Un varón de nacionalidad ucraniana fue interceptado hace unos días en la Estación Sur de autobuses de Madrid. Trataba de llevar a España a dos menores que igual que él, escapaban de la guerra de Ucrania. Creía que podría salirle bien y que la atención, volcada en la ayuda al pueblo ucraniano debido al conflicto bélico, quedaría distraída y podría redondear su plan. Sin embargo fracasó nada más llegar a la Estación Sur de Autobuses de Madrid. El hombre de 42 años pretendía llevar hasta Málaga a dos menores ucranianas procedentes de la ciudad de Jersón, con el objetivo de prostituirlas.
Las alarmas saltaron en el propio autobús que traía a varias personas ucranianas desde Varsovia hasta España. Un autobús que como tantos otros que han ido saliendo estas semanas de Polonia, trasladaba a varias decenas de ucranianos que escapan de la guerra. Sin embargo el comportamiento sospechoso de un adulto que acompañaba a la comitiva, despertó la desconfianza de algunos miembros de la ONG encargada del traslado.
El adulto mantuvo durante el viaje comportamientos extraños. Además en el momento de su detención en la Estación de autobuses, procedió con agresividad. Alegó ser tío de las dos menores, hermanas entre ellas, a pesar de no que no tuviera ningún apellido con ellas que coincidiera o pudiera justificar su relación de parentesco con las niñas. La Policía pidió entonces abrir el equipaje tanto de las menores como del varón que aseguraba ser su tío. La sorpresa fue mayúscula cuando en las maletas de las chicas encontraron prendas de ropa que para nada se correspondían con la época del año en que nos encontramos. En las del varón pudieron detectarse joyas, sustancias estupefacientes y dinero en efectivo por valor de 4.300 euros.
Trafican con menores con la excusa de la guerra de Ucrania
La autoridad policial entrevistó a las menores. En un primer momento ratificaron la versión contada por el varón pero finalmente acabaron confesando que no eran hermanas. De hecho una de las niñas aseguró que el hombre que las acompañaba era su pareja y que entre ambos habían convencido a la otra menor para que les acompañase hasta España. Todo ello sin contar con la autorización de sus padres. Dicen los expertos que esta práctica es habitual en el entorno de la trata de blancas. Estamos hablando de el método conocido como «lover boy».
Método en el que un hombre de agradable aspecto físico, encandila a una joven (o a dos o a tres), generalmente de entornos vulnerables y la convence para escapar de su casa ofreciéndole un futuro prometedor. La chica engañada suele acabar en las redes de prostitución y en algunos casos incluso casada con su proxeneta. Si se trata de denunciar, los proxenetas evitan ser detectados y no son acusados de trata de blancas sino de violencia de género. Ver para creer.
Finalmente se acusa al hombre de delitos de trata de seres humanos y sustracción de menores. Se ha puesto también a las jóvenes bajo la tutela de entidades que están especializadas en víctimas de trata. De ahora en adelante esperamos que las organizaciones encargadas de llevar a cabo estas arduas labores de prostitución de menores y trata de seres humanos abran los ojos. Encuentran en la guerra, en esta ocasión la de Ucrania, una excusa perfecta para pasearse sin pudor de un país a otro con el objetivo de traficar y lanzar a los menores a la prostitución. Las menores son consideradas extranjeras no acompañadas y son tuteladas en estos momentos por la Comunidad de Madrid.
A la policía le pedimos que siga actuando con diligencia. Muchos casos de este tipo se acaban interceptando, sobre todo si alguien da un chivatazo. O como en el caso de la ONG que trasladaba a estas personas desde Polonia a España, si alguien observa comportamientos extraños. Les pedimos que sigan protegiendo la integridad de quienes viajan porque de verdad escapan a la vigilancia. Solo de esta manera ayudarán a las víctimas de trata a escapar de un infierno que tienen asegurado vayan donde vayan.