TODO COMENZÓ EN EL BALCÓN

Casi siempre los pequeños detalles ayudan a conformar una idea certera de los grandes acontecimientos. Hemos asistido a la guerra nuclear en el PP entre Casado y Ayuso. Y ustedes deben conocer esos detalles. Todo comenzó el domingo 4 de mayo de 2021, día en que Isabel Díaz Ayuso ganó por goleada las elecciones que convocó por sorpresa. Certificada la victoria, Pablo Casado bajó de su despacho de la séptima planta hasta la primera planta donde están las oficinas del PP madrileño. Es donde se ubica el balcón desde el que los populares celebran sus victorias o mejor ya, celebraban. Cuando Díaz Ayuso dijo: “bueno, pues salgamos a saludar que ya hay mucha gente”.

Dos rasputines, Miguel Ángel Rodríguez, conocido como MAR y Teodoro García Egea, conocido como Teo, comenzaron una discusión sobre quiénes debían salir al balcón a saludar y salir en la foto. MAR pretendía impedir la presencia de Teo, a lo que éste se negaba aduciendo su condición de secretario general del partido. MAR le decía, según me contaron testigos: “esta es una victoria de Isa, Teo; son ella y Pablo quienes deben protagonizarla. Tu y yo sobramos en esa foto”. A lo que García Escudero le respondió: “tienes razón solo en una cosa, en que tú sobras Miguel Angel pero yo no”. Inicialmente salieron solo Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso pero poco después lo hicieron también Pio García Escudero, presidente del PP madrileño, Ana Camins, secretaria general, José Luis Martínez Almeida, alcalde de Madrid y el propio Teodoro García Egea.

A partir de ahí, esa chiquillada fue el detonante de una batalla que está a punto de finalizar con un balance terrible. MAR siempre ha considerado que Teo tenía como objetivo principal no apoyar a la presidenta madrileña, sino lograr que Ana Camins fuera la presidenta de los populares madrileños. Teo decía a todo el que quería escucharle que el único objetivo de MAR como jefe de gabinete de Díaz Ayuso era acabar con Pablo Casado y que su jefa fuera la lideresa del PP nacional. Teo incluso llegó a decir que no quería que MAR pisase la sede de la calle Génova.

Durante decenas de meses la batalla entre Díaz Ayuso y Teodoro García Egea, conocida al detalle por Pablo Casado, se ha ido agrandando. Se ha ido pudriendo sin que el presidente del PP fuera capaz de detenerla. La convocatoria del Congreso del PP madrileño que desea Ayuso era la excusa pública para una batalla que no era ideológica sino de puritito control del poder. En los mentideros políticos madrileños se hablaba desde hace meses de la existencia de un dossier sobre un supuesto pago de comisiones a un hermano de Díaz Ayuso por la Comunidad de Madrid. Dossier que nunca apareció por más que se hablase de él.


Ayuso y Casado: una batalla por el poder

Casado convocó a finales de 2021 a Díaz Ayuso y le preguntó por el asunto. Le pidió explicaciones y documentos que Ayuso nunca le dio. Y al final fue MAR quien decidió disparar la bomba atómica. Además todo también a partir de una nimiedad, basada en una falsedad. Este es el relato de los hechos que desencadenaron este espectáculo lamentable que nos ha ofrecido el principal partido de la oposición. El detalle de como dos rasputines provocaron el lanzamiento de dos bombas atómicas que ya veremos si no han acabado para siempre con el PP. 

El pasado miércoles 16 de marzo a MAR le llega a media tarde una información en la que se le dice que Teo, en una comida of the record con más de veinte periodistas, ha hablado detalladamente del dossier de Isabel Díaz Ayuso y le ha calumniado. Incluso la periodista Isabel San Sebastián, buena amiga de MAR, lo asegura en Twitter. Es cierto que García Egea comió el miércoles 16 con periodistas, entre los que no estaba Isabel San Sebastián. Pero es falso que en esa comida se hablara ni un segundo sobre dossier alguno de Isabel Díaz Ayuso.

Pero MAR dio por bueno el rumor que le había pasado un periodista baboso. Informó de ello a una periodista amiga que no estaba en esa comida. Y comenzó ya a preparar a última hora de la tarde la incendiaria comparecencia de Díaz Ayuso la mañana del jueves acusando a Pablo Casado de calumniarla, de espiarla ilegalmente e intentar destruirla de forma cruel. Defendió la legalidad del comportamiento de su hermano.

El PP tras el tuit de San Sebastián, hace el mismo miércoles a última hora un comunicado desmintiendo “tajantemente” las “falsedades”. Anuncia medidas judiciales, de modo que propicia que toda la prensa nacional advierta que hay crisis. Además Teo García Egea transmite una orden de cancelar todas las comparecencias en medios de dirigentes del PP ya cerradas para el jueves. O sea, tras el comunicado, silencio absoluto. Pero a las 13 horas del jueves Ayuso compareció ante los medios, sin admitir preguntas. Sola en un escenario sin ningún consejero de su Gobierno alrededor.

