al anunciarse que se termina el programa, haya recibido mensajes de apoyo de Pedro Sánchez, Irene Montero, Yolanda Díaz, Gabriel Rufián, Pablo Iglesias y algunos otros, según el mismo ha contado. Pero que no estén preocupados porque Jorgeja se levantaba cerca de 3 millones de euros al año. Y si quieren liquidar su contrato los de Mediaset le van a tener que pagar el tiempo que le resta de contrato. No va a pasar hambre el muchacho. Una lástima que cuando en TVE me impidieron hablar del Caso Kote Cabezudo y me despidieron por mencionar este caso de abusos, violaciones y pornografía infantil ninguno de ellos me enviara un mensaje. Me dicen que incluso algunos brindaron.

Si Mediaset acaba con Sálvame es porque la audiencia ya no les respalda, porque los anunciantes huyen de esa bazofia y porque lo que era un entretenimiento lo convirtieron en un mítin diario muy coñazo. Me alegra que ni la productora ni los empleados vayan a pasar fatigas. No necesitan que nadie les salve. Está todos más que salvados con el pastón que se han llevado. 


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