Los casos de prostitución empiezan a asomarse en cada rincón y municipio. De Baleares a Madrid y de la capital a Canarias pasando por otras muchas provincias españolas en las que los casos aún probablemente no hayan salido a la luz. Ahora en Vizcaya se estudian presuntos casos de menores tuteladas que habrían sido prostituidas en una vivienda del barrio de Cabieces, en Santurce (Vizcaya). Menores prostituidas por adultos a cambio de dinero y drogas. Algo que no provoca sorpresa porque tristemente es casi una constante en los menores tutelados. La Diputación Foral de Vizcaya dio la voz de alarma. Y puso en conocimiento de la Fiscalía algunos hechos “que podrían ser objeto de investigación por su parte”… tal y como recogen algunos medios de comunicación y agencias.
Aún no se sabe a ciencia cierta si estamos ante un nuevo caso de redes de prostitución de menores. O de si las víctimas son más de las que son en la actualidad. Pero el Centro de Menores Hogar de Zabalondo en Mungia ya ha sido punto de investigación por parte de la Ertzaintza. Ha tomado declaración a varias menores tuteladas por el mismo. Nos estamos acostumbrando muy mal a tomar como «cotidiano» los presuntos casos de prostitución de menores tutelados. Sin cuestionarnos que la tutela la tiene el Estado o las comunidades autónomas en algunos casos. Y estos menores igual que el resto, están siendo desprotegidos por quienes los tienen que cuidar.
Presuntos casos de prostitución de menores en Vizcaya
Vuelven a salir a la luz nuevos casos y se espera veredicto de muchos otros que actualmente están siendo juzgados. Como si fuera una gran masa de lodo negro que está invadiendo la salud física, mental y moral de nuestros menores. Que no encuentran protección ni en las familias ni en los centros encargados de su tutela. En Sansoheta (Álava) otro centro está a la espera de juicio esta primavera. Y más de una decena de personas se podrían enfrentar a más de 100 años de cárcel por corrupción de menores, abuso sexual y exhibición de pornografía. Otra triste constante. ¿Por qué dejamos que pase todo esto? ¿Por qué permitimos que los menores estén desamparados y el único lazo que les une a lo que podría ser una infancia “normal” es una tutela que en realidad no existe?
Lo permitimos porque se deja pasar. Porque cerramos los ojos y nos acostumbramos a que “las cosas malas pasan”. Les ocurre a otros que nada tienen que ver con nosotros. Como si se tratara de un thriller del que no formamos parte ni pretendemos hacerlo. También porque miramos para adelante fijándonos solo en los puntos que nos preocupan de manera individual, sin empatía por nadie. No se nos ocurre pensar que quizá, si no conocemos más casos, es porque en realidad se silencian o no se les da la cabida que se merecen.
¿No sería factible que igual que Sociedad, Política o Economía se incluyera una nueva sección a tratar en los medios que hablase de la infancia? ¿O de los menores y todo lo que les rodea? Hay temas que tienen que ser estudiados. Otros se tapan y esconden porque suponen la vergüenza de un sistema que ya vemos que no funciona a la perfección. Que se despreocupa de los menores de edad. O que no pone todas las herramientas a su alcance para que sean adultos de bien, con un pasado sin tachaduras.
Nos convendría cuestionarnos más, leer más, indagar más e ignorar menos. Como si se tratara de una rueda que al girar seguro que nos acaba afectando. Quizás así si la rueda está bien armada, todo lo que venga de vuelta, será positivo. Y no casos como este que ahora aparece en Vizcaya. Probablemente será parte de una larga lista de casos en otras zonas del país.
