La ministra de Justicia Pilar Llop lo ha dejado claro: “lo que importa no son los nombres, es que haya acuerdo. Y tiene una larga trayectoria en el mundo del Derecho”, al ser preguntada por la idoneidad de Enrique Arnaldo, a quien el PP ha propuesto para ocupar un puesto en el Tribunal Constitucional. Y tiene razón la señora ministra, de haber sido importante la idoneidad de los candidatos y su prestigio, ella jamás hubiera llegado a ministra, ni a presidenta del Senado, poltrona que ocupó previamente.
Es igual el PP que el PSOE. Ambos se reparten el Poder Judicial como un botín. Hoy por ti y mañana por mí. Tienen además el cuajo de decir que se la bufa si los candidatos reúnen los requisitos. Porque lo único que buscan es la fidelidad absoluta a los dictados del partido, no su formación y experiencia jurídicas. Enrique Arnaldo, a quien el PP quiere sí o sí en el Constitucional y que a la ministra y a Sánchez les parece genial, es catedrático de Constitucional. Sí, pero además a través de la sociedad Estudios Jurídicos y procesales ha recibido adjudicaciones de administraciones controladas por el PP por valor de 979.000 euros. Además de aparecer en la investigación del Caso Palma Arena, en el que fue condenado Jaume Matas, diciéndole al ex presidente balear: “no te olvides de mí”.
Es evidente que Arnaldo reúne todos los requisitos para no poder formar parte del Tribunal Constitucional, lo cual garantiza que será designado. El PSOE ha deslizado el nombre de Juan Carlos Campo, ex ministro de Justicia y pareja de Meritxell Batet. Presidenta socialista del Congreso para que acceda a uno de los cuatro asientos libres en el Constitucional. El PP piensa en otro exministro suyo de Justicia, Rafael Catalá, que ahora asesora a Codere, los de las apuestas. Y Pablo Casado, en medio de esta “merdé”, tiene los huevos de decir que: ”estamos dando pasos para despolitizar la Justicia”.
PP y PSOE nos dan lecciones de inmoralidad
Todo este tejemaneje institucional entre PSOE y PP, PP y PSOE, tanto monta monta tanto, es pornográfico, obsceno. Y ojo que queda aún el Consejo General del Poder Judicial, la pieza de caza mayor, la madre del cordero. Con lo fácil que lo tenía el PP para desbloquearlo y dejar in púribus al PSOE proponiendo unos nombres de juristas de verdad. Juristas independientes, sin vinculaciones con PP Y PSOE y de incuestionable prestigio, que los hay. De no aceptar el PSOE quedaría en evidencia. Pero no va a suceder. Ninguno de los elegidos lo será por su carrera y sus méritos profesionales, aunque los tengan, sino por su obediencia ciega a los mandatos de quienes les colocan y les resuelve la jubilación.
Lo que resulta ya insoportable es que ambos traten de convencernos de la bondad del sistema. “Los nombres no importan”, dice la ministra con un par. Casado no se muere de vergüenza afirmando que son pasos para “despolitizar la Justicia”. El personal les seguirá votando a ambos. Y ellos seguirán pasándose la Constitución por el arco del triunfo y manejando la Justicia a su antojo, en defensa de sus corruptos, de sus corruptores, de sus ladrones y de sus amigos. Los medios de comunicación bailándoles el agua, entrevistándoles para que nos humillen sin que nadie les ponga contra la espada y la pared, al menos en una entrevista. Todo masaje y rodilleras que después llegan las subvenciones millonarias y la publicidad institucional. También las “exclusivas” y toda la mierda que les corroe.
Pero ellos tan contentos porque a todos ellos les va bien esto. Esto les conviene y no quieren que cambie nada, ni siquiera un poco para que todo siga igual. Y ya ni se cortan en decirlo y humillarnos porque saben que cuentan con el silencio cómplice de la mayoría de los medios. También de buena parte de la sociedad que traga con todo antes de volver a votarles. Los políticos son un reflejo de la sociedad. Hay muchos corruptos porque en la sociedad también los hay. Hay muchos corruptores como los hay en la sociedad. Además como saben que a una mayoría parece que les va bien así, nada va a cambiar. A quienes protestamos o criticamos, vigilancia máxima y a la mínima a por ellos que son pocos y pobres. Les cerramos ventanas de expresión, les cerramos vías de financiación, les acorralamos y a ver si aguantan.
Ya les dije la semana pasada. Aquí aguantamos porque no les necesitamos y no queremos nada de ellos más que cumplan con sus obligaciones. Pero con nosotros no van a poder. No pueden comprarnos. Primero porque no estamos en venta porque no nos queremos vender y segundo porque les tenemos a todos ustedes, que es a quienes nos debemos, en defensa de la libertad de recibir información y de la libertad de expresión. Nosotros a lo nuestro mientras ellos siguen delinquiendo y dándonos lecciones de inmoralidad sin ruborizarse.