Ayuso atacó duramente a Casado y García Egea pero excluyó al alcalde Martínez Almeida. Su objetivo principal era Teodoro García Egea. Fue terminar la comparecencia de Díaz Ayuso e iniciarse la rueda de prensa de Teo García Egea a las 15 horas. Dos bombas atómicas. El mismo jueves por la mañana el diario ABC, con buenísima sintonía con el PP, había publicado una información que adelantaba la posición del PP: “Génova sostiene que el hermano de Ayuso cobró 280.000 euros de comisión de un contrato sanitario”.

De haber sido cierta esa información Ayuso tenía un grave problema. Que compareciera García Egea y no Casado fue una victoria para Ayuso y MAR pues la propia dirección del PP situaba en el centro de la diana al principal objetivo de Ayuso y MAR. Teodoro García Egea inició su intervención muy serio diciendo: “Soy el secretario general”. Una autoinmolación evidente porque todo el mundo sabía quien era en esa sala de prensa de Génova 13. El mensaje de Teodoro fue durísimo contra Ayuso, pero no mencionó los 280.000 euros. No sacó ninguna prueba y lo que inicialmente iba a ser un expediente disciplinario se quedó en un expediente informativo. 

A ultima hora de la tarde del jueves, pasado un día ya del inicio de la crisis, Pablo Casado estaba desaparecido en combate. ABC tituló: “Guerra civil en el PP con Casado desaparecido”, junto a un editorial exigiendo su dimisión. Pablo Casado apareció sentado en el estudio de la cadena COPE con Carlos Herrera, o sea, jugando en casa. Y allí, lejos de apaciguar los ánimos o buscar puntos de encuentro, habló de “comisiones de 300.000 euros y tráfico de influencias, falta de ejemplaridad, y al margen de que fuera legal o no, en medio de una pandemia con 700 muertos yo nunca le concedería a mi hermano un contrato”. Habló también de la existencia de un “testaferro” del hermano de Díaz Ayuso.

Díaz Ayuso dio tres pasos inmediatos. Llamó a Herrera para responder a Casado, difundió un comunicado con detalles del acuerdo comercial de su hermano con la empresa que firmó con él un contrato público y convocó una rueda de prensa junto a tres de sus consejeros para documentar que todo en el contrato de su hermano fue legal. En el comunicado Ayuso cedía un paso pues hasta ese momento se había negado a dar detalles de la actividad de su hermano basándose en que quería proteger su intimidad.

Y resulta que no era una comisión, sino un pago a gestiones realizadas. Era uno de cuatro acuerdos comerciales de su hermano con la empresa Priviet Sportive, y los otros tres no eran con la Administración. El contrato no lo adjudica el Consejo de Gobierno sino el Servicio Madrileño de Salud que informa al Consejo a posteriori, por lo que la presidenta no pudo inhibirse. Otra cosa es que sea creíble que la presidenta no supiera nada del asunto.

El viernes sigue la batalla aunque no trasciende a los medios hasta el sábado. Casado convocó el viernes a Ayuso a su despacho con la orden de que no le acompañara MAR. Le ofreció levantar el expediente informativo a cambio de que ella reconociera que no había habido espionaje. Díaz Ayuso respondió con un no rotundo y dio un paso más, ya que acusó a la dirección nacional de filtrar información falsa sobre su madre. 

Casado tiene a la militancia indignada. Ayuso empuja a sus fieles a manifestarse delante de la sede de Génova. La realidad es que Ayuso marca los tiempos de esta guerra civil y Génova va por detrás sin ser capaces de aportar una sola prueba de sus graves acusaciones de corrupción contra Ayuso. La cúpula del PP está destrozada. Los barones tratan de que Casado de un paso atrás y Casado se atrinchera con su fiel García Egea sin mover un dedo.

Y en el PP filtran que se han dado por satisfechos con las explicaciones de Díaz Ayuso pero resulta insólito que Casado impulse una investigación, hable de tráfico de influencias, testaferros y falta de ejemplaridad y se limite después a decir que todo ha quedado aclarado sin dar ninguna explicación pública. Todos escuchamos y vimos las comparecencias de Díaz Ayuso, García Egea y Casado, en este orden. Y por ello Casado debe una explicación a los ciudadanos porque el asunto excede ya los intereses del PP. 


