No es la primera vez que un director de cine o de arte es acusado de llevar a cabo prácticas no permitidas cuando rueda o trabaja con menores. En algunas ocasiones son sospechas infundadas. Pero otras son acusaciones que tienen como base la queja de los propios menores. Se trata de abusos o contactos “que se pasan de la raya” en centros escolares, deportivos, o en cualquier trabajo. Los menores acaban confesando a sus adultos allegados que mientras duró el trabajo o el rodaje, no se sintieron cómo debían.
Esto es lo que ha ocurrido en torno al rodaje del film «Sparta», dirigido por Ulrich Seidl. Ha sido acusado por explotar a menores de nacionalidad rumana durante el mismo. Es más, se trata de un filme sobre la pedofilia. Los menores que participaron en él aseguran que en ningún momento se les informó previamente de que el argumento giraría en torno a los abusos. Se trata de menores entre 9 y 16 años. Las acusaciones se producen tras una investigación llevada a cabo por el diario alemán «Der Spiegel». En ella se dio a conocer que varios de los menores aseguraban haber sido presionados para grabar semidesnudos escenas con violencia para las que no estaban preparados.
La película está previsto que compita por la Concha de Oro en el Festival de Cine de San Sebastián que tendrá lugar del 14 al 26 de septiembre. Sin embargo desde la organización del Festival ya han declarado que solo una orden judicial impediría la proyección de la película. Por su parte, el Festival Internacional de cine de Toronto (TIFF) que también iba a proyectar el filme, canceló el estreno del mismo. Estaba previsto para el viernes 9 de septiembre.
«Sparta» fue rodada en 2019 en aldeas empobrecidas del Noroeste de Rumanía y cuenta la historia de un hombre que está viviendo una auténtica crisis vital y necesita reconducir su vida. El protagonista tiene tendencias pedófilas y se dedica a dar clases de judo en escuelas abandonadas. El director austriaco niega las acusaciones. Asegura que tanto los menores como sus padres fueron informados del argumento del largometraje. Ha afirmado que “nunca cruzó los límites éticos y morales durante el rodaje”.
Suciedad detrás de los abusos a menores
Por su parte, las autoridades rumanas cerraron el pasado mes de febrero la investigación ya que no encontraron denuncia por abusos de ninguno de los seis menores a los que se sometió a interrogatorio. Sin embargo, volvieron a reabrirlas tras la investigación de «Der Spiegel».
Si «Sparta» se proyectará o no en San Sebastián, solo el tiempo nos lo va a poder decir. Sin embargo, este caso reabre otros que también son conocidos en torno a casos de abusos a menores por parte de directores de escena o personalidades de la industria. Sonado fue el caso de Roman Polansky, acusado de haber violado en 1977 a la menor Samantha Galley, de entonces 13 años. Como también lo ha sido más recientemente el conocido como «Caso Weinstein». En el que Harvey Weinstein, un famoso productor hollywoodiense, fue declarado culpable por varios casos de violación, entre ellos a una menor. Condenado a 23 años de cárcel.
En España, el gerente del cine de El Masnou (Barcelona) fue condenado a 23 años de prisión por abusar durante varios años de menores de entre 13 y 17 años dentro de las instalaciones. Al parecer, contactaba con las menores con el pretexto de contratarlas para repartir publicidad. Ya dentro del local consumaba relaciones sexuales con ellas prometiéndoles no solo dinero sino también entradas para el cine.
Y ya se ve que el cine, que para algunos puritanos puede ser un espectáculo de libre albedrío y libertinaje, puede encerrar perversión y pedofilia tanto durante el rodaje de las películas, como de su producción y de su proyección. No se trata tanto del propio cine, como de la suciedad humana que puede albergarse en el interior de quienes cometen abusos. Se dediquen a lo que se dediquen. Ya sea dentro o fuera del cine, en los alrededores de éste o porque simplemente les gusta el séptimo arte. Pedófilos hay muchos. Y los menores están indefensos en todas partes.