Irresponsabilidad habitual en la política española

En mi opinión Ayuso se excedió y formuló acusaciones contra Casado sin probar ninguna de ellas. Lo mismo sucedió con Egea y Casado. Todos ellos han llevado al límite una irresponsabilidad habitual en la política español, acusar sin pruebas, pero se han pasado de frenada. Si Díaz Ayuso acusa de espiarla ilícitamente a la dirección nacional, ha de presentar las pruebas. Lo mismo la dirección nacional con las acusaciones de corrupción a Díaz Ayuso. No se pueden formular acusaciones. Y menos aún de esa gravedad, con el mero soporte de las convicciones de uno. Y el súmmum es que la dirección nacional del PP dice que no denunció los hechos a la Fiscalía porque no tenía pruebas.

A partir de ahora ninguno de los protagonistas de este episodio lamentable podrán quejarse si alguien trata igual a su partido y les acusa sin pruebas siguiendo su ejemplo. Si el nivel ético que se aplica internamente en el PP es este no podría exigir otra cosa a los demás. 

He sentido vergüenza como ciudadano. Si Casado y Díaz Ayuso estuvieran librando una batalla ideológica sería positivo y estimulante para el PP y para España, pero que en el principal partido de oposición, con posibilidades de volver a gobernar España, se libre una batalla de este nivel por puritito poder es para vomitar. No estamos ante un problema interno del PP, sino ante hechos de máxima gravedad que exigen una depuración urgente de responsabilidades al máximo nivel para que el PP pueda presentarse ante los ciudadanos como un partido decente dirigido por personas decentes.

Me da la impresión de que ni Casado ni Ayuso van a sobrevivir a este desastre. No creo siquiera que a Casado pueda salvarle entregar la cabeza de Teodoro García Egea. Ayuso, Casado y Egea se han suicidado políticamente. Todo comenzó en el balcón de Génova. Y en todo este asunto, como en tantos otros, estos genoveses se han comportado más como napolitanos o sicilianos. Un partido dedicado solo a miserables luchas internas por el mero control del poder y a ejercer de agencia de colocación de sus tropas. Estructura inamovible en la que no corre el aire y en las que cualquiera que pretenda ser libre esta condenado a la muerte civil.

Un ejército de mediocres que han hecho inmensos daños a millones de españoles que les tenían como una alternativa seria de Gobierno frente a un Pedro Sánchez que sigue a lo suyo, que nunca es lo nuestro. El PP tiene que hacer una limpieza a fondo, y no va a bastar con deshacerse de la sede de Génova 13. El problema no es el continente, es el contenido. Y todo empezó en el balcón. Manda cojones. Vaya tropa. Como dijo el inefable ex ministro Pio Cabanillas Gallas en plena descomposición de la UC: “cuerpo a tierra, que vienen los nuestros”.

Que Casado se pueda mantener al frente del PP no depende de los miles de personas que se manifestaron el domingo en Génova 13 en defensa de Ayuso y poniendo a parir a Casado y García Egea. Casado está en manos de los barones autonómicos del PP. Casado tiene difícil mantenerse después de haber claudicado ante Ayuso, ya que pasó de acusarla de delitos de corrupción y prevaricadora a decir que todo estaba aclarado.

La mayoría de los barones en privado (he podido hablar con varios de ellos), responsabiliza a Casado de haber provocado la crisis, aunque públicamente ponen paños calientes. La cabeza de García Egea no va a ser suficiente. Casado le ha puesto a huevo a la oposición madrileña de Ayuso (Unidas Podemos, PAOE, Más Madrid) acusarla basándose en las palabras de su jefe. Todos los barones miran al gallego Nuñez Feijoo pero éste no da el paso y se limita a pedirle a Casado que cierre rápido esta sangría. 

Los ciudadanos tenemos derecho a tener un Gobierno y una oposición. En democracia hay que respetar las leyes, cosa que no han hecho Casado y Ayuso, Ayuso y Casado. Si Casado tenía indicios suficientes de prevaricación de Ayuso, estaba obligado a informar a la Fiscalía. Y Ayuso tres cuartos de lo mismo a la viceversa. No se pueden lanzar públicamente acusaciones de ese tenor sin disponer de ninguna prueba. Acusar falsamente de un delito es un delito en sí mismo. ¿Quien va a poder confiar ahora en cualquiera de los protagonistas de este disparate? Todo comenzó en un balcón. Pero ha terminado en una cuestión que supera la frontera del PP y afecta a todos los ciudadanos que atónitos, observamos que nos quedamos sin oposición al Gobierno. Lo que nos faltaba. 

Dicho esto dejo constancia de que me parece elogiable que Pedro Sánchez no tenga intención alguna de adelantar elecciones generales para aprovechar este suicidio colectivo del PP. Sería de un ventajismo también indecente. Pero me consta que no tiene intención de hacerlo y que está enormemente preocupado con la situación. Además recuerda como él estuvo prácticamente muerto en el PSOE y siete meses después era presidente del Gobierno. Hoy sí, esto es lo que hay.


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